“Fuimos infinitamente felices” dijeron los familiares de Aurelio Baldor, el fundador del Colegio Baldor, que estuvo entre los mejores claustros de enseñanza en Cuba, después de que Fidel Castro lo clausuró  en 1961 y, luego, vino la Crisis de los Mísiles en 1962, cuando varios estudiantes ya habían salido de allí.

 Teresita Baldor, quien estuvo en la gala de integración y recordación de la Asociación de Alumnos y Profesores del Colegio Baldor, se refirió en esencia a los días en que ella estuvo dentro del claustro docente departiendo con los demás estudiantes en una época de gloria en la isla.

Daniel Baldor, otro de los familiares, reiteró también que esta decisión fue la peor  que pudo hacer la revolución de Castro, ya que la educación en los claustros de enseñanza media y superior brillaba en la isla en aquella época, ya que de allí salieron excelentes  profesionales en todos los campos.

“Todos los centros de enseñanza en la isla, en ese entonces, estaban catalogados entre los mejores de América, dada la catedra que allí se impartía, la cual atrajo inclusive a estudiantes de otras partes del mundo, que venían a Cuba a especializarse”, insistieron estas personas.

“Hoy es un día de demasiada importancia en el exilio de Miami porque en este acto hemos, inclusive,  reconocido  a promociones, como las del 60, donde se graduaron estudiantes que luego brillaron en los distintos campos de la educación”, afirmó Magda Ortega, la presidenta de esta organización.

En un intervalo se oyeron cantar estrofas del himno del Colegio Baldor, cuya letra y música fue del maestro Oscar Fernández y de la Vega, siendo una de ellas la que decía “Salve, hogar venerable y bendecido, templo augusto de ciencia y virtud, en tus magnos crisoles se forja entusiasta y tenaz juventud”.