SUPERMERCADOS MINIMAX, los de los precios mínimos y la calidad máxima

Written by Alvaro J. Alvarez

9 de abril de 2024

Por: Álvaro J. Álvarez

En 1952, David H. Brandon Maduro tomó la idea de esos mercados en los Estados Unidos y los llevó a Cuba. Almacenes, tiendas de víveres, vinos, licores, frutas y vegetales con sus oficinas centrales ubicadas en 23 #162 esquina a la calle N, en el Vedado. Fue la primera cadena de supermercados de ventas al detalle que con sus tiendas distribuidas por toda La Habana. 

Su lema era: Mini=precios mínimos y Max=máxima calidad.

Un tipo de comercio que extrañamente no existían en el país, al menos en esa escala, cuando era usual que todas las experiencias y negocios de Estados Unidos también se llevaban enseguida a Cuba y hasta probaran su eficacia en la Isla antes de ser extendidos.

Así que los 15 Supermercados Minimax fueron los precursores en este campo. 

El Almacén Central estaba ubicado en la calle 23 #105 y sus tiendas:

Minimax #1 en 5ª Avenida y calle 2 (Kasalta) en Miramar.

Minimax #2 Avenida 23 y calle 222ª, Reparto La Coronela, Marianao.

Minimax #3 en 5ª Avenida y la calle 94, Reparto Grau en Miramar

Minimax #4 en Neptuno y Lealtad.

Minimax #5 17 entre M y N, en el edificio FOCSA.

Minimax #6 Vía Blanca y Portada.

Minimax #7 Avenida 26 y calle 41 en el Nuevo Vedado.

Minimax #8 Prolongación de 5ª Avenida y entrada al Náutico de Marianao.

Minimax #9 Avenida 42 # 1112 esquina a calle 13, Almendares. Marianao.  

Minimax #25 Prolongación 5ª Avenida y calle 162, Reparto Biltmore en Marianao.

Minimax en la entrada del Reparto Fontanar.

Minimax del Casino Deportivo.

Minimax de Alta Habana.

Minimax de Boyeros.

Minimax de San Miguel del Padrón

David Brandon era por descendencia judío, aunque de origen panameño. Era el presidente de Minimax Supermercados S.A. junto con otros socios como Emmet H. Hymann que además eran los dueños de la Textilera San José, ubicada en San José de las Lajas la cual estuvo cerrada de 1954 a 1956 debido a dificultades del sector y los conflictos obreros.

Brandon se estaba convirtiendo en el principal empresario en el comercio de víveres al detalle que, probablemente con el tiempo hubiese desplazado al tradicional sistema de bodegas controladas en su inmensa mayoría por gallegos y asturianos desde el siglo XIX.

Para ello crearon otra cadena de tiendas al detalle cuando los Supermercados Ekloh se unieron a los Minimax para seguir ocupando espacios en muchos de los barrios capitalinos.

Los Supermercados Ekloh S. A. tenían sus oficinas principales en 12 y 19 en el Reparto Almendares. Fue en la calle 42 #3910 donde se inauguró el primer supermercado en que tenía entonces adeudos por cerca de $100,000 con el Banco Chase Manhattan y otros bancos más. El capital y el superávit ascendían en ese momento a $256,000. 

En 1957 compraron por una elevada suma los terrenos y la casa de la dama María Dolores Machín (1883-1972), la viuda de Herman Albert Upmann (1879-1925, el de los tabacos H. Upmann) situada en la calle 17 y K en el Vedado para construir otra de sus sucursales.

Por cierto, según Polita Grau la sobrina de Ramón Grau San Martín, María Dolores Machín luego de quedar viuda, fue uno de los grandes amores del presidente.

David H. Brandon Maduro vivía en el #5 de la calle 60 en Miramar.

Según la historiadora cubana americana María Argelia Vizcaíno, los Supermercados Ekloh eran una cadena alemana, fundada en su país por un farmacéutico y comerciante del mismo apellido Eklöh que lo llevó a Cuba y después se lo vendió en 1957 a David H. Brandon, de padre natural de Filadelfia y madre de Islas Vírgenes, cuando eran daneses. David H. Brandon se crio en Manhattan, era el hermano más chico de trece. Se mudó a Cuba con su hermano mayor y un sobrino, comenzando en el negocio de tejidos y confecciones, comprando el primero en mi pueblo Guanabacoa. Más tarde tuvieron su propia compañía de importación y exportación y fundó con un socio los Supermercados Minimax siendo su accionista principal, hasta que fueron robados por la dictadura en 1960. Y sus otros negocios en 1962, marchando a Estados Unidos, creo murió en Miami Beach con noventa y pico de años. 

En 1965, con todo el brillo y el glamur, fila tras fila de limusinas se detuvieron, las cámaras hicieron clic en todos los lados y los invitados elegantemente vestidos bebieron whisky escocés y martines mientras contemplaban una exposición de arte pop. La fiesta sacó a relucir la elegancia de Roma en la inauguración del supermercado más grande de Italia, un establecimiento de dos pisos y 33,000 pies cuadrados, a la vista de San Pedro que almacenaba 20,000 productos y tenía de todo, desde un mostrador de almuerzo hasta una tienda de ropa.

La nueva tienda era la última incorporación a una cadena internacional de supermercados de rápido crecimiento, de propiedad estadounidense, llamada Minimax. Dedicado a la idea de que la clase consumidora emergente en Europa y otros lugares deseaba innovaciones en las ventas norteamericanas como el autoservicio, alimentos preenvasados y congelados, grandes tiendas y mucho espacio para estacionar. Trataban de darles lo que querían en cada una de sus 19 tiendas. 

Los compradores de la semana pasada en el nuevo Minimax compraron comida para gatos, tuvieran o no gatos. La tienda finalmente tuvo que asignar a un dependiente para que les explicara que la comida era para gatos, un cliente italiano dijo: “Entonces compraré un gato”, compró enormes cantidades de aderezo para ensaladas “italiano” de Kraft y de aceitunas maduras enlatadas en Estados Unidos.

Minimax había entrado en Roma con 2 tiendas en los últimos 6 meses y planeaba 4 más dentro de dos años, incluida una de 66,000 pies cuadrados, que sería la tienda de alimentación más grande de Europa. La tienda más grande, hasta ahora también era propiedad de Minimax, su tienda Pryca, en Madrid, que vende televisores, chuletones, ofrece reparación de calzado y servicio de lavandería-autoservicio. Tal éxito tiene la tienda que la cadena ya está construyendo 3 tiendas más en Madrid, 2 en Barcelona y 1 en Málaga.

La cadena Minimax era propiedad de dos hermanos estadounidenses, Ralph Brandon, de 65 años, y David Brandon, de 61, quienes se aventuraron por primera vez en el negocio de los supermercados hace más de 10 años en Cuba, después de hacer una fortuna allí en fábricas textiles y en finanzas. A pesar de cierto escepticismo de que nunca se vería a cubanos empujando un carrito de compras, su primer supermercado en La Habana fue un éxito inmediato y pronto los hermanos Brandon eran dueños de una cadena de 14 tiendas en Cuba. Después que Castro les robó sus tiendas en 1960, los Brandon comenzaron de nuevo en México, donde ahora poseen 4 tiendas y operan otras 12.

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