Si estuviera vivo, quizás, Arturo Díaz Artiles, habría sido uno de los hombres más dichosos del mundo, al ver que la ciudad le confirió en su honor una calle, precisamente, donde nació su famosa farmacia la cual presidió con orgullo durante más de 40 años.
Allí en ese acto, presidido por el comisionado Joe Carollo, estuvieron presentes todos los miembros de su familia, como sus hijos y nietos, quienes estuvieron felices cuando se develó la placa que lleva su nombre en el sector de la avenida 23 con la Calle Ocho de Miami en el corazón de la Pequeña Habana.
“Hoy es un día muy grande para la ciudad de Miami porque estamos inaugurando una calle en honor de Arturo Díaz Artiles, quien fundó aquí su farmacia Santa Clara, donde a través de ella ayudó enormemente a la humanidad”, dijo Carollo muy emocionado.
“Durante más de 40 años Arturo supo guiar este negocio a la fama y, de paso, él también ganó mucho prestigio porque fue un farmacéutico muy profesional y con ética, quien hoy es recordado por todos sus clientes y pacientes con gran cariño”, insistió Carollo.
Arturo Díaz Jr, su hijo, también se mostró orgulloso, luego de alabar la labor humanitaria y profesional de su padre, quien llegó a este país huyendo del régimen de los hermanos Castro, porque fue un hombre de honor y de sabias ideas políticas que aborreció el comunismo en todas sus facetas
Su hijo recordó que su padre, conocido cariñosamente como “Arturito”, fue un exiliado cubano, nacido en Santa Clara, Cuba, en 1920, y emigró a la Ciudad de Miami en 1961, donde fundó esta farmacia que fue una de las más insignes en Miami en aquella época.
En 1965, Arturo Díaz Artiles abrió la Farmacia Santa Clara en la esquina de Southwest en la Avenida 23 y la Calle 8. La Farmacia era solo la segunda farmacia de dueños cubanos en la Ciudad en ese momento.
La Farmacia, según recordó también su entrañable amigo Manny Gómez, proporcionaba medicamentos a sus clientes y también era un importante lugar de reunión comunitaria para los exiliados cubanos, en particular los de la tercera edad.
Arturo Díaz Artiles operó la Farmacia durante casi 40 años hasta 2004. Recibió por esto muchos reconocimientos por su dedicación y compromiso con la Ciudad, como el Premio de Oro del Condado de Dade de United Way por 30 años de servicio a la comunidad, incluído el Certificado de Apreciación de la Ciudad por parte del alcalde Maurice A. Ferré.
“Cuando pasábamos por la farmacia de Arturito, el hogar de los villaclareños y de los primeros exiliados, ya era común oír esto: “Arturito, ¡cómo me duele el oído! ¿Qué le echo?” “¿Arturito, y la Emulsión de Scott?” ¿Tienes aceite de hígado de bacalao? “Hace mucho frío y el niño necesita reforzarse para no coger catarro”. Esto lo rememoró en vida “Pepito” Sánchez Boudy (ya fallecido).
En muchas familias, junto a nuestra avanzadísima medicina, seguía la creencia en las viejas fórmulas de la “medicina natural”, que rememoraba los tiempos en que todo el mundo se moría “de un aire”. Pero allí estaba la farmacia de Arturito donde todo el mundo se curaba de cualquier mal”, según Sánchez.
“Arturito convirtió su farmacia en un punto obligado del exilio. Tanto se popularizó que nos citábamos “en la farmacia de Arturito”. Y los que estaban por los fríos y venían a Miami, en el verano, al citarse hablaban así: “Llego el miércoles y nos vemos en la farmacia de Arturito, okey”, acotó Manny.
Esta calle y otra en honor del opositor Oswaldo Payá Sardiñas, fueron designadas tras una resolución que lleva la firma del gobernador Ron DeSantis, quien destacó la lucha de estos dos personajes, quienes siempre pensaron y actuaron por la libertad de la isla.
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