LA NOVELA BREVE EN LIBRE

Written by Libre Online

6 de julio de 2022

El estertor de la memoria (III de IV)

Por J. A. Albertini, especial para LIBRE

—Papá, si te dijera que las Navidades, fin de año o cualquier otra celebración que extraño están ligadas al batey del central y no a la ciudad donde conocí a mi difunto, viví parte importante de la juventud, desarrollé mi profesión y tuve a los jimaguas. ¡Qué va, como el batey no hay dos! —ella, a sabiendas que la mente del anciano navegaba en brumas indescifrables, aireó un rescoldo de nostalgia.  

La primogénita, siguiendo los pasos de la madre, estudió magisterio, se estableció en la capital provincial; contrajo matrimonio y aportó el primer nieto. Suceso que coincidió con la toma violenta del poder político en la Isla por Celso Trafid Zur y sus seguidores, que honrando el apellido paterno de su líder indiscutible se hacían llamar trafidistas.

A poco, la ola arrebatadora del trafidismo, con rugir de motores, olor a petróleo y pisadas de esteras metálicas, irrumpió en el batey del central arrasando, al paso de la maquinaria pesada, con todo vestigio de vegetación, incluyendo arboledas maderables y frutales. Él, parado junto a su añoso Caterpillar fue testigo mudo e impotente de como los palmares  circundantes, al resistirse a la embestida de los tractores tradicionales fueron, palma real tras palma real, derribadas por los potentes buldóceres franceses, Richard Continental,  modelo CD-10 , cuyos operadores, colocando verticalmente las cuchillas, golpeaban y empujaban los troncos, hasta que las raíces estallaban en borbotones de tierra ultrajada y las esbeltas y orgullosas palmas, envueltas en estruendo agónico de pencas y desparramo de racimos de palmiche, resultaban inmoladas.

Uno con atributos de jefe se le aproximó y dijo: Has cuidado bien de este viejo buldócer, pero el progreso no necesita del pasado. Y al indagar el porqué de tanto destrozo vegetal el funcionario respondió: Haremos una gran zafra azucarera que romperá los récords anteriores y, para sembrar la caña necesaria, vamos a requerir hasta el último  palmo de terreno. El orden y el progreso del trafidismo han llegado al batey de este ingenio. Somos la Brigada de Desmonte e Invasión, el hombre afirmó y a partir de allí se iniciaron cambios drásticos. A duras penas, gracias a que los vecinos aceptaron un decreto gubernamental que cancelaba, por belleza excesiva, la floración veraniega de los framboyanes, el batey pudo conservar, de manera precaria, los árboles que por décadas habían ofrecido cobijo y colorido

No es que me queje de mis años fuera del batey. En mi matrimonio fui muy feliz viviendo en la ciudad. De hecho, allá nacieron mis hijos. Y del exilio, en este gran país, aunque al principio fue duro, tampoco me quejo…pero… ¡Qué va, como el batey no hay dos! —la hija, los ojos arrasados en lágrimas navideñas, exclamó.

Y, entonces, el nuevo orden progresista se empeñó, desgranando palabras con eslabones de consignas y arrastre de cadenas promisorias, en trastocar y revolcar de manera sistemática la existencia apacible de los vecinos del batey. Ella, la maestra, por no ser educadora confiable, fue sustituida y la familia tuvo que desalojar la vivienda escolar. Él, impotente vio como su inseparable buldócer Caterpillar  resultó, según palabras de un funcionario, descontinuado; convertido en chatarra y pocas piezas de repuestos que terminaron arrinconadas en polvo de olvido.

Fueron épocas en que, paradójicamente, los que pretendían hacer el cielo terrestre, revivieron y aplicaron leyendas bíblicas como las del fratricidio, las plagas y el personaje que al cantío de un gallo renegó de sus creencias y valores. Y en aquel fragor de esterilidad pegajosa el esposo, a las puertas del cementerio pueblerino, perdió a la compañera de vida. Y por mucho que trató de reencontrarla o recomponerla de nada le sirvió su fama de hombre orquesta.

Fueron épocas en que el café matutino y vespertino perdió aroma y paladar. Fueron épocas en que el silbato del tren matutino y vespertino le supo a llanto. Fueron épocas que indigestaron la memoria y la escupieron en tierra ajena.

(Finalizará la semana próxima)

Temas similares…

0 comentarios

Enviar un comentario