Por Rolando González Echemendía Especial para LIBRE
En la Atenas de Cuba, Matanzas, nació Salvador Fernández Bertrán, un cubano ejemplar, hijo de Don Fructuoso Fernández y Luisa Bertrán de Fernández, el 7 de octubre de 1922.
Su padre, un conocido sastre, con una sastrería de renombre en Matanzas, corrió la aventura de mudarse a la Capital en 1939 para que su hijo estudiara en la Universidad de la Habana, la carrera de ingeniería agronómica, así que Salvador se graduó de Ingeniero a temprana edad. De niño ingresó a la Tropa Nº 5 de los “Boy Scouts” en su ciudad natal y llegó a ser Guía de Patrulla y más tarde Jefe de la Tropa, hasta su mudanza a La Habana. Su amor por el Escultismo fue excepcional, y paralelo a sus estudios universitarios, continuó su dirigencia dentro de la Asociación de los Scouts, demostrando su liderazgo, lo que le permitió ascender a los cargos nacionales.
líder de ascendencia
Salvador desde joven se perfilaba como un líder de tremenda ascendencia entre sus compañeros, quizás por su simpatía personal que irradiaba su presencia, por su carácter inflexible en cuanto a valores y su espíritu de superación en una constante competencia consigo mismo para ser mejor cada día de su existencia.
En esa etapa de su vida de estudiante universitario entró a la Acción Católica donde era imposible desconocer su liderazgo. Durante toda su vida fue católico practicante de su religión con gran fervor y llegó a conocer al Papa Juan XXIII y a Pablo VI, con sus respectivas bendiciones apostólicas, en visitas a Roma, siendo ya un dirigente internacional de los Scouts del Mundo.
la promesa scout
Quizás la Promesa Scout y el
cumplimiento de la Ley, cuando uno se compromete a vivir de acuerdo con ellas, Promesa y Ley Scouts, lo tomó muy en serio, y fue su guía a lo largo de su existencia.
El respeto que generaba y su indomable personalidad, no le permitían “chanzas”, ni mediocridades, de ahí su expresión: “Lo bueno es enemigo de lo mejor”.
Su permanente búsqueda de la excelencia y su capacidad de trabajo, en una utilización del tiempo en una forma muy eficaz, le permitió grandes logros en el ejercicio de su carrera como ejecutivo profesional del Movimiento Scout.
Fue un Scout de tiempo completo. Su verdadera vocación era enseñar, y lo hacía como lo predicaba José de la Luz y Caballero, “Enseñar puede cualquiera, educar, solo quien sea un evangelio vivo”.
I INSIGNIA DE MADERA
Ese afán de superación que hemos mencionado, lo llevó a México en 1943 a tomar el primer Curso de la Insignia de Madera, para dirigentes de Tropas del Movimiento Scout, que se celebraba en este hemisferio, dirigido por un austríaco, delegado del Jefe de Campo de Gilwell Park, que era el Campo Escuela Internacional en Sutton, Londres, UK, desde donde se dictaban los contenidos de los cursos de capacitación de los dirigentes de los Scouts en todo el Mundo.
Los Cursos de Insignia de Madera fueron instituídos en 1919 por el propio Fundador del Movimiento Scout, el Mayor General Inglés, Lord Robert Baden-Powell y el Jefe de Campo de Gilwell, nombrado por él, era de hecho, el director de los programas de adiestramiento a nivel mundial y a su vez nombraba a sus representantes autorizados para dirigir los cursos y a sus ayudantes en todo el mundo, y se denominan Diputados del Jefe de Campo de Gilwell.
El Dr. Paúl Löewe, médico de profesión, que había emigrado a México procedente de Austria debido a la invasión nazi, era un dirigente de los Scouts austríacos y había tomado los Cursos en Inglaterra, en Gilwell Park y era un Diputado Jefe de Campo (DJC) para Austria antes de emigrar a México, y en América no había ningún DJC todavía en 1942 cuando se realizó este primer curso dirigido por él y que el joven Salvador Fernández Bertrán asistió como único cubano en este primer Curso de la Insignia de Madera para Jefes de Scouts en su calidad de Comisionado Nacional de Adiestramiento de los Scouts de Cuba.
A su regreso comenzó el gran cambio del Escultismo cubano bajo el impulso de Salvador, para seguir y adoptar los lineamientos originales del Fundador Baden-Powell.
Desde la aceptación de la Ley Scout redactada por Baden-Powell (La Ley Scout de los BSA tiene 12 artículos y la original 10) hasta el uniforme de pantalones cortos, medias largas y sombrero alón.
EN RANCHUELO
En esa función de Comisionado Nacional de Adiestramiento visitó mi casa en Ranchuelo, donde mis padres eran los dueños del Instituto Santa Rosa de Lima, profesores, y mi papá era el Sub-Comisionado Provincial de Las Villas y yo era un scout, Guía de la Patrulla Almiquí, con 12 años. Y ahí conocí a Salvador Fernández, y viajamos por tres días a casi toda la provincia.
Salvador manejando, yo sentado en el medio entre él y mi padre. Le pregunté muchas cosas y él siempre contestaba amablemente. Una de esas preguntas fue cuáles eran los colores de las cintas de patrulla del Almiquí y me contestó que no lo recordaba, pero me lo diría al saberlo.
En esa semana posterior a su visita recibí mi primera carta por correo de Salvador con los colores de la patrulla Almiquí, carmelita y amarillo. Nunca había recibido una carta por correo dirigida a mí, imposible de olvidar.
En ese entonces el Ing. Salvador Fernández Bertrán ya trabajaba con la Oficina Internacional de los Boy Scouts a tiempo completo y voluntario para los Scouts de Cuba.
INSIGNIA DE MADERA
EN CUBA
En 1943 a su regreso de México, era tal su entusiasmo que organizó un segundo Curso de Insignia de Madera en Cuba, de carácter internacional, que se realizó un año después (1944), donde asistieron cursantes de varios países, Brasil, Venezuela, Guatemala, México, Argentina, pero la mayoría cubanos, incluído mi padre, José González Ugarte, y el Director fue el Dr. Paúl Löewe, y su ayudante mexicano, el Arq. Germán Olagaray, y por supuesto Salvador fue parte del profesorado.
Al final del evento le impusieron la Insignia de Madera y el nudo de cuero y el pañuelo de Gilwell. Fue el primer cubano en obtenerla y sus beneficios se esparcieron por toda la América.
AMÉRICA LATINA
En 1945 finalizada la II Guerra Mundial y los países europeos habían quedado desbastados y el coronel John S. Wilson, británico, que había sido el segundo Jefe de Campo de Gilwell, pasó a ser el nuevo Director del Boy Scouts International Bureau, enfocó su trabajo hacia la América Latina, cuya primera acción fue la de contratar al Ing. Salvador Fernández Bertrán como Comisionado Viajero para la región interamericana y de ahí surgió la idea de una Conferencia Continental.
A petición del Coronel Wilson, con el apoyo de los Boy Scouts of America, la idea tomó cuerpo y se convocó a una Reunión Preparatoria de la Conferencia en Schiff Scout Reservation, en Mendham, NJ, USA, a la cual asistieron representantes de 15 países, incluídos los propios USA y Canadá, Cuba, México, Brasil, Colombia, Venezuela, Argentina, Chile, Guatemala, Jamaica, entre otros, el propio Coronel Wilson asistió como generador de la idea juntamente con Salvador.
Presidió la reunión Don Juan Laínez de México, y como Vicepresidente el Dr. Domingo Romeu y Jaime, de Cuba, electo Tesorero el Dr. Gunard Bert, de USA, y Salvador Fernández Bertrán como Secretario General de la Reunión Preparatoria.
Se acordó celebrar la Primera Conferencia Scout Interamericana en Venezuela a mediado del año siguien-te, 1946. El Comité organizador quedó integrado por los miembros antes nombrados y por los representantes de Venezuela, Federico Díaz-Legórburu y Horacio A. Carías.
Aprovechando la visita a Schiff y su relación con el Dr. Gunard Bert, Director del Adiestramiento Profesional de los Boy Scouts of América, BSA, terminada la reunión, Salvador se quedó en Schiff para participar como cursante y graduarse como Scouter Ejecutivo Profesional y obtener los conocimientos complementarios para completar su visión de un Escultismo Inglés en su inspiración, pero profesionalmente práctico en su desarrollo y financiamiento, al estilo de los Estados Unidos de América.
En octubre de 1945 le dieron un golpe de estado al Presidente Isaías Medina Angarita, Presidente de Venezuela, en lo que se conoce como la Revolución de Octubre y eso motivó el cambio de la Sede a Bogotá, Colombia, de la Primera Conferencia Scout Interamericana, denominada la Conferencia de la Paz, bajo el patrocinio de la OEA, del 27 de mayo al 2 de junio de 1946, presidida por Don Juan Laínez de México y actuando como secretario general el Ing. Salvador Fernández Bertrán, a la que asistieron 19 delegaciones de los países del Continente.
Una de las Resoluciones más importantes fue la creación del Consejo Interamericano de Escul-tismo, CIE, para ejecutar los acuerdos de la Conferencia cuando no esté reunida y actuar como máxi-ma autoridad en su defecto.
Se eligieron los diez (10) miembros del CIE y como presidente fue nombrado Don Juan Laínez, y el Ing. Salvador Fernández Bertrán como Secretario Ejecutivo, de hecho, permanente, con sede en la Ciudad de México, donde ubicó también la sede de la Oficina Regional en su calidad de Comisionado Ejecutivo Viajero del Boy Scouts International Bureau para la nueva Región Interamericana.
El Ing. Salvador Fernández Bertrán logró demostrar la eficacia del funcionamiento de la Región Scout Interamericana, de los servicios que se brindaban a las asociaciones miembros y el desarrollo del Movimiento Scout en los países que la conformaban y del intercambio de experiencias, eventos regionales, y este éxito alcanzado, fue suficiente para que el Comité Scout Mundial aprobara la propuesta del director John S. Wilson de promover y crear otras regiones en el mundo y así se organizó la Región Asia-Pacífico, con su Conferencia Regional y su Oficina en Manila, Filipinas.
Posteriormente se creó la Región Africana, con sede en Lagos, Nigeria y la cuarta que se organizó fue el Medio Oriente.
La que tardó en su desarrollo fue la Región Europea, ya que los países no se ponían de acuerdo, ni se logró realizar una Conferencia Europea hasta que la Oficina Scout Mundial se trasladara a Ginebra, después de 1967. Su funcionamiento fue fundamental para la expansión de la membresía de los scouts en los países europeos y surgió en forma mancomunada con las asociaciones paralela de muchachas guías existentes en los países europeos, para realizar su primera Conferencia con representaciones de ambas asociaciones y el Comité Regional que surgió de esta Conferencia, fue mixto, representativo de ambos movimientos.
CAÍDA COMUNISTA
Con la caída del comunismo en Rusia y los países satélites, surgió de nuevo el Movimiento Scout y Hungría, y Polonia, fueron los primeros en ser reconocidos como miembros de la Conferencia Scout Mundial, de inmediato todos los paí-ses detrás de la antigua cortina de hierro, solicitaron su ingreso, incluída Rusia, y se abrió una Oficina en Moscú y el Escultismo volvió a florecer en todas las naciones miembros de la antigua Unión Soviética, creándose la sexta región de Eurasia.
Pero la idea primaria vino de Salvador y de John S. Wilson, que contó con el apoyo de todos los líderes de la época de este continente que aceptaron el concepto, lo apoyaron y realizaron la primera Conferencia Scout Interamericana, en Bogotá, en 1946 y allí surgió la Región.
SE COMPROMETE
En México se comprometió en
matrimonio con su prima Beatriz Espinosa Bertrán. La II Conferencia Scout Interamericana se llevó a cabo en la ciudad de México, DF, del 3 al 8 de mayo de 1948, con Delegaciones de 11 países y fue Presidida por Don Juan Laínez y de ahí en adelante la secretaría sería ejercida por Salvador Fernández Bertrán.
Se eligió al Dr. Domingo Romeu y Jaime presidente del Consejo Interamericano de Escultismo, que era a su vez, presidente de los Scouts de Cuba, y se trasladó la Oficina Regional a La Habana.
Salvador regresó a Cuba con su esposa Beatriz y la Oficina permaneció en Cuba hasta febrero de 1961. La III Conferencia se realizó en La Habana del 20 al 25 de febrero de 1953, con 16 países representados, quedando electo el venezolano Federico Díaz-Legórburu, pero no se mudó la oficina a Caracas.
Luego siguió Brasil con la IV Conferencia en Río de Janeiro del 22 al 27 de febrero de 1957. Y en Caracas, Venezuela, en igual fecha que la anterior, se celebró la V Conferencia Scout Interamericana.
La organización y realización de estas Conferencias fueron producto del arduo y muy profesional trabajo de Salvador Fernández, que además desarrollaba diferentes actividades como la obtención de donaciones para financiar la publicación de libros y manuales, algunos traducidos del Inglés y del Francés, la edición de la Revista Scout de las Américas, de circulación continental, la realización de cursos de la Insignia de Madera y más adelante la organización de los Cursos dirigidos a los Adiestradores y directores de Cursos de la Insignia de Madera, llamados TTT, y esa intensa actividad demandaba un promedio de viajes por toda la Región interamericana de 6 meses al año, dictando cursos, seminarios, inaugurando eventos, con par de visitas al Bureau Internacional en Londres y la obligatoria a Gilwell Park, debido a que Salvador era su representante para toda la Región. Y cuando contrataron al Mayor General Daniel S. Spry, canadiense, héroe la II Guerra Mundial y a su retiro, Jefe Ejecutivo de los Scouts de Canadá, como nuevo Director Internacional, puso como condición la mudanza del Bureau Internacional a Ottawa, Canadá, así que las visitas al Bureau de Salvador Fernández Bertrán se limitaron a este continente.
Sin embargo, su experiencia en la organización de Conferencias fue aprovechada y lo invitaban a trabajar en la organización de las Conferencias Scout Mundiales y a los Jamborees Mundiales.
LA V CONFERENCIA EN 1961
La V Conferencia celebrada en Caracas, en febrero de 1961, fue relevante en la historia de los Scouts de Cuba.
La Delegación cubana estaba integrada por el Dr. David Masnata de Quesada, Comisionado Internacional, la Dra. Celina Cardozo, Secretaria Nacional, y el Excelentísimo Monseñor Alfredo Müller, Capellán Nacional, Obispo Auxiliar de La Habana.
Yo estaba participando en la Conferencia y serví de apoyo a la Delegación cubana, pero no era parte de esta porque colaboraba con Salvador en la Secretaría de la Conferencia y en la animación y apoyo en el desarrollo de las sesiones.
LA SUSPENSIÓN DE CUBA
En la Conferencia la Delegación cubana planteó la injerencia ideológica que la Revolución Castro-Comunista estaba atentando contra el normal desenvolvimiento de los Scouts de Cuba y la amenaza que eso implicaba porque los Scouts eran renuentes a capitular en la defensa de los principios y postulados del Movimiento Scout.
Por tanto, la Conferencia Scout Interamericana aprobó recomendar a la Conferencia Scout Mundial que se celebraría en Lisboa, Portugal, en el mes de abril de ese mismo año, la suspensión de los Scouts de Cuba como Miembro de la Organización Mundial de los Boy Scouts, y así sucedió.
HONOR AL CORONEL
WILSON
Salvador había invitado al coronel John S. Wilson como conferencista principal, ya retirado como Director Internacional, y quizás fue su última actuación en público, y nos brindó una magnífica charla en su idioma natal, y pidió que no fuera traducido por el sistema de traducción simultánea de la Conferencia, sino por Salvador Fernández Bertrán, tal vez como un último homenaje a su amigo y compañero de aventuras scouts por más de 17 años, incluído un viaje de tres meses de duración que realizaron por todo el continente americano visitando la mayoría de las Asociaciones Scouts de la Región.
El coronel dijo que había solicitado que Salvador fuera su traductor, porque estaba seguro de que, al traducirlo al español, su discurso mejoraría sustancialmente por todo lo que añadía Salvador, lo que provocó la risa de la audiencia. (Y era verdad).
El otro hecho importante fue la elección del Dr. Gustavo J. Vollmer Herrera, como presidente del Consejo Interamericano de Escultismo, quien hizo una maravillosa labor durante los cuatro (4) años de su mandato, con la guía de Salvador Fernández como su mano derecha y ejecutor de las decisiones del Consejo.
El Vicepresidente durante ese tiempo fue otro admirador de Salvador, el norteamericano William Duran Campbell, Comisionado Internacional de los Boy Scouts of América y elegido miembro del CIE en la Conferencia de Jamaica en 1964.
Este trío cambió el Escultismo en el mundo e hizo posible que millones de muchachos entraran al Movimiento Scout. Gustavo J. Vollmer después de cuatro años en el CIE, al igual que su amigo y compañero “Bill” Campbell, fueron electos al Comité Scout Mundial y se encontraron con un Comité totalmente inoperante, subordinado a su director, el General Spry, quien daba cuenta de su gestión cada seis (6) meses, pero el Comité como tal no ejercía una dirección efectiva del Movimiento Scout en el mundo. Su acción era limitada.
un cambio
Gustavo y Bill pensaron que había que cambiar esta situación y fueron a la Fundación Ford y obtuvieron una contribución de $100,000 USD para realizar un estudio de la organización mundial y buscar una propuesta de cambio y mejora de la misma, para entrar al futuro con un desarrollo importante para la juventud del mundo, tomando en cuenta los 8,000,000 de miembros a nivel mundial en esa fecha.
Hasta el momento nunca había existido un presidente del comité y durante sus reuniones semestrales de fines de semana largos, la dirección de las reuniones rotaba tres veces cada día, cosa de que la mayoría de sus miembros pudieran presidir alguna de ellas.
Al General Spry no le gustó esta acción y mucho menos que el dinero fuera pagado directamente por la Fundación Ford a la Agencia suiza de asesores internacionales especializados en desarrollo institucional, asignándole el trabajo, al Dr. Laszló Nagy, PhD, Sociólogo con Master en Negocios, escritor de varios libros, algunos de textos universitarios, conferencista y periodista, y que era uno de los Gerentes de dicha firma asesora.
Cuando se completó el Estudio, que demoró casi dos años su realización, y se presentó al Comité Scout Mundial, y fue aprobada su sumisión a la próxima Conferencia Scout Mundial, causó la renuncia del General Spry, porque entre otras cosas, el Estudio señalaba la conveniencia de trasladar el Bureau Internacional de Ottawa a Ginebra, que es una ciudad donde radican las sedes de multitud de agencias internacionales, ONGs, asociaciones humanitarias, organizaciones de las Naciones Unidas, tales como OIT, UNESCO y Derechos Humanos, también la Cruz Roja, WAY y muchas otras.
Se nombró a Richard Lung, que era el segundo de Spry, como nuevo Director Internacional y al aprobarse el informe del Dr. Nagy, en la 6 le correspondió el traslado a Ginebra, Suiza, del Bureau Internacional y de acuerdo a la nueva estructura de la Organización Mundial del Movimiento Scout, el cargo de Director pasó a ser llamado Secretario General, y se eligió por primera vez en la historia del Movimiento Scout, un Presidente del Comité Scout Mundial, recayendo en el Dr. Gustavo J. Vollmer Herrera y William (Bill) Campbell, como Vicepresidente y ante el pase a retiro de Richard Lung, se contrató como funcionario a tiempo completo al causante del cambio, al Dr. Laszló Nagy para desempeñarse como Secretario General y para apoyarlo en sus funciones se contrató al Ing. Salvador Fernández Bertrán, como Director de Adiestramiento y Operaciones, de hecho el segundo al mando.
Me contaba el propio Salvador que para él le resultó un poco embarazoso de pronto convertirse en el jefe de Percy Siebold, quien por muchos años había sido su jefe directo al que reportaba desde la Oficina Interamericana.
Con tantos años de conocerse Percy lo tomó con gran reconocimiento por tratarse de Salvador y no de un extraño.
Otra confidencia que me hizo Salvador fue que el coronel Wilson lo recomendó para la Condecoración más alta del Escultismo Mundial, instituido por el Fundador Baden-Powell, el Lobo de Bronce. Salvador fue el número 23 en recibir esta Condecoración que usó con orgullo, pero cuando nombraron director al General Spry, la guardó como deferencia al Director, y volvió a usarla cuando Spry a su vez, fue condecorado. Esto denota la nobleza de Salvador Fernández.
EN PANAMÁ
En 1964 me tocó organizar y dirigir como Jefe de Campo, el V Camporee Scout Centroamericano, en Tocumen, Panamá, con la participación de las tres asociaciones que existían en el país, Scouts de Panamá, los International Boy Scout of the Canal Zone, para los hijos de los empleados del Canal de Panamá que no eran ciudadanos norteamericanos, y el Local Council de los Boy Scouts of América, para los hijos de los ciudadanos de USA, empleados del Canal y de los soldados destacados allí.
La Comisión Organizadora estaba presidida por el Ministro de Justicia, Marcos A. Robles (Posteriormente fue electo presidente del país) y como vicepresidentes, el Cnel. Vallarino, Jefe de la Guardia Nacional y el General Bogar, presidente de los scouts americanos y Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los USA, radicados en la Zona del Canal de Panamá.
Yo invité a Salvador Fernández para que inaugurara el Evento y para que acampara con nosotros durante la semana.
En la Ceremonia de Apertura, con la presencia de la Comisión Organizadora y otras Autoridades Gubernamentales y Religiosas, con más de 1,500 muchachos scout provenientes de 14 asociaciones de sus respectivos países, de norte, centro, sur América y del Caribe, reunidos en la Arena del campamento, escucharon emocionados al igual que los adultos, las emotivas palabras, casi a grito, en una magnifica arenga, en representación de la Organización Mundial, de Salvador Fernández, que poniéndose a la altura de sus oyentes, les marcó la senda de la Promesa y Ley Scout.
Durante la semana, sin previo aviso, sin escoltas, y en compañía de su pequeño hijo, se apareció en el campamento el Excmo. Presidente de la República de Panamá, Don Roberto F. Chiari, al cual lo atendimos Salvador y Yo, mostrándole las instalaciones y los subcampos del Camporee. La Estrella de Panamá nos donaba diariamente más de 1,500 litros de leche para el consumo de los scouts. Esta empresa de su propiedad había suscrito un acuerdo de procesar la leche en polvo que nos donó la C.A.R.E. y envasarla y traerla al campamento todos los días.
Salvador y yo nos despedimos del Presidente Chiari y de su hijo, con gratitud y respeto. Salvador aprovechó la visita para explicarle al presidente la importancia de su apoyo a los Scouts de Panamá para lograr una juventud más sana en beneficio del país.
WILLIAM DURANT
William (Bill) Durant Campbell, en adición a la vicepresidencia del Comité Scout Mundial, fue nombrado presidente de la Comisión de Operaciones para trabajar como voluntario en apoyo a Salvador Fernández Bertrán, formando un equipo de trabajo para lograr resultados tangibles en el desarrollo y crecimiento del Movimiento Scout en los países africanos al ir obteniendo su libertad en el proceso de descolonización.
Muchos de los nuevos mandatarios querían marcar distancia con los países colonizadores y por tanto las agrupaciones scouts las veían como reminiscencias coloniales, todavía apéndices de las potencias europeas, Francia, Alemania, Portugal, Inglaterra, Holanda y España, desmarcándose también de los Estados Unidos, siguiendo una línea de descontento generalizado hacia los poderes occidentales, con un pensamiento de rechazo a lo que no fuera autóctono, aceptando ayuda de los países islámicos y de la Unión Soviética y Cuba, tratando de mostrar un pensamiento totalmente independiente de su reciente pasado y una visión izquierdista de su realidad.
Esta fue la situación que el Sr. Campbell y Salvador Fernández tenían que enfrentar para que el Movimiento Scout prevaleciera y no fuera convertido ni en “Jóvenes Rebeldes de la Nueva África” o en Pioneros Rusos. La estrategia que utilizaron fue de demostrarles a los nuevos presidentes africanos que el Escultismo africano, era africano.
Dirigido por africanos, para niños africanos, para generar mejores ciudadanos africanos, y que al final era un programa educativo que se aplicaba en casi todos los países del mundo, con su propio método y de beneficio directo para la comunidad donde se estaba aplicando el programa. Y la idea genial que desarrollaron las asociaciones scouts africanas fue el Servicio.
Comenzaron a fabricar con sus propias manos, escuelas, campos deportivos, centros comunales, viviendas, saneamiento ambiental, letrinas, pozos para obtener agua potable no contaminada y otros proyectos de ayuda comunal.
Así surgió el Programa de Desarrollo de la Comunidad, que fue la salvación del Escultismo africano y se convirtió en un Programa Mundial. Salvador y Bill lograron la protección del Movimiento Scout por parte de los Gobiernos Africanos, su consolidación y crecimiento.
Se realizó una película de las actividades realizadas por los scouts en todo el mundo, aplicando el desarrollo de la comunidad, mostrando diferentes proyectos realizados en países africanos, en las Filipinas, Indonesia, Costa Rica y Venezuela, bajo el titulo “Esto también es Escultismo”, narrada en varios idiomas y muchos países la utilizaron para sus Campañas de Expansión.
BILL CAMPBELL
Bill D. Campbell viajaba siempre con su esposa y a su vez invitaba a Betty, la esposa de Salvador, para que los acompañara en sus viajes. Así viajaron medio mundo, visitando en función de trabajo los países asiáticos, del medio oriente y africanos.
Recibieron condecoraciones y honores de las Asociaciones Scouts de casi todos los países visitados, así como de muchos de sus Gobernantes. Todos mostraron su agradecimiento a este equipo humano que les mostró el camino para sobrevivir y crecer.
Esta fue la semilla para que la población scout mundial pudiera expandirse de esos 8,000,000 de miembros en 1965 a los 57,000,000 que son ahora en más de 105 países y territorios.
ASCIENDEN A SALVADOR
Salvador fue nombrado Secretario General Adjunto del Dr. Laszló Nagy. Ejerció sus funciones con eficiencia, determinación y total capacidad. Sacó tiempo para completar estudios universitarios en alta gerencia, algo muy difícil de lograr debido a sus viajes.
Completó con crece su compromiso con Laszló Nagy de trabajar con él tres años y permaneció cinco. Se retiró con la gratitud de sus compañeros de la Oficina Mundial a los cuales había inspirado y el respeto y admiración de dirigentes de las asociaciones scouts de todo el mundo, cuando recibieron su carta de despedida.
Había servido al Movimiento Scout como Profesional a tiempo completo por 25 años, y en adelante aspiraba a comenzar una nueva etapa de su vida en el Mundo de la Empresa Privada. Había aceptado la oferta del Dr. Gustavo J. Vollmer para unirse a su grupo empresarial, trabajando directamente con él y apoyándolo en sus actividades empresariales, trasladándose con su familia, incluida su Madre, aún activa, a Caracas, Venezuela.
Desde su llegada, comenzó a colaborar con la Asociación de Scouts de Venezuela, y fue nombrado miembro del Consejo Nacional y de la Comisión de Finanzas donde Gustavo J. Vollmer era el presidente, con la responsabilidad de financiar el presupuesto de gastos y ciertos programas especiales de la Asociación de Scouts de Venezuela.
La relación entre Salvador y Gustavo era más que laboral, sino que estaba regida por la amistad, el mutuo conocimiento y la admiración que sentían entre ambos.
Desde 1961 habían dado lo mejor de sí en pro del Escultismo, dentro de un intercambio de respeto y total confianza. Salvador fue nombrado en la Junta Directiva de la Universidad Católica “Andrés Bello” (Jesuita) y en la directiva de otras compañías, además de sus funciones ejecutivas del Grupo.
Las empresas del Grupo seguían un programa de planificación formal desarrollado por la Universidad de Stanford, y a Salvador le encargaron el seguimiento de la noticia mundial, para determinar las tendencias mundiales y como pudieran afectar a las empresas y sus inversiones en un momento dado, para lo cual entre las primeras cosas que organizó fue un centro de información y documentación con acceso a una nutrida biblioteca, que recibía diariamente los principales periódicos del mundo.
Para la reunión anual de planificación preparaba y editaba un pequeño libro titulado “La Noticia Mundial”, la cual presentaba con diapositivas en una charla audio visual muy impactante.
Anualmente lo invitaba a mi Club Rotario para que nos presentara un resumen de su conferencia y lo hacía con diapositivas y de manera muy inspiracional, muy aplaudido, y de gran motivación para los Rotarios asistentes, además de repartir su libro a cada asistente. Salvador era un elocuente conferencista. En esta etapa de su vida no quiso volver a pertenecer a Rotary. Había sido Rotario en la Habana hasta que salió de Cuba y su tiempo realmente lo tenía muy comprometido.
MI CANDIDATURA AL C.I.E.
Fue un factor de mucho peso para que presentara mi candidatura para miembro del Consejo Scout Interamericano, CIE, con el respaldo de los Scouts de Venezuela, donde yo era el Comisionado Internacional y me acompañó a Guatemala donde en la XI Conferencia Scout Interamericana fui electo miembro y vicepresidente por dos años y luego presidente por otros cuatro años más, y fue así que los Scouts de Venezuela presentaron la Candidatura de Salvador Fernández Bertrán para ser miembro del Comité Scout Mundial y siendo yo presidente del CIE, me tocó promover su candidatura.
Más que promover, fue avisar, él no necesitaba mucha promoción, porque era admirado, conocido y respetado en todo el mundo, y me tocó acompañarlo a Dakar, Senegal, para su elección en la XXVIII Conferencia Scout Mundial en el verano de 1981, en compañía de la delegación venezolana a la cual asistió también Gustavo J. Vollmer y todos sus amigos africanos le demostraron su afecto y su apoyo.
Este era uno de sus sueños convertido en realidad, ser como voluntario, miembro del Comité que rige los destinos del Movimiento Scout en el mundo y ahora encontrarse con su antiguo jefe, Laszló Nagy, secretario general, sentados juntos, para aprovechar toda su experiencia y conocimientos de la realidad mundial del Escultismo, en función de aplicarlas en el desarrollo de planes novedosos, actualizar el programa para los muchachos y la proyección de la organización mundial hacia nuevos derroteros, y aprobar su ejecución.
CONSTRUYE SU CASA
Otro de sus sueños cumplidos fue la adquisición de un terreno en una muy buena urbanización de Caracas y construir la casa que querían tanto él como Betty y las niñas, con todas sus necesidades cubiertas, incluyendo un gran salón para su extensa biblioteca y de toda la familia, con espacio suficiente para que las actividades de cada uno los miembros pudieran realizarlas. Al frente de la casa había una gran Flor de Lis en hierro oxidado que de hecho le daba nombre a la residencia.
Siendo miembro del Comité Scout Mundial le correspondió a Salvador asistir a la XIV Conferencia Scout Interamericana, del 4 al 8 de septiembre de 1984, celebrada en Curitiba, Brasil, donde yo terminaba mi mandato como presidente del CIE.
Salvador fue uno de los oradores principales brindando un mensaje de esperanza y logros para este Movimiento Scout que es un factor indiscutible para la educación de la juventud en carácter, liderazgo, buena ciudadanía y democracia.
Con un programa para el desarrollo físico, mental y espiritual, tal como dice la Promesa en su parte final… “Y mantenerme siempre, físicamente fuerte, moralmente recto y mentalmente dispuesto”.
ENFERMEDAD TERMINAL
A su regreso de Brasil no se sintió bien de salud, desarrolló una enfermedad terminal y falleció, cinco meses después, el 10 de febrero de 1985. Los Scouts de Venezuela le hicieron guardia de honor y lo acompañaron hasta el Cementerio del Este, en su última morada, en la seguridad de que sus restos descansan en paz, y que su recuerdo seguirá vivo en los corazones de todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo, y muchos de nosotros de haber sido sus alumnos y los seguidores de su ejemplo.
Visitó más de 100 países, recibió honores y condecoraciones, conoció Reyes, Presidentes de países, Ministros de Educación de casi todos las Naciones visitadas y a lo largo de los 20 años de su gestión en la Región Interamericana, en sus visitas anuales a los asociaciones scouts, conoció a la mayoría de los Presidentes latino americanos y a sus Ministros de Educación, y en cada visita realizada comunicó su mensaje sobre la importancia del Movimiento Scout y su valor educativo, y dejó una huella de vivencia de los valores que predicaba.
No dejó monumentos, pero su legado quedó plasmado en los millones de muchachos que trabajan para hacer un mundo mejor.
Este fue el mensaje de Baden-Powell, que a la hora de dejar este mundo, dejarlo en mejores condiciones de como lo encontramos.
Definitivamente Salvador Fernández Bertrán cumplió a cabalidad con este postulado del Fundador y su existencia es un digno ejemplo que debemos imitar.
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