Por José “Chamby” Campos
Después que el beisbol profesional debutara en EE.UU. en 1869, Cuba tuvo su primera representación dos años más tarde, cuando en 1871 Esteban Bellán se estableció en la tercera base de Los Troy Haymakers.
Desde esa fecha en adelante La Mayor de Las Antillas se convirtió en la gran propagadora de beisbol a través del resto del continente y el Caribe. México, República Dominicana, Venezuela y Nicaragua son algunos ejemplos donde la pelota cubana tuvo una gran influencia tanto como instructores, promotores y jugadores en los primeros tiempos.
Más tarde luminarias como Martín Dihígo, Lázaro “El Profesor” Salazar, Agustín Bejerano, “El Brujo” Rossell y muchos más enseñaron y demostraron como se jugaba y disfrutaba el deporte. Ya en las décadas del 40 y 50 Cuba también fue precursora y participe en las ligas organizadas de otras naciones.
Cuando llegó la barbarie de 1959, la pelota cubana era la segunda más importante del mundo detrás de Las Grandes Ligas estadounidenses. Desafortunadamente su crecimiento fue detenido con la abolición del profesionalismo.
Sin embargo, la incursión del cubano en la pelota mundial no cesó. Este detalle lo podemos comprobar con la participación de cubanos y descendientes de cubanos en los diferentes equipos que compitieron en este recién concluido quinto Clásico Mundial de Beisbol.
Sin tomar en cuenta al conjunto representante de la tiranía castro-comunista he aquí los peloteros que fueron miembros de los diferentes países en esta pasada contienda.
USA fue representada por dos muchachos cubanoamericanos que en la actualidad son miembros de equipos de Grandes Ligas. Nolan Arenado es la tercera base de Los Cardenales de San Luis y el lanzador derecho Nick Martínez es parte del elenco de Los Padres de San Diego. También fue escogido el pitcher zurdo nacido en Surgidero de Batabanó, Néstor Cortés Jr., que desafortunadamente sufrió una lesión durante los entrenamientos previos al certamen. Este último milita el uniforme de las rayas azules de Los Yankees de Nueva York.
Puerto Rico tuvo una representación cubana-puertorriqueña de parte del versátil jugador Enrique “Kike” Hernández. Este joven lo hemos visto actuar en varias Series Mundiales con Los Dodgers de Los Ángeles y en el presente está con Los Medias Rojas de Boston. En una ocasión fue parte de Los Marlins de Miami.
México contó con el cubano naturalizado mexicano Randy Arozarena. El Grandes Ligas habanero tuvo una espectacular actuación tanto en la ofensiva como en la defensiva. Su alegría, chispa y deseos de ganar dentro del terreno lo llevó a ser la cara de la escuadra azteca. Inclusive después de los partidos se ponía el sombrero de Charro.
El jardinero de Las Manta Rayas de Tampa siempre indicó que representaría a la tierra de Juárez por haberle dado la oportunidad de ser libre.
Nicaragua vía el lanzador derecho Carlos Rodríguez también llevó su sangre cubana a la competencia. Rodríguez nació en la nación centroamericana; su padre es cubano y su madre nicaragüense.
Carlos cursó sus estudios en el High School Miami Christian de nuestra ciudad de Miami y se encuentra en la organización de Los Cerveceros de Milwaukee; donde está clasificado el prospecto número 19.
La República Checa es probablemente el más insólito caso de que haya tenido una representación de conexión cubana. El jugador de cuadro William “Willy” Escala nació en EE.UU. Su papá es cubano y su mamá es de ascendencia Checa lo cual lo calificó para jugar por el país europeo.
Willy ganó un campeonato estatal de béisbol en el 2014 con el High School South Dade al sur de Miami. Tres años después recibió una beca para jugar con La Universidad de Miami y más tarde se transfirió para la universidad local de Barry.
Escala fue protagonista de uno de los episodios más interesantes del torneo en Japón. El lanzador nipón Roki Sasaki golpeó la rodilla izquierda de Willy con un lanzamiento que llevaba una velocidad de 101 millas por hora que causó un tremendo hematoma y un gran dolor al “utility” cubano-checo.
Al próximo día Sasaki visitó el hotel y le obsequió dos bolsas llenas de golosinas como prueba de su disculpa.
Colombia también tuvo su representación de parte del cubano-colombiano Rio Gómez. Lanzador zurdo perteneciente a la organización de Las Medias Rojas de Boston.
Río es hijo del desaparecido cubano- americano Pedro Gómez; quien fuera reportero de ESPN y uno de los periodistas más respetados dentro del mundo de beisbol. Su mamá Sandra es de ascendencia colombiana lo cual le dio la oportunidad de jugar en el Clásico.
Por último, Israel llevó en sus filas al cubanoamericano Danny Valencia. Jugador versátil que lo mismo juega en el cuadro que en los jardines.
Danny nació aquí en la ciudad de Miami. Su mamá es judía y su padre es un exiliado cubano que se convirtió al judaísmo. A raíz de esa situación obtuvo la ciudadanía israelita.
Valencia creció en Boca de Ratón y estudió en Spanish River High School donde también fungió como pelotero. Más tarde fue miembro de la novena de La Universidad de Miami donde su carrera deportiva le dio la oportunidad de ser seleccionado por Los Gemelos de Minnesota.
Desde el año 2019 ha vestido el uniforme de Israel en varios torneos internacionales, incluyendo la olimpiada del 2020; la cual fue llevada a cabo en el 2021 debido a la crisis de la pandemia.
En adición a todos los peloteros anteriormente mencionados también participaron dos hijos de cubanos exiliados. El árbitro Ángel Hernández nació en La Habana y se crio en la ciudad de Hialeah mientras que su compañero Lázaro Díaz vio la luz en esta ciudad de Miami. Ambos trabajaron varios encuentros del evento.
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