Saludando el Día de las Madres

Written by Libre Online

9 de mayo de 2023

Por Francisco Riverón Hernández

 A la madre viva

Madre: Corazón-cristal 

sin mancha de lado a lado 

por ti en un rojo gritado 

me ha florecido el ojal.

Tu manera siempre igual 

de tierna, de repartida, 

me trae a la sonreída 

frescura de tu ventana, 

a quererte cada cana 

que te corona la vida.

En tu dulzura, mi prisa 

por caminar el sendero, 

apuró el llanto primero 

y la primera sonrisa.

Vengo por la misma brisa 

que besó al hijo temprano, 

al cariño cotidiano

donde endulzo mi congoja, 

a sentir como se moja

con tu alegría mi mano.

Y como de diferente

se da tu piel a mi beso,

como se alumbran con eso 

las arrugas de tu frente.

Como por donde se siente 

tu voz reparte alegrías, 

como hacía las manos mías 

vienes diciendo cariño, 

a besar al hombre-niño 

que te ama todos los días.

 A la madre muerta

Madre: Con una blancura 

llenándome la solapa, 

junto al mármol que te tapa 

vengo o llorar tu ternura.

Recuerdo por tu dulzura 

la longitud del amor, 

y vengo con una flor 

que me regaló lo sierra, 

al altar hecho de tierra 

que arrodilla mi dolor.

Vengo a recordar la cuna 

donde tus besos bebí, 

y el cuento que me aprendí 

en tus cabellos con luna.

Vengo a llorar la fortuna 

de luz que perdí contigo, 

o decirle al viento, amigo 

de mis insomnes auroras, 

lo largas que son las horas 

desde que no estás conmigo.

Vengo a decirte, mamá, 

que estoy clavado a tu cruz, 

como un mendigo de luz 

que a la sombra se le da.

Vengo a decirte que ya 

supe de melancolías, 

y que unas manos vacías 

se cierran sin tu cariño, 

allí donde un hombre-niño 

te llora todos los días.

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