Con motivo de celebrar 15 años de vida, la compañía Martí Productions llevó a escena el espectáculo «A lo español».

 Con motivo de celebrar 15 años de vida, la compañía Martí Productions llevó a escena el espectáculo «A lo español».

 Cuando se disfruta de un espectáculo como A lo español, con el que Martí Productions celebró los 15 años de fundada como empresa enfocada en crear y llevar a escena programas artísticos, lo que queda en el público asistente es la atmósfera cargada de buen gusto, de variedad y la elegancia que el programa brindó.

Desde su establecimiento como compañía de espectáculos, Martí Productions, fundada y mantenida activa por la cantante Tania Martí, se han presentado más de 40 programas, siendo el del domingo 6 de noviembre en un Teatro Manuel Artime, lleno a su capacidad, uno de los más sorprendentes y cuidados en los detalles que se le ha entregado al público miamense.

Sin duda los productores y técnicos de A lo español, concibieron una gala dinámica, intensa, donde se armonizó la grandiosidad que reclama una fiesta de “quince”, con la desenvoltura y una diversidad artística capaz de cubrir las más exigentes expectativas de la audiencia.

Aunque el tema central del programa fue la música española, hubo una amplia variedad de géneros musicales, lo que le imprimió a la gala un carácter de revista musical y artística, donde se presentaron intérpretes con distintos registros y trayectorias.

Desde un Lázaro Horta, interpretando boleros acompañándose él mismo al piano, hasta las potentes voces líricas de Eglise Gutiérrez, Marinel Cruz y Laura de Mare, cantando un Aria de María la O.

La primera parte de A lo español abrió muy a tono con el aniversario, mostrándose imágenes de los distintos espectáculos realizados desde la fundación de la productora. Luego se dio paso a un grupo de baile interpretando Caracoles. Sobrecogedoras fueron las voces de Gretel Ortiz, Jesús Brañas, Maylú Hernández y Samuel Calzado, este último interpretando el significativo tema América.

El grupo de baile que danzó golpeando el piso con bastones fue estupendo, siendo, quizás, lo más destacado el encuentro entre la rumba española y la chancleta cubana, todo un mano a mano de ritmos. Un acierto total, que proyectaba la universalidad de la música y lo imbricado que se encuentran los géneros musicales en una ciudad como Miami.