Centenares de devotos de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, peregrinaron en su día a la Ermita que lleva su nombre en Miami, EE.UU., donde depositaron flores para celebrar los 60 años de la llegada de su réplica al compás de un violinista que ofreció una serenata.
La imagen de «Cachita», como cariñosamente los cubanos llaman a su Patrona, fue compartida esta jornada entre la Ermita de la Caridad y un templo cercano, la iglesia católica de St Kieran, en Coconout Grove, a cuyo interior se acercaron los devotos que no pudieron pasar ante ella a cielo abierto debido a la lluvia.
Para esa noche estaba convocada una misa solemne que oficiaría Monseñor Thomas Wenski, Arzobispo de Miami, y se realizó al aire libre en los predios exteriores frente al santuario.
Cerca de medio millar de asientos permanecían colocados a la caída del Sol en espera de la llegada de los peregrinos a la Ermita para la misa.
El Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad, más conocido como la Ermita de la Caridad, es un templo católico de la Arquidiócesis de Miami dedicado a la Patrona de Cuba y construido en 1967 a orillas de la bahía de la ciudad, obra cumbre del entonces Obispo Agustín A. Román, a quien brindaran gran apoyo los 126 municipios y seis provincias cubanas en el exilio.
LUIS NOA
El joven violinista cubano Luis Noa ofreció una larga serenata este miércoles en el interior de lo que denominó «el santuario de todos los cubanos», en cuyo altar se depositaron decenas de manojos de girasoles, la flor que lleva el amarillo típico de la patrona de Cuba.
«Lo primero que hice al llegar a este hermoso país fue visitar este santuario. Los jóvenes no podemos callarnos y también queremos ver a nuestra Cuba libre», dijo Noa ante un público variado en edades que lo escuchaba.
Este día los cubanos celebran la fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre y, al mismo tiempo, algunos rinden culto a Oshún, la deidad que la religión afrocubana «sincretizó» en la Virgen católica.
LA LEYENDA
Según cuenta la leyenda, la imagen de esta virgen apareció en 1612 en la Bahía de Nipe, la mayor ensenada de Cuba, que se ubica en el norte de la región oriental de la isla. La encontraron unos pescadores flotando en una tabla de madera, reza la leyenda.
Fue el papa Benedicto XV quien la nombró Patrona de Cuba en 1916. Más tarde, la imagen fue coronada canónicamente por el papa Pío XI el 30 de diciembre de 1936.
El exilio cubano se identifica con una talla en madera de la virgen llegada desde la isla dentro de una maleta en 1961. La trajo un 8 de septiembre el cubano Luis «Guajiro» Gutiérrez, que estaba asilado en la embajada de Panamá en La Habana.
Esta imagen, con las mismas dimensiones que la de Santiago de Cuba, donde está el santuario original, había sido tallada 14 años antes de salir de la isla.
«El día que llegué aquí le hicieron una misa en el estadio de pelota en el Northwest. Anunciaron por radio que la Virgen había llegado de Cuba, se llenó el estadio, aunque yo no pude ir», cuenta Gutiérrez, de 85 años, quien la visita cada sábado».
Allí, en el coliseo de béisbol «Bobby Maduro Miami Stadium», la virgen «exiliada» tuvo su primera misa con el exilio, a la que asistieron 30,000 cubanos.
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