TRES FATÍDICOS DÍAS DE MARZO

Written by Fernando Milanés

21 de marzo de 2023

En un momento del día de hoy, una niña cubana llamada Jacqueline le escribirá al padre una carta reflejando el triste aniversario del día cuando Fidel Castro condenó a su padre el Capitán de la Fuerza Aérea de Cuba, Agustín Piñera a treinta años de cárcel.

Carlos Martínez, The Miami Herald, Op-Ed marzo 5, 1966.

Quizás todo comenzó un 10 de marzo del año 1952, cuando Fulgencio Batista interrumpió el estado constitucional de Cuba apoderándose ilegítimamente del poder.  

A pesar de la poca resistencia inicial, el mantenimiento de los derechos individuales y la prensa, una economía creciente, y dos elecciones, existió una legítima oposición que fue después traicionada por un conocido aventurero llamado Fidel Castro.   

Aunque los robos de propiedades, negocios y fusilamientos comenzaron inmediatamente en enero de 1959, el pueblo, y el mundo, lo seguían aplaudiendo vociferando en contra de los supuestos Batistianos, las primeras víctimas de las atrocidades. 

El primer indicio de la verdadera condición tiránica de Fidel fue el 3 de marzo, cuando un tribunal revolucionario dirigido por el Comandante Félix Pena absolvió a 43 pilotos de la Fuerza Aérea Cubana, acusados de cometer “crímenes de guerra y genocidio”.  

El tribunal, convencido por pruebas concluyentes de que estos pilotos solo cumplían órdenes militares en una guerra civil, y que los bombardeos habían sido exclusivamente en zonas ocupadas por los rebeldes, hechos a los que testificaron los mismos soldados castristas, los declararon a todos inocentes en esta sentencia;

Fallamos que debemos absolver y absolvemos a todos y cada uno de los acusados en este proceso, disponiendo al propio tiempo la libertad de los mismos, solo por esta causa, debiendo dictar al efecto todos los despachos que fueren necesario para el cumplimiento de esta resolución, así como la notificación de la misma a todas y cada una de las partes. Así, por nuestra sentencia pronunciamos, mandamos y firmamos ante mí que certifico. Comandante Félix Pena presidente, Antonio Michel Yabor, doctor Adalberto Paruas Toll, vocales; procurador Nicolás Bello, secretario.

Un furioso Fidel Castro, ordenó un nuevo juicio donde se condenara 

“a priori” a los pilotos dirigido por el Comandante Manuel “Barbarroja” Piñeiro, donde sufrieron una condena de 30 años de trabajo forzado, aunque la preferencia del sanguinario Fidel, en sus arengas al ciego y fanatizado pueblo cubano, fuera de fusilamiento.  

Al finalizar este inusitado proceso en marzo del año 1959, más de 75 aviadores fueron encarcelados, el Comandante Félix Pena apareció suicidado y el Comandante Michel huyendo al exilio  con una carta a Castro que comenzó con este párrafo;

«Tras largo proceso de maduración me veo obligado a tomar la más dura y dolorosa decisión de mi vida. Hoy, después de ocho años dedicado a luchar fervorosamente por mi patria, tras haber compartido dos años de prisión contigo, luego de múltiples vicisitudes y riesgos que culminaron con la hermosa lucha de la Sierra Maestra, me veo compelido a renunciar a mi puesto en la Fuerza Aérea Revolucionaria y a tomar, una vez más, el triste camino del exilio.

Ese fue solo uno de los trágicos incidentes del régimen tiránico de Cuba que después de más de 64 años sigue sojuzgando al pueblo. 

A pesar de la terrible historia y la opresión existente hoy en día el presidente Biden, imitando a Obama, piensa visitar Cuba, reafirmando su apoyo al caudillaje militar y al resucitado Raúl, a pesar de que la historia ha demostrado que la ayuda económica y apertura turística y comercial solo ha resultado en un aumento a la represión y enriquecimiento de la cúpula militar.

A este supuesto viaje, lo acompañarán físicamente o en espíritu muchos intereses económicos norteamericanos y algunos apátridas cubanos que al igual que en Marzo de 1959 durante el juicio a los pilotos, aplaudirán, celebrarán y adularán con gestos y palabras a los déspotas del régimen. 

Acá, seguirán llorando las muchas niñas “Jacqueline”, que desesperan por sus padres apaleados y presos y añoran por el día que todo el pueblo goce de libertad.

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