Trascendencia histórica y política de la Protesta de Baraguá. 15 de marzo de 1878

Written by Libre Online

12 de marzo de 2024

El 15 de marzo de 1878, en “Mangos de Baraguá” situado en el oriente cubano, en las cercanías de la ciudad de Santiago de Cuba, se llevó a cabo una reunión entre el general español Arsenio Martínez-Campos y el general cubano Antonio Maceo. En dicha reunión el general Maceo expresó que los cubanos allí reunidos no estaban de acuerdo con la Paz de Zanjón y que no se someterían a esa paz sin independencia que se había logrado con la firma de ese documento.

El general Antonio Maceo le expresó a su homólogo español, quien trataba de convencerlo de que firmara dicho pacto:

“No estamos de acuerdo con lo pactado en el Zanjón; no creemos que las condiciones allí estipuladas justifiquen la rendición después del rudo batallar por una idea durante diez años y deseo evitarle la molestia de que continúe sus explicaciones porque aquí no se aceptan”.

Además, en una frase muy conocida y de mucha significación para el pueblo cubano, dijo:

“Entonces, no nos entendemos”. —dijo Martínez-Campos— y Maceo respondió: “No, no nos entendemos”.

Esto ha pasado a la historia cubana como un acto de rebeldía y de ansias de libertad. Maceo expresó además la determinación que tenían él y los hombres bajo su mando de proseguir con la lucha armada indefinidamente hasta lograr la independencia.

La Protesta de Baraguá fue la respuesta política que colocó en primer plano los objetivos básicos por los cuales los cubanos se habían lanzado a la lucha contra el gobierno español y que, contenidos en el Manifiesto del 10 de Octubre dado a conocer por Céspedes el día que se lanzara a la lucha, fueron defendidos durante diez años por miles de cubanos en los campos de batalla a lo largo de la Isla.

La Protesta de Baraguá es considerada un importante símbolo del espíritu de lucha de los cubanos, ya que demostró que los jefes, oficiales y soldados, a pesar del desgaste de la guerra, estaban dispuestos a continuar con la lucha hasta lograr su independencia.

El Titán de Bronce con su hazaña salvó la Revolución de aquella trampa de paz espuria, e hizo posible la “Tregua Fecunda” que siguió a 1878, en la cual José Martí junto a los fogueados jefes insurrectos preparó y llevó a cabo la Guerra Necesaria de 1895-1898.

Martí calificó la Protesta de Baraguá como “de lo más glorioso de nuestra historia” y hoy se reconoce como ejemplo de resistencia e intransigencia.

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