Definitivamente, según el senador Marco Rubio, la nueva ley o acuerdo que fue resultado de meses de negociaciones entre los Republicanos y los Demócratas, fijando trámites más estrictos para el cruce legal en la frontera, no pasaron en el senado.
En todo caso esta ley permitía y era muy favorable a los cubanos que llegaban a la frontera entre México y Estados Unidos a pedir asilo político, pues agilizaba los trámites y los reforzaba rápidamente sin ninguna clase de tropiezos, pero no logró el apoyo que necesitaba políticamente.
El senador federal Marco Rubio anunció que los senadores republicanos presentaron el tan esperado texto de un acuerdo bipartidista para imponer leyes de inmigración y asilo más estrictas, mientras el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, admitía que espera votar sobre el paquete, quizás, pronto.
El paquete de $118,000 millones de dólares incluía una serie de disposiciones destinadas a reducir los cruces récord en la frontera sur y reforzar un sistema de asilo que se ha visto abrumado por migrantes que huyen de sus hogares en busca de refugio.
También incluía ayuda crítica a Israel, Ucrania y Taiwán, que los Republicanos han dicho que sólo apoyarán si van acompañadas de nuevas e importantes restricciones a la inmigración por parte de Estados Unidos.
El acuerdo, alcanzado por los senadores James Lankford, Republicano por Oklahoma, Chris Murphy, demócrata por Connecticut, y Kyrsten Sinema, republicana por Arizona. – sería el proyecto de ley de reforma migratoria y de seguridad fronteriza más agresivo en décadas.
Según Rubio elevaría el estándar para obtener asilo, y expulsaría a quienes no califican, a la vez aceleraría los casos para quienes sí lo hacen.
“El acuerdo bipartidista del Senado es un paso monumental hacia el fortalecimiento de la seguridad nacional de Estados Unidos en el extranjero y a lo largo de nuestras fronteras”, dijo Rubio “pero la administración Biden no puso algo de su parte y, por eso, no pasó en esta legislatura”.
“Esta es una de las leyes más necesarias e importantes que el Congreso ha presentado en años para garantizar la prosperidad y la seguridad futuras de Estados Unidos”, recalcó.
Otros congresistas de la Cámara como Mario Díaz-Balart opinaron que el acuerdo está atrapado en la política de un año electoral y no está claro si cuenta con el apoyo para ser aprobado en el futuro en el Senado.
Díaz-Balart dijo “que se necesitaban al menos 60 votos para derrotar un obstruccionismo garantizado. Los senadores conservadores se han estado movilizando contra el acuerdo, alentados por el expresidente Donald Trump, quien ha dicho a los Republicanos que lo rechazarán si no era “perfecto”.
También se ha sugerido que el proyecto de ley permitiría 5,000 cruces fronterizos ilegales por día mientras busca utilizar el caos fronterizo como arma política en una probable revancha en 2024, contra el presidente Joe Biden, quien respaldó el pacto antes de la publicación del texto.
“Ya no tendremos gente entrando al país y tal vez yendo a los tribunales en los próximos 7 o 10 años”, dijo por su parte Giménez. “En lugar de eso, haremos justicia rápidamente. Las personas que califican para asilo estarán en un camino rápido (seis meses o menos) para comenzar una nueva vida en Estados Unidos. Y aquellos que no cumplan los requisitos serán rápidamente devueltos a sus países de origen”.
“Cada vez que se trata de temas de inmigración, independientemente de quién sea el presidente, siempre pecan por ser más estrictos”, dijo el representante Raúl Grijalva, demócrata por Arizona, miembro del Caucus Hispano y exlíder del Caucus Progresista.
“Muchos demócratas estarán en una situación difícil cuando esto suceda, y si los Republicanos aquí no lo apoyan, nunca verá la luz del día. Hoy es un día difícil para la política futura de los Estados Unidos en materia de seguridad y de inmigración”, dijeron los senadores.
El paquete –según Díaz-Balart—además podría enfrentar grandes dificultades en la Cámara. En su discurso inaugural recientemente, centrado enteramente en la seguridad fronteriza, el presidente de la Cámara de Representante, Mike Johnson, republicano por Luisiana, criticó la legislación emergente del Senado por no ir lo suficientemente lejos para detener la inmigración ilegal: Este “llamado acuerdo no incluye estas políticas transformacionales, cambios que son necesarios para realmente detener la catástrofe fronteriza”.
El senador Markwayne Mullin, Republicano por Oklahoma, que sirvió en la Cámara con Johnson y discutió con él el acuerdo fronterizo del Senado, admitió que es un tema políticamente complicado de abordar para los republicanos durante un año electoral y que probablemente no tenga respaldo de una mayoría republicana en la Cámara de Representantes que cuenta con 219 miembros.
“Ningún presidente en la historia ha hecho más daño intencional a Estados Unidos que lo que ha hecho con la invasión fronteriza”, dijo el representante Bob Good, Republicano por Virginia, líder del partido de extrema derecha Libertad. Caucus, cuyos miembros han presionado agresivamente para lograr un juicio político en el futuro.
A todo esto, el senador Republicano Marco Rubio condenó la política del gobierno del presidente Joe Biden con Latinoamérica, la que calificó como “una vergüenza” luego de la reunión que sostuvo, en Bogotá, un alto funcionario estadounidense con el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
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