Brasilia, 28 feb (EFE).- El Consejo Nacional de Justicia (CNJ) de Brasil apartó este martes de sus funciones al popular juez federal Marcelo Bretas, quien se ocupó de los casos de la extinta operación anticorrupción Lava Jato en Río de Janeiro, por supuestas «irregularidades» en la conducción de procesos a su cargo.
El pleno del CNJ, responsable por salvaguardar el buen funcionamiento del Poder Judicial, decidió, por 12 votos a favor y tres en contra, suspender provisionalmente al magistrado «hasta el fin de las investigaciones» abiertas en su contra por supuestos desvíos de conducta.
Bretas ganó notoriedad nacional por juzgar en primera instancia importantes causas de corrupción desde Río de Janeiro, a partir de las cuales llegó a ordenar el ingreso en prisión del expresidente brasileño Michel Temer (2016-2018), de varios exgobernadores de Río y empresarios.
Sobre Bretas pesan al menos tres reclamaciones disciplinarias que pedían su suspensión como juez.
Una de ellas parte del Colegio de Abogados de Brasil (OAB, por sus siglas en portugués), que señala a Bretas por negociar sentencias con el Ministerio Público, orientar a los abogados y pactar estrategias de acusación, lo que es ilegal.
Otra de las demandas fue interpuesta por el actual alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, quien acusó a Bretas de perjudicarle en la campaña electoral para gobernador fluminense de 2018, que perdió ante el exjuez conservador Wilson Witzel.
Por todo ello, el Consejo Nacional de Justicia decidió instaurar un proceso administrativo disciplinario contra Bretas y apartarlo de sus funciones hasta esclarecer esas supuestas «irregularidades» en el ejercicio de sus funciones como juez en Río de Janeiro.
Bretas era en Río el equivalente a Sergio Moro en los tribunales de Curitiba.
Moro, ahora senador y quien fue ministro de Justicia en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), fue responsable en primera instancia de los casos de corrupción destapados en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
En su etapa como magistrado, envió a prisión al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien después tuvo sus condenas anuladas por la Corte Suprema, con lo que pudo recuperar sus derechos políticos y presentarse a las elecciones de 2022, que ganó frente a Bolsonaro.
Posteriormente, el Supremo declaró que Moro fue parcial al juzgar al líder progresista por diversas irregularidades en la conducción de sus procesos.