La celebración de las Navidades es una tradición occidental y cristiana. Se evoca el nacimiento de Cristo y los “hombres de buena voluntad” Intentan hacer efectivo el mensaje de paz que entraña su simbolismo, mediante la exaltación de los sentimientos de amor y de confraternidad humanas.

En Cuba, el Lyceum, atento siempre al cultivo de nuestros valores nacionales y a toda obra de beneficio de nuestro ambiente social y cultural, se ha venía preocupando muchos años, por dar al mensaje navideño un caráter artístico y original que estuviera más de acuerdo con nuestras costumbres que las tarjetas importadas del extranjero.

En años anteriores, la conocida sociedad femenina recabó la cooperación de artistas cubanos de renombre que contribuían con dibujos originales, para celebrar una exposición venta de tarjetas de Navidad hechas en nuestro país.

En 1953 variando un tanto la tradición, el Lyceum convocó a un concurso con el objeto, según especifica en las bases, de promover entre nuestros artistas la iniciativa y el espíritu de creación para dotar a las fiestas de Navidad de símbolos de confraternidad y paz que expresen en lenguaje nacional el alma universal de las Navidades.

El carácter anónimo del concurso daba oportunidad de paticipar en él a elementos nuevos y quizás si hasta desconocidos aún.

A pesar de la premura con que tuvo que llevarse a cabo, los resultados fueron halagueños. Demostraron lo que todos sabemos. Que si bien es cierto que nuestro folklore no es tan rico como  el de otros países, tampoco hay duda de que podamos cultivar una expresión tan propia como cargada de significación nacional.

El castrocomunismo erradicó todas aquellas bellas tradiciones honrándose LIBRE al revivirlas en sus páginas.