Su Poema “MI Bandera” es uno de los más conocidos en Cuba

Written by Libre Online

28 de febrero de 2023

De la redacción de LIBRE y servicios de EFE

Bonifacio Byrne (Matanzas, Cuba, 3 de marzo de 1861. Falleció el 5 de julio de 1936) fue un poeta cubano. Después de un período juvenil de iniciación en la poesía modernista, se convirtió, a partir de 1896, en el intérprete de los entusiasmos y agonías de su pueblo en la lucha por su independencia de la corona española.

Realizó sus estudios en Matanzas. Desde la adolescencia tuvo inclinación por la literatura. En 1890 fundó los periódicos La Mañana y La Juventud Liberal. Publicó su primer libro de versos en 1893.

Regresó a Cuba en 1899. Durante el período republicano fue secretario del Gobierno Provincial de Matanzas y de la Superintendencia Provincial de Escuelas. 

En 1909 fundó el periódico El Yucayo. Colaboró en La Primavera, El Ateneo, Diario de Matanzas, El Fígaro y en La Discusión. 

Fue declarado Hijo Eminente de Matanzas en 1915. Ese mismo año se trasladó a Nueva York para reponer su quebrantada salud. 

Obtuvo galardones poéticos en los Juegos Florales de Sancti Spíritus (1916) y Matanzas (1934). Fue miembro fundador del Grupo Índice (1935). Era socio correspondiente de la Academia Nacional de Artes y Letras. Fue enterrado en la Necrópolis de San Carlos Borromeo de Matanzas en 1936.

Un gran número de sus composiciones poéticas quedaron sin ser publicadas o agrupadas en una bien merecida antología. Raimundo Lazo lo llama «el último poeta patriótico de los tiempos coloniales».

Desde la publicación en 1897 en la ciudad estadounidense de Filadelfia del poemario Efigies, conformado por sonetos patrióticos, a este autor se le considera, por la gran aceptación de esa obra, como uno de los poetas de la guerra Cubano-Española.

Su poema «Mi bandera» es uno de los más conocidos popularmente en Cuba por sus versos patrióticos y enérgicos:

Mi bandera  

(Bonifacio Byrne)

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste… !

Con la fe de las almas austeras,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡la mía!

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve…

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuanto más solitaria.

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el Sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

Si deshecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día…

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!

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