“Salir para afuera » es lo mejor y más saludable que existe, principalmente porque «salir para adentro» es imposible.

Recuerdo exactamente el día en que por primera vez salí, me tuvieron varios años encerrado, primero en una cuna y en un corral, más tarde gateaba y corría por toda la casa, y un año y medio después me permitieron aventurarme al portal.

Pero… una mañana mi madre me dijo: “Mira, Esteban de Jesús, hoy hace un día precioso, vamos a dar un paseo”. Me acostó en un cochecito y me llevó al Parque Martí a media cuadra de mi casa.

Poco a poco fui avanzando, hasta llegar el momento de recorrer medio pueblo con Manolo Amich y “salir” se convirtió en lo segundo que hacía al despertar cada mañana después de tomarme mi café Baquedano con leche. Mi madre acuñó dos frases que repetía constantemente: “¡Estebita es muy callejero!” y “¡Ya va Esteban de Jesús a coger calle!”

Al tener hijas (hasta que le compramos un carro y se “independizaron») estas exigieron que las sacáramos para la calle. Los fines de semana las primeras palabras que nos dijeron fueron : «¿A dónde vamos a ir hoy?» Hemos llevado a las niñas a Disneyland y al salir agotados nos preguntaron: «¿Y ahora qué vamos a hacer?»

Y, créanme, “salir” no es necesariamente ir de paseo, ni ir a bailar, solo hay que abrir la puerta, cerrarla con llave, entonces “salir” puede ser hasta ir al “Publix” a comprar mandados. La cuestión es estar fuera de la casa.

Recuerdo -cuando vivía en California- que mis hijas, ya crecidas, me llamaban y me preguntaban: «¿Papi, saliste hoy?» Y yo les contaba: “Sí, como no, fui a la casa de Aris Caso y nos sentamos en su sala para hablar un par de horas”. “Oh, que bueno que saliste, papi” …

Ayer mismo, una brillante y genial amiga me decía: “Estebita, sale mucho, disfruta de todo lo que te ofrece Miami, encerrarte en la casa embrutece” …

La noche anterior el gran patriota Antonio Calatayud me llamó y me dijo: «Esteban, te invito mañana a la Peña Martiana, ven chico, no te encueves, encuevarse es lo peor que hay para las personas mayores»…

Y ahora los dejo, voy a salir, no sé pa’donde, pero voy a coger carretera, como diría un guajiro de tierra adentro: «¡voy a salir para fuera, no soporto más este bohío!»