La Lealtad y la perfidia. El brigadier de Cambute. El Médico de Jiguaní
Esta obra aporta datos concretos sobre actos, algunos censurables; los más, admirables, de los hombres que participaron en aquella gloriosa gesta.
Deposición de Máximo Gómez
(I de V)
Estamos en junio. Acampado en Peladero el gobierno vuelve a pedirle a Gómez un número de convoyeros que éste no puede darle porque necesita de todos sus hombres para la operación sobre Holguín que le habían aprobado. No dio Gómez importancia alguna a su razonable negativa. Pero, al día siguiente, nota «con inexplicable sorpresa que, por orden del Secretario de la Guerra, se reúnen las tropas y se les lee la orden de mi destitución» (B. Souza. Máximo Gómez. El Generalísimo).
El gran dominicano no culpa a Céspedes por tan injusta decisión. Sabía quienes eran los verdaderos responsables.
“Hombres intrigantes y miedosos, unos desafectos a mí, quien sabe por qué; otros pusieron en el ánimo de Céspedes la duda o la creencia de que el movimiento iniciado, tan estupendo lo consideraban, llevaba en sí miras ambiciosas, de malos fines…. puesto que en ese plan (yo) solicitaba darme la mano con Agramonte (su desafecto personal), y, una vez unido con aquél, y al frente de un ejército triunfante, claro está que sería proclamado Jefe Militar de la Revolución…”.
¿Quiénes serían los “hombres intrigantes y miedosos” desafectos a Gómez que, actuando como serpientes, fueron responsables de tan reprobable acción? Una más minuciosa investigación habrá de identificarlos.
Máximo Gómez, depuesto, siempre disciplinado, acata la decisión y acampa en Piloto de Mustelier donde sigue combatiendo. Marcha por Corralillo, en zona enemiga.
Ante la injusta medida responde Gómez con gran ecuanimidad a jefes y oficiales que lo incitaban a enfrentarse con las armas a la incorrecta decisión:
“La mejor muestra de simpatía que ustedes pueden darme es marchar callados y contentos a ayudar al gobierno. Yo no soy más que un soldado como lo son ustedes para servir a la Patria”.
En esos días Carlos Manuel escribe a Ramón Sánchez Betan-court una carta fechada en la “Residencia del Ejecutivo, Junio 19 de 1872” exponiendo las razones para la sustitución de Máximo Gómez. La comenta con fruición Pirala:
«Nadie ha dicho, que sepamos, los principa/es motivos que impulsaron al presidente Céspedes, y tenemos la fortuna de ser nosotros quienes los revelemos. Obra en mi poder una carta número 98, dirigida al ciudadano Ramón Sánchez Betancourt, en contestación a otra de abril 9 anterior; está fechada en la “Residencia del Ejecutivo, Junio 19 de 1872”…
Y sigue Pirala exponiendo los detalles de la carta. ¿Quién hizo llegar al historiador español esta importante comunicación?. No es difícil suponerlo.
Pirala, nos dice Manuel Sanguily, en sus “Anales de la Guerra en Cuba” “aprovecha muchos papeles que le facilitaron en el Ministerio de la Guerra en Madrid, y noticias que les fueron enviadas manuscritas por algunos insurrectos, siendo de ellos… los más extensos que tuviera a su disposición, los apuntes muy curiosos en que entretuvo sus ocios el Dr. Félix Figueredo, hombre por lo general bien informado”.
Para julio ya Gómez ha regresado a Piloto y vuelve hasta Corralillo acompañado, ahora, sólo por su escolta “16 hombres mal pertrechados”. El 16 continúa su marcha y acampa en Caoba, campamento del coronel Cintra. “Allí sé que el brigadier Pérez ya ha marchado para Holguín”, hacia donde también quiere dirigirse Máximo Gómez, pero se le notifica que “el movimiento sobre aquel Distrito no tendrá efecto y nuestras tropas se retiran”.
Los mismos intrigantes han tratado de distanciar al general Máximo Gómez del brigadier José de Jesús Pérez, lo que incomoda al gran dominicano al afirmar “creo que no será muy fácil reunir otra vez muy cerca de 1,000 hombres como los que se han reunido en Holguín”.
CALIXTO GARCÍA
SUSTITUYE A GÓMEZ
El movimiento de Holguín es cancelado. El primero que hacia allá había marchado era el Brigadier Jesús Pérez. Las tropas vuelven a retirarse para sus respectivos Distritos. Gómez acompañará al General Calixto García en breves acciones en la zona de Almarito y Mejías. Junto a ellos estarán el General Calvar y el Brigadier Pérez. Así lo describe Ponte Domínguez:
“El Mayor General Calixto García sustituyó definitivamente a su ilustre maestro Máximo Gómez, en la jefatura de la División de Cuba. Y tuvo como valioso auxiliar al general Manuel de Jesús Calvar, Jefe de la Brigada de Holguín, quien logró un triunfo sonado en la madrugada del 25 al 26 de julio de 1872, con el ataque al destacamento español en el caserío de Baire Abajo. Se produjo bajo un nutrido fuego de las trincheras enemigas, no obstante haber sido sorprendida la guarnición mientras celebraba, con sus habituales orgías, la festividad de Santiago Apóstol, pero Calvar estuvo secundado por el también brigadier José de Jesús Pérez, los teniente coroneles José María Peña, Flor Crombet y Matías Vega Alemán, y el comandante Limbano Sánchez”.
Calixto García se hace cargo del Departamento Militar de Oriente y designa al Mayor General Manuel de Jesús Calvar como segundo jefe, quien estaba también al frente de la División Cuba y Holguín junto con el brigadier José de Jesús Pérez, quien ya, desde el 26 de enero de aquel año 1872, había sido ascendido a General de Brigada. Y la otra División, para mantener la lucha en Guantánamo y Baracoa, fue puesta a cargo del coronel Antonio Maceo y Grajales, con Belisario Grave de Peralta como segundo jefe.
Comenzaba julio de 1872 cuando el General Calixto García ordena a Maceo que salga a batir una tropa enemiga acampada en los llanos de Yanal. A esta operación llevó Maceo a cuatro de los batallones que componían aquella división pero la escasez de parque y la posición ventajosa que ocupaban los peninsulares obligaron a Maceo a retirarse.
Máximo Gómez ha sido sustituido por Calixto pero, aunque decepcionado, sigue combatiendo sin descanso. El 2 de julio (1872) ha combatido en Piloto junto al General Sanguily, “aún a mi cargo”… El 10 está en Corralillo donde, el 12, es atacado por el enemigo. Sigue hacia el sur. Se enfrenta el 15 a fuerzas españolas en el ingenio Jicotea. Llega a Caoba, campamento del Coronel Cintra. “Allí sé que el Brigadier Pérez ya ha marchado para Holguín”. Hacia allá también se dirigirá Gómez. Encontrará que el jefe de la Brigada Cambute se ha batido bravamente en Baire-Abajo.
En julio del 72 entrega Valmaseda su mando de Capitán General de la isla. Calixto García le había infligido días antes, en Holguín, duros golpes derrotando a sus tropas en tres fuertes combates. El 8 de julio la columna del gobernador de Holguín, coronel Juan Huertas y Sortre, famoso por su crueldad, choca con las fuerzas del Gral. García. El coronel Huertas es mortalmente herido en la batalla que se prolongó por más de seis horas. Los sucesores de Blas Villate no lo harán mejor.
El 26 de julio de 1872 el ya General de Brigada José de Jesús, junto con el General de Brigada Manuel de Jesús Calvar, atacaban Baire-Abajo. Participará el ya coronel Bartolomé Masó en ese encuentro. El Presidente Céspedes que marchaba con las tropas del Jefe de la Brigada de Cambute, su fiel amigo José de Jesús Pérez, anota ese día en su Diario:
“Se dice que los españoles acaban de asesinar una familia entera con mujeres y niños de pecho. En cambio las mujeres de Baire-Abajo decían a nuestros soldados: “Ciudadanos, no nos maten, que somos de ustedes”. Y ellos les respondían: “No venimos a matar mujeres, sino españoles”.
Ese día “se separan de nosotros -anota el Padre de la Patria en su Diario- Julio Sanguily, Garrido J. y M. Acosta”.
Unos luchan y combaten casi a diario con las tropas españolas. Otros, intrigan y mienten. Uno de ellos Pérez Trujillo. El 30 de julio anota Céspedes en su Diario: “Pérez Trujillo diz que anda regando que yo he venido a embarcarme”. Mientras unos pocos lo difaman, otros se esfuerzan en mejorarle sus condiciones de vida al Padre de la Patria: “La gente de Jesús Pérez me ha construido un buen rancho. Ahora tenemos mucha fruta y poca carne”.
El primero de agosto le escribe el Presidente Céspedes al General Calixto García:
“Por nuestro amigo. Brigadier Calvar, habrá usted sabido lo que se hizo en Baire-Abajo para quitarle de encima a los españoles… Como amigo y como general encarezco a usted la necesidad de que haya orden, subordinación y justicia. Es tiempo que desaparezcan los abusos y excesos, junto con los hombres que los cometan…”.
(Continuará la semana próxima)
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