Marcell Felipe, presidente de Inspire America Foundation, advirtió que no se puede dejar en la más absoluta impunidad los miles de cientos de muertos, desaparecidos, fusilados, torturados y vejados, durante la temible revolución comunista de los hermanos Castro.

Marcell, precisamente, intervino en un foro en el Museo de la Diáspora Cubana, para hablar sobre el tema de los muertos y heridos y, además desaparecidos, que también ha dejado la guerra lanzada por Rusia en Ucrania.

Pero en el caso de Cuba, el abogado Felipe resaltó que las cifras son escalofriantes, ya que, durante más de 60 años de revolución, aún no se han podido decifrar oficialmente los muertos, desaparecidos, ejecutados y fusilados en la isla, por oponerse a las ideas de la revolución comunista.

 “Hasta el día en que murió Fidel, se le atribuían al menos 7,173 muertes y desapariciones. Sólo los casos de fusilamiento y ejecución extrajudicial documentados para los primeros tres años y medio de mandato, que exceden la cifra total de muertos por ejemplo de la dictadura militar chilena”.

“Peor aún, Castro asesinó sistemáticamente a civiles, niños incluidos, por pretender escapar de su país, algo que a Pinochet nunca se le ocurrió. En la memoria quedan, por ejemplo, los 31 adultos y los 10 menores del remolcador 13 de marzo, hundido en 1994 por barcos del Gobierno cubano”, relató.

“En el caso de Cuba, algún día, tienen que llevarse ante la justicia algunos de los promotores de todas estas masacres, por ejemplo, ahora Raúl, que aún esta con vida, el cual podría juzgarse en un tribunal internacional de derechos humanos”, insistió el abogado Felipe.

“Esto para hacer una nueva Cuba basada en la justicia. Contando y trayendo ante los tribunales a aquellas personas que, de una u otra forma, han sido responsables de todas estas muertes y desapariciones forzadas de estado”, advirtió.

“Y lo más triste es que aún se siguen presentando casos, que en la práctica, son crímenes de lesa humanidad, como los que pasaron durante las protestas del pasado 11 de julio de 2021, donde jóvenes fueron desaparecidos y, otros, juzgados sin pruebas”, señaló.

“Cualquier   cosa que viole los derechos fundamentales de las personas, de forma sistemática y como política de estado, son crímenes contra la humanidad, y sea como los crímenes de guerra, o los genocidios, pero en sí son crímenes contra la humanidad”, insistió.

“Sobre todo, el uso de las masacres a través de las torturas. Son los peores crímenes que hemos visto a través de la segunda parte del siglo 20”, insistió Felipe, quien se mostró preocupado por todo lo que ha pasado en Cuba, pese a que hay sanciones contra el gobierno de la isla, pero que no han dado ningún resultado positivo”, concretó el abogado.

“Hay muchos más, sobre todo, cuando huía Fidel Castro que dejaron cientos de miles de muertos regados por el mundo; exportó su modelo tenazmente hacia casi toda la América Latina y África, así como a países de Oriente, mediante intervenciones armadas, terrorismo y subversión”, agregó.

“Los ejemplos sobran. Las víctimas del castrismo incluyen estadounidenses asesinados en el corazón de Wall Street en Nueva York por el grupo terrorista puertorriqueño FALN, apoyado, adiestrado y financiado por Cuba. En Venezuela, las bandas criminales que hoy día siembran el terror y ya se han cobrado miles de vidas fueron entrenadas en Cuba”, destacó.

“En fin, Fidel Castro bien podría fácilmente haberse llevado a cuestas un millón de almas. Cada una fue una vida sesgada, un destino truncado y una secuela de los seres queridos destrozados. Así, el dictador cubano tejió una historia de terror, sangre, y dolor que comienza en las montañas, paredones y calabozos tropicales, desparramándose por una enorme tumba en el mar Caribe y se extiende por el mundo entero”, enfatizó.

“El régimen castrista deja 7,365 asesinados, 20,000 presos políticos y 2,500,000 exiliados. En los más de 63 años que lleva en curso el régimen castrista, han fallecido y desaparecido unas 100,000 personas, la mayoría de ellas ejecutadas o asesinadas extrajudicialmente”, insistió.

“Algo que le costó a la Revolución Cubana sanciones diplomáticas y económicas, así como la pérdida de aliados valiosos en el mundo intelectual, pero que muchos cubanos justifican como una «defensa contra los ataques del imperialismo», concluyó.