¡SOY FELIZ!

Written by Esteban Fernández

25 de agosto de 2021

Si ven que estoy escribiendo menos es porque estoy dando los primeros pasos en la recopilación de 200 de mis mejores escritos en un libro que se llamará Un cafecito cubano para el Alma con la ayuda del abogado Jadir Hernández y la amiga María Argelia Vizcaíno.

Les cuento que soy de los pocos que en lugar de quitarse la edad me agrego años, y estoy disfrutando de la mejor etapa de mi vida . Me parece que «En la actualidad los 70 son los nuevos 50s».

Ni hago alardes de fortuna, ni lloro miseria. Mis allegados simplemente saben que no les represento un peligro ya que no les voy a pedir ni suplicarles nada, y al mismo tiempo no creen que tenga mucho para dar. Mi consigna en la vida es la de Francisco Vicente Aguilera y Tamayo cuando dijo: «Nada tengo mientras no tenga Patria».

Pero… desde luego que si tengo algo: mi gran tesoro reside en que tengo dos hijas, una nieta y dos nietos que quiero y me quieren.

Tengo una amiga muy bella, que adoro y me hace feliz y que ha sido y es fuente inagotable de inspiración para realizar este libro.

Se acabó esa época en que tenía que hacer cosas que no quería hacer. Me convidan a cien fiestas y reuniones y voy a tres cuando más. Ante cada invitación respondo «¡Quizás vaya!» Y después voy si me da la gana, de lo contrario no voy. Eso lo decido en el último minuto.

Mis pocos obsequios son los salidos del corazón y jamás -como tenía que hacer antes- por obligación.

La causa que defiendo jamás me ha producido remuneración alguna, estoy orgulloso de que haya sido de esta forma y le doy gracias a Dios porque eso me ha permitido una libertad total al redactar o expresar mis ideas.

De salud quizás no soy un roble, pero nunca- ni cuando tenía 20 años- he presumido de serlo.

Sigo siendo Almendarista, Yanquista, cubano de pura cepa.

No troto, pero camino bastante sin apuro. Voy y vengo a mi antojo, me acuesto cuando quiero y me levanto cuando me da la gana.

No tengo la mota de Elvis Presley pero tampoco me parezco a “Kojak”. No me pinto el pelo y nadie me lo cree, y me importa tres pepinos que cada cual crea lo que crea.

No, no aparento ser tan joven como mis nietos pero estoy muy conforme con parecerme mucho a mi padre que siempre ha sido mi ídolo.

Y lo más importante: Dedico todo el tiempo que deseo a la crítica acérrima contra la tiranía castrista.

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