“La mejor tarea que José Martí desarrolló en su vida fue desplegar con su sabia pluma y escritos la política de libertad y democracia en toda América en momentos en que el domino español y de otras naciones se expandía por esta parte del continente de forma peligrosa!.

Así lo describió en su opinión el destacado  ex-congresista Lincoln Díaz Balart, quien advirtió que la mayoría de estos pueblos de América, ni siquiera tenían el menor presagio de la peligrosidad de la expansión de la izquierda y el comunismo por sus territorios patrios hasta ese momento libres.

SABIO CON SU PLUMA

“Martí fue un sabio con su pluma porque fue, poco a poco, despertando esas ansias de libertad y democracia por toda América cuando estas corrientes ya impulsaban falsas políticas amenazantes que irían con el tiempo a derribar los sólidos muros de respeto también a los derechos humanos”, insistió.

El título del ensayo de Martí obedece a un llamado a la unión entre los pueblos hispanoamericanos, como una forma de reapropiación y distinción del nombre “América” respecto de la “América anglosajona”, recordó Diaz Balart.

“Martí, entre sus cientos de temas que siempre discutió a nivel mundial, tenía en esencia tres, uno de ellos en el que destacó una invitación que hizo a la unión y la soberanía entre los pueblos latinoamericanos, una llamada a la lucha de independencia contra la corona española y un aviso ante la amenaza del imperialismo norteamericano”, añadió.

“En otro artículo sostiene la validez y significación del proyecto cultural liberador de José Martí para América Latina. Y en él analiza desde el momento en que fue concebido a fines del siglo XIX y para la actualidad”, reiteró.

“La exposición del contenido –trajo a colación- se estructuró por parte de Martí en tres apartados: el primero es titulado «América Latina hasta fines del siglo XIX»; el segundo, «José Martí, su conocimiento y vocación latinoamericana»; y el tercero, «El proyecto cultural liberador martiano para América Latina en todos los tiempos».

INEQUIDADES Y CONTRASTES

“Martí admitió, sin embargo, que Latinoamérica seguía siendo una región de inequidades y contrastes de todo tipo. Cuando en varios países del continente Gobiernos de diferentes naturalezas desarrollaron programas de arraigo popular y trataron de responder a centenarias contradicciones e injusticias”. Explicó.

“José Martí, quien conformó su obra y pensamiento como expresión de su amplio cosmopolitismo y muy especialmente por su profundo conocimiento de las condiciones de América Latina de su tiempo y de su historia, concibió una obra en la que proclamó su inquebrantable compromiso con los oprimidos y en la que de forma coherente expuso una visión acerca de la esencia de diferentes expresiones de la cultura que favorecen a la independencia y al desarrollo de los seres humanos y las naciones”, sintetizo.

SÍMBOLO Y MAESTRO

“Martí fue el símbolo y maestro de todo lo que hizo, escribió, pensó y sus acciones, y murió, claro está, por la patria luego de proclamar la libertad. Ser martiano era un honor para él…. Por eso hay que admirarlo ahora más que nunca”, sintetizó.

“Sin duda el libertador Simón Bolívar también fue un líder continental, pero, en la esencia, Martí fue siempre Martí. El hombre que siempre nos inculcó el amor por la Patria y por la Libertad. Siempre trabajo por ella”, sostuvo también Lincoln Díaz Balart.

“Martí fue el amor. Convocó una guerra en nombre del amor ,fue el símbolo opuesto al odio que ha   destruido, fuera de Cuba, a naciones como Nicaragua y Venezuela, donde el comunismo ha sembrado además, la llama del terror y la muerte”, enfatizó.

MARTÍ Y BOLÍVAR

“Hoy, más que nunca, la América Latina le debe mucho a Martí y a Bolívar. Pero todo esto comenzó cuando Martí salió al exterior a promulgar el amor por la patria y por la libertad. En sus escritos ya presagiaba todo lo que iba a pasar en América Latina cuando se debilitara la democracia”, concluyó.

Los líderes que dieron los pasos fundadores fueron hombres ilustrados como Martí. De este modo se cimentó también el pensamiento y la cultura que caracterizó el comienzo de la gesta libertadora continental.

Díaz Balart no dudó un solo momento en sostener también que “la concepción de los hombres que pensaron la independencia –como Martí—tejieron una gran confianza en la educación y la cultura. Porque sólo a través de estos niveles tan importantes en el desarrollo de la mente de los hombres se podía concebir cualquier lucha por la libertad”.

“Con el proceso de independencia, en todo el continente, se manifestó la defensa de la educación popular como una expresión de la idea importante para el cambio que debía llegar a todos. La educación-como meta martiana—concebía los futuros cambios en la política de los pueblos”, advirtió.

LAS GUERRAS Y  LAS LUCHAS

“En América Latina, durante el período de esencia épica; fueron frecuentes las guerras, las luchas, los encontronazos, los desplazamientos de seres humanos de sus lugares de nacimiento y por ende de sus culturas ancestrales.  Hubo también líderes, como Martí, que sopesaron sus sacrificios en la contienda como elemento suficiente para hacerlos merecedores de privilegios y en tal sentido sus malogradas repúblicas fueron una extensión de la colonia pese a la lucha contra los dominantes extranjeros”, enfatizó.

“Los hombres que encabezaron los movimientos de liberación, salvo unas cuantas excepciones como la de Bolívar, se apresuraron a tallarse patrias a su medida: entonces las fronteras de cada uno de los países llegaban hasta donde llegaban las armas de los caudillos”, concluyó.

“Por eso-recopiló Díaz Balart – que José Martí se opuso a muchas tesis acerca de las contradicciones entre civilización y barbarie: «No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza. Según Martí, la sustentación de este tipo de ideas incubó una visión colonialista de la historia y la sociedad”, José Martí, su conocimiento y vocación latinoamericana.