Cuba:Mambises nacidos  en otras tierras

Written by Enrique Ros*

3 de agosto de 2022

Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.

Combatientes de otras

nacionalidades ( I de V)

Llega a la isla Nicolás Valencia que, con sus conocimientos militares, fue asignado a la jefatura del Regimiento de Caballería.

Eran muchos, y de nacionalidad muy variada, los hombres llenos de ideales que nacidos en otras tierras se incorporaban a lo que iba a ser una larga lucha de los cubanos en busca de la independencia de su patria.

ERA FRANCÉS EL JEFE DE ARTILLERÍA DEL MAYOR

GENERAL IGNACIO AGRAMONTE

Eloy Beauviliers, nacido en Francia, residiendo en Puerto Príncipe (Camagüey) se incorpora al Ejército Libertador y bajo las órdenes del Mayor General Ignacio Agramonte participa en el ataque a Puerto Príncipe el 20 de julio de 1869, acción que realiza Agramonte para hacer sentir la fuerza de la revolución en el territorio que sus tropas ocupaban y apoderarse de pertrechos y vituallas que necesitaban y luego retirarse a sus bases de operaciones.

El ataque a la ciudad de Camagüey lo inició el propio Eloy Beauviliers utilizando una pieza de artillería que sirvió para el avance de los insurgentes que entraron a la ciudad por distintos puntos enfrentándose a las tropas españolas dirigidas por el Mariscal Eusebio Coello. El grupo dirigido personalmente por Agramonte entabló combate con las tropas españolas integradas por una infantería de marina y el batallón de voluntarios de la Unión Liberal se concentraron, pero el grupo de insurrectos habían cumplido los objetivos perseguidos y se retiraron sin sufrir mayores pérdidas.

Participa luego Beauviliers, entre otros encuentros, en el combate de Minas de Juan Rodríguez, en Guáimaro, el primero de enero de 1870 bajo el mando del mayor general Thomas Jordán quien al frente de unos 550 hombres derrota a una columna de unas 2,000 plazas que incluía hombres de la infantería de marina y de los Regimientos Chicana, Unión y Voluntarios de Madrid, así como un escuadrón de Caballería y tres piezas de artillería. Todas ellas también bajo las órdenes del Mariscal Eusebio Coello. El cañón utilizado por Beauviliers era conocido como «El Ángel», llamado así porque el General de Brigada Ángel del Castillo se lo había ocupado a los españoles en la acción de Pitajones (13 de agosto de 1869). Manejado por el francés Beauviliers el cañón fue colocado en una trinchera que obstruía el camino que conducía a Palo Quemado. En tres oportunidades las fuerzas españolas realizaron cargas de bayoneta que fueron rechazadas. En la cuarta ocasión el General Jordán, ya falto de municiones, se vio obligado a abandonar la trinchera.

El 9 de mayo de 1871 el Mayor, como era siempre designado el Mayor General Ignacio Agramonte, lo nombró Jefe de Artillería, pero cinco días más tarde una partida de la guerrilla de Santa Cruz del Sur lo sorprendió en Jagua, al sur de Camagüey. Fue hecho prisionero y ejecutado de inmediato.

No es sólo Beauviliers el único francés que viene a unir su vida a los destinos de la isla de Cuba. También llega Edgard Carbonne que se incorporó a la Guerra de la Independencia de Cuba como expedicionario del cuarto viaje del vapor Laurada el 21 de marzo de 1897. Carbonne estuvo al frente de la Academia Técnica Práctica para la fabricación y manejo de explosivos, fundada por Carlos Roloff en Sabanita, Camagüey. Antes de concluir la guerra Carbonne sufrió un accidente que le ocasionó graves quemaduras en el cuerpo por lo que no pudo participar en acciones bélicas.

 IDEA DE UN PERUANO: EL PRIMER BARCO CORSARIO DEL EJÉRCITO

LIBERTADOR

El peruano Leoncio Prado, tan injustamente ignorado por nuestros historiadores, concibió la idea de secuestrar un barco español y convertirlo en un buque corsario con el pabellón de la República de Cuba en Armas y dedicarlo a obstaculizar la comunicación marítima de la metrópoli con la isla.

A ese efecto se confabuló con un grupo de 11 cubanos para apoderarse en Puerto Plata, Santo Domingo, del vapor Moctezuma que transportaba correo, víveres, mercancías y pasajeros a varios puertos del Mar Caribe. El 17 de noviembre de 1876 abordaron el barco y a las pocas horas de navegación detuvieron a la tripulación y demás pasajeros a los que desembarcaron en Port de Paix, Haití. Luego se dirigieron a Puerto Limón, donde anclaron el 13 de aquel mes.

Alarmadas las autoridades españolas ordenaron a varios barcos de su marina (Isabel la Católica, Pizarra, Las Navas, El Tornado, Bazán y Jorge Juan) capturar al Moctezuma que ya se encontraba en el puerto Gracias a Dios, impidiéndole la evasión por lo que los patriotas descargaron el armamento e incendiaron la nave.

Posteriormente Leoncio Prado volvió a integrarse a la lucha por la independencia de Cuba.

OTRO PERUANO AL SERVICIO DE LA INDEPENDENCIA DE CUBA

Temístocles Molina Derteano, había nacido en Lima, Perú, en 1862. Participa el 25 de julio (1897) en el enfrentamiento de Los Claveles, en las inmediaciones de la ciudad de Camagüey con una columna española. Las fuerzas cubanas eran dirigidas por el Brigadier López Lope Recio-Loynaz. Participó en el encuentro de Urabo, pueblo cercano a la ciudad de Camagüey, que fue la última acción combativa de las fuerzas que él comandaba antes de terminar la contienda. Al concluir nuestra guerra de independencia se licenció el 17 de diciembre de 1898 regresando a Perú, su país de origen.

Había servido Molina Derteano en el ejército de Perú alcanzando el grado de comandante. Llega a Cuba en el cuarto viaje del vapor Laurada que desembarcaba el 21 de marzo de 1897 por el Esterón de Júcaro, cerca de Banes, Oriente, bajo el mando del Mayor General Carlos Roloff, el polaco que tan activa participación tuvo en nuestras luchas independentistas.

Participa este valioso pero poco conocido peruano en distintas acciones bajo el mando del Mayor General Roloff y el 22 de febrero de 1898 se destaca en el combate de Peralejos, cerca de Najasa, bajo las órdenes del General Maximiliano Ramos, uno de los combatientes que pelearon en nuestras tres guerras emancipadoras.

Esta expedición del Laurada (que luego fue renombrado «Antonio Maceo») había sido financiada por la Delegación Cubana y organizada por el General de Brigada Joaquín Castillo Duany. Entre los 36 expedicionarios se encontraba José Martí Zayas Bazán -el hijo del Apóstol Martí- y el capitán francés Alonso Migaux. Todo el pertrecho que traía, con la colaboración del General Luis de Feria, que llegó a prestar auxilio en el desembarco, cuyo material le fue entregado al Mayor General Calixto García.

Juan J. E. Casasús en su biografía de Calixto García mencionaba que Leoncio Prado, formando parte del Comité Revolucionario de la Emigración, aportaba poderosos elementos de guerra como uno del «Grupo de los Cinco». Este grupo estaba formado por José Francisco Lamadrid, Fidel G. Pierra, Leandro Rodríguez, Ramón Martínez y al propio Prado, los que se dedicaban a recolectar inmediatamente fondos y elementos de guerra y entregarlos a Leoncio Prado.

(Continuará la semana próxima)

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