Textos Delfín Pérez Cabrera (1949)
Todo ser humano tiene la íntima aspiración, de viajar y conocer las cosas más bellas del mundo, y el que más o el que menos sueña con viajes de leyendas y cuentos.
En nuestros días, desgraciadamente, este impulso natural del hombre ha sido inexplicablemente o quizás por inercia oficial canalizado hacia tierras extrañas. Inexplicablemente porque la tierra “más hermosa que ojos humanos vieron”, nos es desconocida, mientras que hacemos maletas y marchamos a un “weekend” en Miami.
Nos suponemos a Miami una ciudad lindísima y con suficiente atracción turística. ¿pero por qué visitar y conocer lo ajeno antes que lo nuestro?
Con motivo de unas bien ganadas vacaciones propusimos recorrer la Isla y con la cámara fotográfica a cuestas logramos al fin un largo sueño acariciado.
La constancia gráfica del mismo, aquí esta, y aparte de la satisfacción íntima de haberlo realizado, lo traemos a estas cubanísimas páginas.
Aquí, están pues, nuestros campos, playas, monumentos y joyas arquitectónicas, regadas a lo largo de nuestra Isla.
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