ARNALDO SOCORRO SÁNCHEZ: EL MÁRTIR DE LA CARIDAD DEL COBRE

Written by Libre Online

8 de septiembre de 2021

Desagraviando el recuerdo de aquel joven asesinado

Por Julio Estorino, con el testimonio de Eduardo de la Fuente

Tenía apenas 20 años y se llamaba Arnaldo Socorro Sánchez. Había nacido en Unión de Reyes, un pequeño pueblo de los llanos matanceros, el 20 de mayo de 1941. Desde los diez años vivía en La Habana, adonde la familia se había mudado en busca de mejores horizontes. Bien parecido, de mirada clara y honda, el muchacho vivía la hermosa fe de los humildes.

Sus padres, Gregorio y Carlota, habían sabido inculcarle los valores firmes de los que, siendo muy pobres, son, a la vez, muy íntegros. Arnaldo, por su parte, se había hecho miembro de la Juventud Obrera Católica.

–“Voy a la procesión” dijo, en medio de una celebración familiar, y se fue, rumbo a la Iglesia de La Caridad, en el corazón de La Habana. Era domingo, 10 se septiembre de 1961 y era aquella una procesión con ribetes singulares.

Corrían días de severas confrontaciones entre la dictadura castrista y la Iglesia Católica. La persecución religiosa no conocía las púdicas sutilezas que vendrían después y los obispos de aquella época advertían visionariamente sobre los avances del marxismo, encarnando las más legítimas aspiraciones de un creciente sector de la población que, desengañado del fidelismo, trataba de detener el total despojo de la nación cubana.

Destruidas todas las instituciones del país y controlados por el gobierno todos los medios de difusión, la Iglesia se había convertido en el último reducto de la libertad, como si ésta regresara totalmente a su origen, Dios.

En tales circunstancias, aquella no podía ser una procesión cualquiera. Inevitablemente, la fe se identificaba con el rechazo al sistema ateo que se imponía en Cuba a sangre y fuego, y tanto el gobierno como el pueblo sabían que la manifestación religiosa sería también un termómetro de los sentimientos populares respecto al régimen; un régimen que, aparentemente, temía no salir muy bien de aquella prueba.

EL TEMPLO Y ALREDEDORES

A eso de las dos de la tarde el templo y sus alrededores reventaban de público. Según iban llegando las personas, se enteraban que la procesión estaba suspendida, debido a las artimañas de las autoridades. Monseñor Eduardo Boza Masvidal, Obispo Auxiliar de La Habana y también párroco de La Caridad, era no solamente un pastor querido por sus fieles, sino, además, uno de los más respetados críticos de la voraz dictadura que se imponía a los cubanos. Consciente de lo caldeado del ambiente, pidió a los fieles que regresaran a sus hogares, pero estos no se fueron. Tal vez entendían que, en aquellos momentos, la casa de la Madre era el único hogar.

Eduardo de la Fuente nos lo cuenta. Él estaba allí, junto a aquel muchacho a quien no conocía: …”la situación estaba caliente… los milicianos nos rodeaban y comunistas vestidos de civil trataban de infiltrarse entre los católicos… nosotros tratábamos de mantener la calma sin renunciar a nuestros derechos… El tiempo transcurría y la multitud crecía… Vi allí a un militar que se arrancó sus galones y entró a la iglesia a rezar… Un ómnibus se detuvo frente al templo y el chofer dijo a los pasajeros: “Señores, todos somos cubanos. Vamos a la procesión”… Todos se bajaron dando vivas a Cristo Rey… Un negro se enfrentaba a un miliciano y le gritaba: “¡Mátame, maric… que yo quiero ser el primero en caer, para que no se diga que los negros somos ñángaras!”…

-“Comenzaba a oscurecer –sigue contando Eduardo- y la tensión se hacía inaguantable. Aquel muchacho, Arnaldo Socorro, se hizo de un cuadro de la Virgen de la Caridad y lo elevó en sus manos… lo seguimos, pretendimos salir hacia la calle Reina, pero los castristas nos repelieron a puro golpe… regresamos y nos reagrupamos. En una esquina de la iglesia, un hombre fuerte, de pull-over y pantalón verdeolivo, portando una metralleta checa, abrió fuego…

ARNALDO AMETRALLADO

-“Arnaldo cayó al suelo manando abundante sangre… lo recogimos y corrimos con él. En un automóvil lo llevamos a la Casa de Socorros de Corrales, donde lo dejamos… Se tomó la decisión de que la procesión continuaría, porque ya entonces nos comprometía la sangre de aquel muchacho… Partimos nuevamente… En el Prado nos echaron encima los camiones militares y ya por el Capitolio se atrincheraron y comenzaron a disparar… Milagrosamente no hubo más muertos… Regresamos a la iglesia con el cuadro de la Virgen que Arnaldo había enarbolado”…

Eduardo de la Fuente se conmueve todavía ante el recuerdo de aquel día. Y se indigna todavía al recordar lo que vino después: el gobierno se apropió del cadáver de Arnaldo, aquel joven católico y opositor, asesinado por el propio régimen. Los medios de prensa, todos ya en poder de la dictadura, dijeron que se trataba de un joven revolucionario que había tratado de detener la manifestación de los “esbirros con sotana” y que había sido asesinado desde el interior de la iglesia por el padre Agnelio Blanco, uno de los sacerdotes de La Caridad. Después se supo que, a la sazón, el padre Blanco se encontraba en Isla de Pinos. Al tratar de protestar, los familiares del mártir fueron tajantemente advertidos: -“El muerto es de ustedes, pero el entierro es nuestro”. Y así fue. Le rindieron honores de combatiente caído en combate y un dirigente comunista, Jesús Soto, despidió el duelo con un encendido discurso cuajado de falsedades.

SACERDOTES EXPULSADOS

Aquel joven cubano fue despojado no solamente de su vida, sino también de su identidad religiosa y democrática. La verdad se supo, de boca en boca, y Cuba se estremeció de dolor. Siete días más tarde el Obispo Boza Masvidal y 130 sacerdotes más, serían expulsados de la isla a punta de fusil.

Hoy sesenta años después, es justo que esa verdad se divulgue ampliamente y que la memoria de aquel joven cubano que ofrendó su vida a los pies de la Santísima Virgen María de la Caridad del Cobre, en testimonio de fe y de amor patrio, sea debidamente desagraviada. En estos días en que honramos de forma especial a la Virgen Mambisa, Arnaldo Socorro estará también, sin duda, orando por Cuba.

 –––––––––––––––––––––––––––––––

* Julio Estorino nació en 1943, es periodista, miembro fundador del Municipio de Unión de Reyes en el Exilio, exiliado en Miami desde 1963. Eduardo de la Fuente es un activista cubano, nació en 1941, y reside exiliado en Miami desde 1962.

MISA POR EL LX ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL MÁRTIR ARNALDO SOCORRO

Este 10 de septiembre se cumplirán 60 años de la muerte del mártir Arnaldo Socorro, ametrallado en las calles de La Habana durante la histórica procesión de la Patrona de Cuba, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en 1961.  Para rendir tributo a su memoria, y orar por Cuba en estos momentos que parecen ser cruciales para nuestro pueblo,  estamos invitando a todos ustedes, sus familiares y amigos para la correspondiente conmemoración:

Santa Misa por la libertad de Cuba y el bienestar del pueblo cubano. el sábado, 11 de septiembre de 2021, a las diez de la mañana, en la Iglesia Corpus Christi; 3220 NW 7 Ave.                  Miami, FL 33127

Dado que esta conmemoración coincide con el 20º aniversario del ataque a las Torres Gemelas de NY, estaremos orando también por los Estados Unidos.

La misa será oficiada por el Padre José Luis Menéndez, quien también será el predicador.

Se observarán todas las medidas de protección contra el coronavirus.

Temas similares…

0 comentarios

Enviar un comentario