Muere, el señor Felipe Valls santiaguero, oriental y cubano, hombre de extraordinaria estatura de gigante espiritual, de mirada fija en las alturas, buscando siempre la respuesta a la puerta que permita que Cuba se muestre de nuevo al mundo libre y soberana. Hombre de metas y proyectos para su familia, de una generosidad sin límites para amigos y personas en general, que siempre le rodearon con respeto y admiración. Llegando al exilio en los años 60, siendo muy joven, no dudó en llegar alto, fundando en 1971, uno de los restaurantes que identifican al exilio cubano en el mundo entero, “Versailles” mostrando no solo al mundo, sino también a las generaciones de cubanos, que siempre se puede, cuando se tiene libertad y respeto.

Un señor, entre los señores, pudiendo observar de cerca y de frente a presidentes, congresistas,  senadores, empresarios, artistas,  poetas,  médicos, abogados,  etc., con una amabilidad propia de su carácter, así pudo hablar de Cuba, con autoridad y dignidad suprema, de frente siempre como cubano. El 26 de noviembre, vuela alto de nuevo, hacia el lugar merecido, junto al creador, llevándole el mensaje de súplica en forma de oración, para que su patria cubana, vuelva al camino de las grandes naciones.

El Colegio Nacional de Periodistas de Cuba en el exilio, que tantas muestras de su generosidad pudo recibir, siente su pérdida irreparable, y abraza a su familia, rogando que tenga la paz que merece y que brille siempre para él, la luz perpetua.

“La muerte no es mudanza, sino estancia en otra parte”, descanse en paz nuestro amigo Don Felipe Valls.

Salvador Romaní Orúe, Decano