De forma presencial la mayoría de iglesias de Miami celebraron de acuerdo al programa oficial todos los eventos previstos dentro de la Semana Santa dando una primordial importancia al Lavatorio de pies que ya es tradicional sobre todo en los templos latinos de la ciudad, el jueves pasado.

En iglesias como  Holy Comforter y San Juan Bosco, entre otras, con la mayor devoción y respeto los párrocos personalmente presidieron este tradicional Día del Lavatorio de pies junto con sus feligreses hacia el anochecer.

Rafael García, reverendo de una de estas iglesias, se declaró alegre y satisfecho de haber podido festejar este día tan tradicional de la Semana Santa de forma presencial luego de dos años en que la pandemia del Covid 19 lo impidió totalmente.

“Sentí mucha alegría de poder estar nuevamente así con mis feligreses. Ha sido un día muy especial. Dios ha permitido que todo esto vuelva a la normalidad de forma religiosa. Ahí se demuestra que la fe sigue latente entre los cristianos”, afirmó García.

En la iglesia San Juan Bosco, que es una de las más tradicionales de Miami, también se festejó este día del Lavatorio de Pies, junto con los feligreses, que asistieron además a una misa en la noche para expresar sus oraciones por la paz de la humanidad.

Jorge Benítez, un consumado cristiano de fe, afirmó que el Día del Lavatorio de pies ha debido servir para que la “humanidad este limpia de odios, de envidias y de falsos orgullos, que es lo que ha llevado al pecado por parte de todos los seres de este planeta”.

En cada iglesia de Miami  en la tarde del Jueves Santo, se llevó a cabo la Misa de la Cena del Señor. Allí los sacerdotes realizaron el rito del Lavatorio de Pies, el cual rememora el momento cuando Jesús, durante la Última Cena, se levanta y lava los pies de sus doce apóstoles y tras ello les dice: «Hagan como yo he hecho con ustedes».

¿Pero qué hay detrás de este rito? Pues bien, para la Iglesia Católica esta ceremonia simboliza la vocación de servicio, la humildad y la igualdad que todos sus fieles deben practicar a diario con los demás”, fue la reflexión final que hizo Jorge Benítez.