De pronto, de sopetón, se pusieron de moda los chistes de los “telones”.

Recuerdo unos cuantos: “Se sube el telón y vemos al gordo Herrera diciendo adiós por la escalerilla de avión saliendo de Cuba, se baja el telón”.

“Se alza el telón y vemos al señor Herrera regresando muy delgado, se baja el telón ¿cómo se llama la obra?” : “Vino desgrasado Herrera”.

Zig Zag puso uno en primera plana que provocó tremenda molestia entre los batistianos:

“Se abre el telón y vemos a la actriz Pilar Mata yéndose de la Isla, se baja el telón”.

“Se sube el telón y observamos a la artista regresando al aeropuerto José Martí de Rancho Boyeros, se baja el telón ¿Cómo se llama la obra? “¡Pilar mata en La Habana!”

Vaya, el escándalo fue mayúsculo porque Pilar García era el jefe de la policía nacional de Cuba.

Uno que recuerdo era: “Se entreabre el telón y aparece una mona cruzando la calle Prado” Se cierra el telón. “Al llegar a Neptuno una aplanadora le pasa por encima a la mona ¿Cómo se llama la Obra?: “La Mona lisa”.

Y en el parque de Güines Angelito Amorós Oliva me dijo: “Escucha este Estebita: “Se sube el telón y se observa a un ganso y a lo lejos vemos a una gansa”. Sé baja el telón. Se sube el telón y se ve al ganso llamando a la gansa: “Ven mi amor”. Se baja el telón. ¿Cómo se llama la Obra? “La ven-ganza”.

Nos pasábamos el día en esa bobería, nos reíamos, disfrutábamos, a cada instante escuchábamos un nuevo “telón”, hasta nos atrevíamos a inventar uno.

Sí, mis lectores, no me cansó de repetirlo: No teníamos celulares, ni computadoras, ni ninguno de los adelantos modernos, pero no sufríamos de depresiones y tuvimos una niñez feliz.