Emilio Bacardí Moreau (Santiago de Cuba, 5 de junio de 1844-Cuabitas, 28 de agosto de 1922) fue un escritor, empresario y político cubano, partidario de la independencia de Cuba.
DE LA REDACCIÓN DE LIBRE Y FUENTES ANEXAS
Nació en Santiago de Cuba, el 5 de junio de 1844, y sus padres fueron el empresario español Facundo Bacardí y Amalia Victoria Moreau.
Sus inquietudes literarias y políticas resultaron tempranas, primero en el movimiento reformista y, poco después, en las filas del independentismo, como participante en una frustrada conspiración que, tras el alzamiento del Diez de octubre de 1868, intentaba deponer al gobernador del Departamento Oriental.
Acusado de facilitar dinero y armas a los insurrectos, en 1876 fue condenado a cumplir prisión en Chafarinas.
En 1852 su familia se trasladó a Barcelona, donde Emilio Bacardí realizó estudios primarios y de pintura. De regreso a su ciudad natal, recibió la segunda enseñanza en el colegio San José, aunque sin alcanzar nivel superior, pues debía emplear parte de su tiempo en las labores de la empresa paterna.
En diciembre de 1867, el Liceo de Puerto Príncipe (actual Camagüey) premió en certamen público un estudio de Bacardí, titulado Conveniencia de reservar a las mujeres ciertos trabajos.
Sus inquietudes políticas resultaron igualmente tempranas, primero en el movimiento reformista y, poco después, en las filas del independentismo, como participante en una frustrada conspiración que, tras el alzamiento del Diez de octubre de 1868, intentaba deponer al gobernador del Departamento Oriental.
Acusado de facilitar dinero y armas a los insurrectos, en 1876 fue condenado a cumplir prisión en Chafarinas.
Participó en la fundación del Partido Liberal Autonomista en Santiago de Cuba, pero también se involucró en las actividades conspirativas que culminaron en la Guerra Chiquita, por lo cual fue deportado nuevamente en 1879.
En 1896, una vez más, su activismo emancipador durante la Guerra de Independencia lo condujo a presidio –en esa ocasión en Ceuta-, bajo acusación de haber proporcionado armas a los patriotas. Su hijo Emilio -tenido de su primer matrimonio con María Lay- , alcanzaría el grado de coronel en el Ejército Libertador, como ayudante de Antonio Maceo durante la campaña invasora.
Tras el cese del dominio español, Emilio Bacardí fue designado alcalde de Santiago de Cuba, y elegido para el mismo cargo en 1901, con el 6% de los votos.
Durante su activa gestión de gobierno creó, con la finalidad de conservar reliquias de la gesta libertadora, el museo que llevaría su nombre, así como una Academia de Bellas Artes y la biblioteca municipal —anexa al museo—, denominada Elvira Cape en honor a su esposa; obras todas financiadas en buena medida con su propio peculio.
También promovió el empleo femenino, ofreciendo trabajo en el Ayuntamiento santiaguero a mujeres que habían quedado viudas o huérfanas a consecuencia de la guerra recién concluida.
En 1906 fue elegido senador de la república por el conservador Partido Moderado, de Domingo Méndez Capote y Tomás Estrada Palma. Extendió la electrificación y pavimentó gran parte del casco urbano, por lo que oficialmente fue reconocido como «Hijo predilecto de Santiago de Cuba».
Al acontecer el levantamiento liberal de agosto de 1906, intentó sin éxito hallar una salida institucional al conflicto —mediante la renuncia de Tomás Estrada Palma y la elección de un sucesor por el Senado—, para evitar una nueva intervención norteamericana.
En 1910 apareció, en Santiago de Cuba, editada por El Cubano Libre, la primera parte de su novela Vía Crucis, una evocación de la Guerra de los Diez Años (1868-1878). En 1914, se publicó en Barcelona (España), impresa en la casa de la viuda de Luis Tasso, la novela completa, con su segunda y última parte, titulada Magdalena. La edición fue prologada por Joaquín Navarro Riera (Ducazcal).
Su drama El abismo fue puesto en escena en 1912 por la compañía de Virginia Fábregas, y publicado por la revista Cuba Contemporánea.
Sin embargo, como literato sobresale sobre todo por su novelística de carácter histórico; particularmente por Vía crucis -vívida estampa de los sacrificios y sufrimientos ocasionados por la Guerra de los Diez Años- y por Doña Guiomar, notable intento de recrear la atmósfera de envidias y conflictos cotidianos en que se desarrollaba la vida en Santiago de Cuba durante las primeras décadas de la villa.
En Doña Guiomar, Bacardí muestra notable capacidad para conseguir una ambientación verosímil y construye una atractiva trama, por más que en su desarrollo se permita, en ocasiones, apreciables libertades cronológicas.
En 1917, publicó Doña Guiomar, ambientada en tiempos de la conquista española (1536 a 1548), y cuya acción se desenvuelve en Santiago de Cuba.
Falleció el 28 de agosto de 1922, a los 78 años, en «Villa Elvira», quinta campestre de su propiedad cercana a Cuabitas, poblado próximo a Santiago de Cuba. La quinta llevaba el nombre de su esposa, Elvira Cape.
A su muerte, en 1922, dejó inéditas las novelas Filigrana y El doctor de Beaulieu, todas de inspiración patriótica y de factura naturalista, aunque animadas de pasión romántica.
También de carácter histórico son sus esbozos biográficos de los patriotas santiagueros Florencio Villanova y Pío Rosado, que publicó en 1920.
Cultivó varios géneros literarios como la crónica de viajes, en la que se destaca: Hacia tierras viejas, recuento de sus viajes por Egipto y Palestina, en el cual muestra sus finas dotes de observador, las narraciones para niños y el teatro.
Fue miembro de la Academia de Historia de Cuba y de la Academia Nacional de Artes y Letras.
Escribió obras teatrales, como el drama Al abismo, estrenado en 1912 por la compañía de Virginia Fábregas, en el teatro Oriente, de Santiago de Cuba, y publicado en la revista Cuba Contemporánea. Permanecen inéditas otras dos obras teatrales: Casada, Virgen y Mártir y La vida.
También escribió las Crónicas de Santiago de Cuba (diez tomos); el libro de viajes Hacia tierras Viejas, y las biografías de Florencio Villanova, Pío Rosado y La condesa de Merlín. Leyó esta última obra en su discurso de recepción en la Academia Nacional de Artes y Letras, como miembro correspondiente de la Región Oriental.
Algunas de sus obras quedaron inéditas y se publicaron años después de su muerte. Así, Cuentos de todas las noches, para niños, y un enjundioso Epistolario, ambos editados por su hija y albacea literaria, Amalia, autora también de su biografía más completa.
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