INDIA SOBREPASARÁ A CHINA EN POBLACIÓN EN 2023

Written by Demetiro J Perez

10 de noviembre de 2021

Dos años atrás, los demógrafos de las Naciones Unidas, en un estudio estadístico de la población humana, proyectaron que para el 2027, la población india sobrepasaría a la china. La predicción resultó ser correcta, pero no la fecha. Ahora los propios demógrafos, sociólogos, y economistas chinos, afirman que India se tornará en la nación más poblada del planeta y que será tan pronto como en el 2023.

Lo que a simple vista parece una cuestión de números estadísticos, engendra profundas implicaciones para la ecuación geopolítica de toda Asia. Podría alterar el balance de poderes a través de nuevas alianzas para contrarrestar el ambicioso avance imperialista chino, que amenaza, en primer plano, la sobrevivencia de Taiwán como nación libre e independiente, así como la seguridad y estabilidad de Filipinas y Vietnam.

El desarrollo de este cambio poblacional, negativo para China, se reflejará, de forma evidente, en la reducción de la fuerza laboral y en los niveles de consumo, impactando el futuro de la segunda economía más grande del mundo de

La tasa de fertilidad china ha venido decreciendo, sostenidamente, por los últimos diez años, y se proyecta una aceleración de este descenso en el futuro, al contrario de lo que viene aconteciendo con la India, donde la población crece a un elevado ritmo estable. Al cierre de este año, China tendrá una población de 1.43 billones contra 1.37 de la India. Sin embargo, todos los índices demográficos, incluso los emanados de China, aseguran que para el 2023, y para el resto del siglo, será India la nación más poblada de nuestro planeta.

¿Y qué importante es esto? ¡Mucho!

La prominencia de India se proyectará como un probable freno al expansionismo chino. Estados Unidos estrechará sus lazos con esa nación por su posición geopolítica en el Sur de Asia, en términos, ambos, militares y comerciales, e India, por razones obviamente lógicas, encontrará, en una alianza con Estados Unidos, y también con Inglaterra, una posición más sólida frente a las agresivas provocaciones de China.

De hecho, esta alianza de resistencia a la ambición global de Beijing, ya ha comenzado. China representa una amenaza real para los intereses de USA, no sólo en el terreno económico, político y tecnológico, sino también en el militar.   En el contexto de este panorama, India adquiere una importancia trascendental para los intereses esta nación, y para la estabilidad de toda Asia. La balanza de poderes, en la región más poblada del planeta, verá una transformación, en los próximos breves años, no necesariamente favorable a China

En este complejo escenario surge la coalición de Estados Unidos, Australia, Japón e India para negarle a China el poder y control que pretende ejercer en la región.

Pare decirlo en una fórmula simple, Estados Unidos se prepara, atando fuerzas, urdiendo compromisos políticos, económicos, y militares, para encarar el gran desafío que le espera por parte del dragón asiático. ¿Cuándo vendrá ese reto? Pronto, antes de lo que muchos piensan, y tendrá, como epicentro, la isla de Taiwán.

Por algún tiempo, la política de Washington hacia Beijing ha sido un tanto miope e imprudente, al limitar la amenaza de ésta, a la parte económica y tecnológica, ignorando el aspecto militar, que es, en efecto, donde radica el mayor peligro. Hasta el momento, esa escuela de pensamiento todavía prevalece en Washington, desestimando, con cierta latitud, las verdaderas intenciones de Xi Jinping, especialmente en lo que concierne a Taiwán. Las provocaciones, las prácticas de ataques anfibios, los frecuentes vuelos sobre Taiwán, muestran, con manifiesta claridad, que China no es el oponente político-económico convencional, sino un enemigo militar formidable, con toda la intención de destronar a esta nación como la primera potencia militar y económica.

Dos elementos importantes surgen de este análisis: (1) Beijing ha llegado a la conclusión de que el marco de sus oportunidades para invadir y asumir el control de Taiwán se va cerrando con el paso del tiempo y (2) la alta jerarquía del Partido Comunista, con Xi a la cabeza, está convencido de que en Washington existe un gobierno débil, con un presidente desorientado, que ni siquiera puede disciplinar a su propio partido político. Sus recientes desaciertos en Afganistán, la incontrolable crisis migratoria, y el desplante hecho a Francia con el contrato del submarino nuclear con Australia, confirman la imagen reflejada al exterior. Todo esto incita a Xi Jinping a adelantar sus planes.

Estos factores concurrentes no son alentadores para la paz regional asiática, ni para la paz mundial. Beijing ha manifestado, tácita, y explícitamente, su objetivo de tomar Taiwán mediante el uso de la fuerza a la que considera una provincia de China, aunque jamás, ni un solo día, desde que Chiang kai-shek estableció su gobierno en Taipéi, China ha tenido, ni presencia, ni control político en la isla.

Algunos analistas muy conocedores y estudiosos de la política exterior americana, creen ver, aunque el que suscribe no lo ve así, todavía, a un Washington, finalmente, aunque lentamente, y algo tardío, despertando ante el desafío chino, y que, como consecuencia, ha decidido reorientar sus esfuerzos militares hacia Asia.

Y esto constituye una buena noticia, si se dan los pasos adecuados. La prioridad más urgente, es Taiwán. Dentro de unos pocos años, Estados Unidos va a ser probado en su convicción a la defensa de esa pequeña isla. Quizás durante la presidencia de Joe Biden. Si Taiwán sucumbe a una invasión China, la derrota sería compartida con esta nación, cuyo prestigio, y poderío, rodarían en humillante deshonor, cuya repercusión afectaría a toda la región, principalmente a Japón.

La nación americana es fuerte, aun cuando tenga gobernantes débiles. Estados Unidos posee inmensos recursos económicos y militares para detener el avance chino. Un paso en la reorientación de su política exterior sería estrechar los lazos con India, y mantener una distancia prudente en las relaciones con Beijing.

Si una vez hicimos, para nuestro propio perjuicio, rica y poderosa a China, hagámoslo ahora en una alianza con el país que será pronto el más poblado del mundo, y que, a pesar de ser un poder nuclear, no alimenta ambiciones de dominación global.

BALCÓN AL MUNDO

La disidencia cubana, que incluye la mayoría de la intelectualidad juvenil y artistas de diferentes géneros, todos con el mismo ideal libertario, afirma que las manifestaciones convocadas para el 15 de noviembre, irán contra viento y marea.

  El despotismo comunista amenaza, una y otra vez, a diario, a través de su prensa controlada, con disolverlos por la fuerza. Pero la comunidad mundial está atenta a estos eventos. Ya pasó el tiempo en el que la dictadura era dueña de la palabra. Las cosas han cambiado. Los medios de comunicación ya no tienen dueño. La internet y el teléfono celular alteraron la ecuación. La voz de la disidencia cubana ya se puede escuchar con resonancia mundial, y la dictadura tiene miedo. El miedo cambió de bando. Ya el pueblo no tiene miedo. Tiene hambre. Y cuando se tiene hambre, se pierde el miedo. La causa de la liberación cubana no se resolverá el 15 de noviembre, pero es un paso más en la lucha por su conquista.

  ¡Un paso más y llegamos!

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