as elecciones primarias presidenciales argentinas, celebradas el pasado domingo 13, produjo, para muchos, dentro y fuera del país, una especie de sorpresa, que no lo fue del todo, si consideramos la caótica situación económica por la que atraviesa la otrora próspera nación sudamericana, cuyos votantes, principalmente de la clase media, dieron la mayoría de sus votos a Javier Milei, un congresista libertario considerado “outsider” o independiente, quien promete, entre otras cosas, reemplazar el peso con dólares. ¿Fue, en realidad, una sorpresa? Bueno, no tanto. Era de esperarse.
Por una buena parte del pasado siglo, y lo que va del presente, la población argentina ha estado sufriendo una economía que ha ido saltando de calamidad en calamidad económica, mayormente debido a una persistente endémica inflación, una corrupta gestión gubernativa a manos del socialismo peronista, y un endeudamiento estratosférico con el Fondo Monetario Internacional, que ya se eleva a 44 billones de dólares. La carga mayor de este peso ha caído, desproporcionalmente, en la clase media. Y es precisamente de esta fracción de la sociedad argentina, de donde salieron los votos para darle el primer lugar en las primarias a Javier Milei.
Con una economía agónica, semi paralizada, Argentina se aproxima a una nueva crisis monetaria. El peso ha caído, en los últimos días de la pasada semana, más del 13% en el mercado negro, y el banco central movió su intercambio oficial a 350 por dólar lo que constituye una devaluación del 22% de la moneda nacional.
En medio de esta locura económica, el congresista y aspirante presidencial, Javier Milei, quien es, además, economista, ha ofrecido, en sus discursos de campaña, implantar la dolarización en la nación, con el objetivo de estabilizar la economía y al mismo tiempo frenar la galopante inflación que afecta al país con una tasa de 116% al momento en que se escribe este artículo.
¿Podrá lograr este empeño el Sr. Milei? Es posible, pero no del todo probable, puesto que su partido, “La Libertad Avanza”, cuenta con sólo dos miembros en el Congreso, y, aunque las cosas pudieran cambiar, de ahora a octubre, en que se celebra la primera vuelta en las elecciones, no luce plausible una cooperación o alianza por parte de los peronistas y otros grupos amantes del status quo.
Las indicaciones apuntan a que el joven libertario, de 52 años, estará nadando solo en aguas turbulentas, rodeado de tiburones, y sin más ayuda que las de su partido, y, quizás, otra docena de congresistas que compartan sus ideas políticas y económicas, que se centran, esencialmente, en un gobierno limitado, a diferencia de los existentes, ahora, y en el pasado, y que han sido responsables de los problemas económicos, consecuencias directas de las súper regulaciones, el excesivo sistema tributario, los subsidios partidistas y el proteccionismo corrupto atrincherado en el eterno caudillismo peronista.
Dadas las condiciones del momento, con una población altamente frustrada con una asfixiante inflación, y un gobierno inhábil para resolver los serios problemas que aquejan al país, la elección de Milei, descontando mayores imponderables que surjan en el camino a octubre, parece tener las mejores probabilidades.
Si esta proyección llegara a concretarse, el economista libertario se enfrentaría a un formidable bloque compuesto por los peronistas, la izquierda liberal, y los sindicatos, generalmente controlados por la mafia argentina, que harían su labor como presidente, extremadamente difícil.
Es evidente que existe una sustancial diferencia de criterio que divide a Javier Milei del actual gobierno argentino. El aboga por una estrecha relación con Estados Unidos, mientras que la administración de los dos Fernández pretende alinearse al campo chino-ruso. Por otra parte, Milei es partidario del mercado abierto y libre, reducir los gastos públicos, eliminar el control sobre el capital, y privatizar las empresas en manos del gobierno.
Todos estos principios político-económicos, sobre los cuales es preciso fijar la atención de una manera preferente, lo sitúan en frontal colisión con el establishment, dominado, por largo tiempo, por el socialismo peronista y su maquinaria anexa a los poderes legislativo y ejecutivo, palancas muy efectivas para sus maniobras no siempre bajo la mejor sombra de la ley.
Huelga decir que Javier Milei, precisamente por la variedad de los tópicos que componen su agenda, es sobradamente controversial. Para muchos es “diferente”. Para otros es “un alucinado”.
En sus prescripciones para curar los problemas de Argentina, Milei propone algunos drásticos pasos que, seguramente, hallarán fuerte oposición en el Congreso, como son, por ejemplo, terminar las escuelas públicas, apoyar un mercado a través del cual los argentinos puedan vender sus órganos, expandir el acceso a las armas y poner fin al aborto legal.
Obviando estos no minúsculos obstáculos, si Milei llegara a la presidencia, lo cual luce factible, hallaría una economía en términos ruinosos, con unas reservas negativas, y un Congreso tan hostil, que su gestión para gobernar sería seriamente limitada.
Milei, el economista libertario congresista ha dado su mensaje que la clase media no acepta más la presente situación. Su victoria es la prueba. Pero ¿será capaz el libertario populista de armonizar, de conciliar, sus principios y proyectos con la realidad política de su país, y, sobre todo, con las fuerzas políticas que se le oponen?
Esperemos que así sea.
BALCÓN AL MUNDO
La economía de China comunista se debilita. Hay poco, o cero crecimiento. El desempleo entre la juventud ya tocó el 22%, pero el gobierno quiere tapar el sol con un dedo. Allí no pasa nada.
Y para ocultar lo inocultable, decidió no publicar más la tasa de desempleo y otras datas importantes. De aquí en lo adelante, que todo quede dentro de la Gran Muralla.
Occidente, y el resto del mundo, saben que los chinos vienen escondiendo, y repetidamente falseando los datos económicos, mostrando cifras por encima de lo verdaderamente real, para elevar su posición ante las organizaciones internacionales y la opinión pública mundial.
No obstante, ellos pueden engañar al mundo parte del tiempo, pero no todo el tiempo. China ha llegado a su punto económico más elevado. Ha tocado el pico de la montaña, y pronto, muy pronto, comenzará su descenso. Estados Unidos la hizo rica convirtiéndola en la factoría del mundo, pero las cosas han cambiado. Ahora, Vietnam, Filipinas y otros países de Asia, junto con México, compiten para ofrecer el mismo servicio sin el agravante peligroso del robo tecnológico que China ha practicado por muchos años.
Los chinos deben aprender, si es que ya no lo saben, que nunca ha sido buena práctica apostar contra América.
*****
El horrífico incendio de Maui, Hawái, el más costoso en pérdidas humanas en la historia de Estados Unidos, ya cuenta con 105 muertes y se espera que se eleve a más de 150. El fuego coincidió con la llegada de un huracán que con increíble velocidad propagó las llamas por toda la población con una descomunal destrucción.
La hermosa y encantadora ciudad de ayer es hoy sólo un vacía extensión desolada y triste. Miles de ciudadanos lo han perdido todo en cuestión de unas pocas horas.
¿Inevitabilidad del destino, o perfidia de la Naturaleza?
¡Vaya usted a saber…!
*****
El consumidor americano es el poderoso motor que mantiene la economía del país funcionando a un nivel razonable. En el mes de julio se incrementaron las compras y gastos a la altura más alta desde enero. Así funcionan las economías de mercado en el inigualable sistema del capitalismo liberal.
*****
La población de indigentes, o sin hogar, personas viviendo en las calles, a la intemperie, ha aumentado en la nación un 11% en lo que va del año. No deja de ser una lamentable crisis que los gobernantes, desde los alcaldes hasta los gobernadores, no han podido resolver. Se necesita un plan inteligente, formulado por expertos, para terminar esta otra tragedia humana que afecta a nuestra sociedad.
¡Y pronto!
0 comentarios