De esto hablan más padres y parientes cercanos, que maestros y policías.
Como las frutas, las personas, maduran con el tiempo. Desgraciadamente, no todas. Algunas maduran demasiado tarde.
Y esto lo vemos a diario en los titulares de las noticias.
Para los viejos, como yo, es increíble, casi increíble debíamos decir, pero esto está ocurriendo, en un gran número de adolescentes y jóvenes delincuentes.
Delincuentes o inmaduros. Inmaduros o delincuentes.
Hay además predios agrícolas de muy pobre cosecha. Como también hay familias, si puede llamárselos así, madres solteras, padres alcohólicos, y otras malas parejas que descuidan, como malos agricultores, el cultivo de los frutos a su cuidado.
Aquí, entre algunos sabios, hay dos opiniones opuestas. No todas las personas nacieron para ser padres o madres. Y esto se proclama aún conociendo la muy innata capacidad reproductiva del ser humano, varón y hembra.
Otros sostienen que la educación pública debe incluir desde los primeros años, hasta cierta edad, unos cursos para enseñar a ser padres. Padres y madres.
Aquí llegamos al final del cuento. Hay también personas jóvenes que como frutos sanos van apaciblemente madurando con el tiempo. Madurando y convirtiéndose en adultos irreprochables.
Serán con el tiempo la minoría que gobierna al mundo.
José T. Castellanos
Miami, Fl.
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