Miguel Saavedra, miembro del exilio cubano en Miami, recordó con suma nostalgia y dolor lo acaecido durante la masacre del 30 de agosto en Cuba donde el régimen se sació contra un gran número de opositores a quienes llevó al cadalso y luego los mató.
Saavedra habló durante la ceremonia de reinauguración de la Plaza de la Cubanidad donde destacó que nunca antes en la historia de Cuba el régimen se había saciado tanto contra los opositores ya que allí murieron más de 30 fusilados por las fuerzas represoras del comunismo.
Hoy sentimos dolor y rabia ante esa tiranía comunista que lo único que ha dejado en el territorio cubano es desolación y muerte afianzándose en una clara y censurada violación de los derechos humanos de un pueblo que ha resistido toda clase de vejámenes, persecuciones e intimidaciones, denunció.
Es triste volver al pasado y rememorar toda esa atrocidad de violencia y venganzas que ha demostrado esa tiranía de los hermanos Castro durante más de 66 años en los cuales han sido arrestados, torturados y encarcelados miles de opositores, que hoy claman en las prisiones justicia y libertad, insistió Saavedra.
Los que amamos a Cuba debemos ahora más que nunca prestar apoyo al pueblo y a los opositores en la isla para que puedan concretar la libertad y la democracia y derrocar ese sistema que ha dejado en la miseria a todo el país, aseveró Saavedra.
Vigilia Mambisa ha sido uno de los movimientos que mayor número de actos de protesta ha hecho en este histórico monumento a fin de censurar a esa tiranía que ha provocado las mayores desgracias humanas en nuestro país como el hundimiento del Remolcador 13 de marzo, recalcó.
La masacre del 30 de agosto de 1962 fue una serie de ejecuciones en masa entre los días 30 y 31 de agosto de ese año, ocurridas en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña en Cuba contra miembros de una conspiración que buscaba derrocar al régimen de Fidel Castro.
Como se recordará el comandante Evelio Francisco Pérez Menéndez (comandante Frank), en unión de Jesús Faraldo, se dieron a la tarea de crear el Frente Anticomunista de Liberación (FAL), con el propósito de coordinar esfuerzos con miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y organizaciones clandestinas, para tomar La Habana y otros puntos de la Isla y derrocar al régimen de Fidel Castro, recordó.
En estas actividades Frank se contactó con miembros de la Marina de Guerra, de la policía, algunos regimientos y organizaciones clandestinas como el movimiento 30 de noviembre, la Unidad Revolucionaria y la Asociación Montecristi con Ricardo Olmedo Moreno, trajo a colación.
Frank hizo contacto a su vez con el Movimiento de Recuperación Revolucionaria con Héctor Fabián. También participaron personalidades conocidas a nivel nacional como Rufo López Fresquet, Felipe Pazos y Justo Carrillo Hernández. Recuerdo que el Coordinador Nacional del Sector Obrero fue Manuel Fernández Granda (Aníbal), expresó Saavedra.
Ya establecida la conspiración, decidieron tomar como fecha el 30 de agosto de 1962 a las 7 de la noche en La Habana. En puntos estratégicos civiles bloquearían las entradas a la capital con autos y camionetas para obstruir la entrada de transportes militares e interrumpiría el fluido eléctrico a las 10:00 p. m., destacó.
Se fabricaron brazaletes con el nombre del Movimiento, que fueron repartidos en la calle a los miembros de la conspiración para que los usaran el día de la sublevación. Juan Carlos Montes de Oca y Antonio Pons (Tony) fabricaron cócteles Molotov y situaron explosivos para dinamitar el puente Almendares y el Túnel de La Habana, recordó emocionado en esta tribuna.
La sublevación se inició a las 9:00 pm, para cuando explotara la planta eléctrica de Tallapiedra y volaran el puente Almendares y el Túnel de La Habana. A esa misma hora, se reunirían en la Cuarta Estación de Policía, cuartel general de la sublevación, que se establecería allí, recordó.
Según el médico Alberto Fibla, quién cumplió 25 años de cárcel por aquella conspiración, el movimiento era de corte democrático. En dicha conspiración militaron hombres de todas las clases de Cuba. Por otro lado, partidarios del gobierno de Fidel Castro han acusado que este movimiento fue parte de la operación Mangosta, recalcó.
Pero en medio de los preparativos, fueron detenidos cuatro miembros de la conspiración, incluido el organizador nacional Jesús Sierra Luoro. Todos fueron liberados pocos días después. Les propusieron que colaboraran con la advertencia de que si no cooperaban serían detenidos nuevamente y fusilados, denunció.
Astutamente el gobierno de Fidel Castro logró infiltrar hombres dentro de algunas organizaciones, por lo que tenía pleno conocimiento de la operación. En la mañana del 30 de agosto de 1962 los principales dirigentes de la fallida insurrección ya habían sido detenidos, agregó.
En total alrededor de 400 a 500 personas fueron detenidas por la conspiración, y el gobierno los mantuvo incomunicados en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña.
El gobierno no lo pensó dos veces. Rápidamente se celebró un juicio sumario en el que Omar Fernández Rojas (Pucho) fue uno de los acusadores. Solo en el mismo 30 de agosto se fusilaron 75 personas, en los días posteriores se fusilaron un total de 300 a 500 cubanos que integraban la conspiración, denunció.
Fueron tantos que tuvieron que usar 4 pelotones de fusilamiento a la vez, cada uno fusilaba a 4. Muchos de los condenados gritaron “Viva Cristo Rey, Viva Cuba Libre, Muera el Comunismo, Muera Fidel, Viva la Agrupación Católica”, exaltó su relato Saavedra.
Fusilaron a los implicados en la conspiración en otras provincias y en Fortaleza de San Carlos de La Cabaña. Destacan los líderes de la conspiración, el coronel Margüelles y el capitán Evelio Álvarez, Juan Carlos Montes de Oca e incluso a Jesús Sierra Luoro una vez descubrieron que era un doble agente, sintetizó.
La cantidad de ejecuciones fue mayor que la de los fusilados en las vísperas y días subsiguientes a la invasión de Bahía de Cochinos. Esta fue la Causa que más fusilados y prisioneros ha agrupado en la historia de la lucha contra el Gobierno de Fidel Castro, a pesar de que no se provocó ningún daño material ni nadie resultó lesionado. Los que no fueron ejecutados cumplieron largas penas de prisión, concluyó.
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