Mensaje Inspiracional. Los tres filósofos ante el sultán

Written by Libre Online

23 de enero de 2024

El hombre, fuera de sí, decidió llevar ante el sultán a los filósofos, acusándolos de ladrones. El sultán les dijo:

– Este mercader asegura que robasteis su mula, porque tenéis muchos datos de ella muy particulares.

– Sí- dijo el primer filósofo- Pero yo le dije que su mula estaba tuerta porque vi en la arena el rastro de un animal que iba de un lado a otro. Eso solo ocurre cuando el animal no ve bien, que no es capaz de andar en línea recta.

– Y yo- dijo el segundo filósofo-, dije que llevaba una carga pesada porque me fijé que en las huellas que vimos, las pezuñas se clavaban muy profundas en la arena.

– Y yo- dijo el tercer filósofo-, dije que tenía una herida en el lomo porque junto a las huellas de vez en cuando se podía ver una gota de sangre seca.

El sultán quedó realmente sorprendido ante los filósofos. Decidió que debían quedarse con ellos. Pero al segundo día, los tres hombres le dijeron al sultán lo siguiente:

– Es usted un hombre pobre venido a más.

– La miel que nos dio anoche no es de esta temporada.

– Y la carne de la cena era de un animal salvaje.

Las deducciones de los tres filósofos

El sultán, un poco dolido (pues era hijo de una esclava y nadie lo sabía), decidió comprobar si los filósofos estaban en lo cierto en las otras dos apreciaciones, ya que la primera, sabía que era verdad. Llamó al encargado de la miel y él confesó:

– Señor, como no nos quedaba miel, usé un tarro de la cosecha anterior.

Y el encargado de la carne también confesó:

– No tenía en ese momento carne de buey, así que usé un lobo muerto que el cazador del palacio había encontrado en el bosque.

– ¿Cómo os distéis cuenta?- preguntó el sultán a los filósofos.

– La carne estaba dura y se hacía bola- dijo uno de los filósofos.

– Y la miel estaba rancia- dijo otro de los hombres.

– Y yo creo que de corazón es un pobre porque nos dio la misma ración a todos, la misma cantidad por igual. Solo los pobres comparten de forma equitativa.

El sultán, maravillado, ascendió a los tres filósofos a cargos mayores, y les convirtió en sus principales asesores.

“El sentido común y la deducción puede llegar a ser el más alto grado de la inteligencia”.

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