ROBERTO FANDIÑO: CINEASTA MATANCERO QUE FUE VAPULEADO

Written by Roberto Cazorla

30 de marzo de 2022

POR LA DICTADURA CUBANA

“Como muchos de mis compañeros, confirmé el proyecto de Fidel Castro con respecto a nuestras libertades, cuando aquel 30 de junio de 1961, en la Biblioteca Nacional José Martí, dijo con el acento autoritario que mantuvo hasta los últimos días: “Aquí todo tiene que estar dentro de la revolución, todo, contra la revolución, nada”. Fue cuando pensé que tenía que salir de la isla”. “Roberto Fandiño destacaba sobre todo su generosidad y su humanismo, grandes como su talento, el que sacrificó en ares de vivir en libertad”.

Un Reportaje Especial y Exclusivo  para LIBRE de Roberto Cazorla

Nuestro corresponsal en España

Hoy me complace recordar en “LIBRE”, a un artista que dedicó su talento a la cultura cubana, fue uno de los cineastas más creativos. Quiero que los jóvenes que no han visto sus películas, sepan que era un matancero que presumía de haber dado sus primeros pasos en el mundo artístico, cuando Matanzas era “La Atenas de Cuba”, por su alardosa creación de talentos de todas las ramas del arte.

No fue el único artista humillado por la dictadura comunista. Como la mayoría de los que les agarró en la isla el inició de la década de los 60, tuvo que hacerle frente a los infortunios y acusaciones de un régimen comunista, como ocurría contra los que sospechan de su fidelidad: Roberto Fandiño jamás apoyó a la asesina revolución. Pero como una gran mayoría, se vio obligado a “reírle la gracia”, de acudir a sus actos, y aplaudir al sátrapa porque, siempre, a su alrededor, había un chivato dispuesto a enumerar hasta el más simple de sus gestos.

“Como muchos de mis compañeros, también descubrí el proyecto de Fidel Castro respecto a nuestras libertades; cuando aquel 30 de junio de 1961, durante su discurso en la Biblioteca Nacional José Martí, dijo con su acento autoritario que mantuvo hasta los últimos días: “Aquí todo tiene que están dentro de la revolución, todo, contra la revolución, nada”. Fue cuando pensé que tenía que exiliarme. Lo conseguí, pero antes fui amenazado hasta el punto de correr el peligro de que me detuvieran y me negaran la salida”.

“La lectura fragmentada de dicha sentencia ha estado animada en muchas ocasiones por el más perverso objetivo: despojarla de su espíritu inclusivo y abarcador. Un análisis de la intervención completa del día 30 de junio deja un cuerpo de ideas y argumentos, reveladores de una perspectiva integradora y antidogmática sobre las funciones de la cultura y del arte dentro de un proyecto sociopolítico emancipatorio como el cubano”.

CON PÍO SERRANO

Tuve el privilegio de ser dirigido por él, cuando fue elegido para dirigir series con actores europeos con destino a las televisiones latinoamericanas. Se trataba de una productora alemana, que no quería doblar sus series con voces españolas porque consideraba que sonaban muy bruscas y no repercutían agradablemente en los oídos de los latinoamericanos. Entonces advirtió a Roberto Fandiño, que iba a dirigir dichos doblajes, que eligiera a actores latinoamericanos residentes en Madrid. Los primeros fuimos los cubanos, entre los que estábamos Juan Caña, Violeta Jiménez, Teté Blanco, y quien escribe, así como un largo reparto de compañeros de diferentes nacionalidades; nos pedían que habláramos como en nuestros países. Dirigido por Fandiño estuvimos casi tres años haciendo dicho trabajo. Los que no habíamos doblado nunca, aprendimos gracias a su paciencia y a su talento para dirigir.

Nos hicimos grandes amigos. Solía comer en mi casa con frecuencia, pues era un apasionado de la comida cubana y, yo, modestamente, entonces se me podía llamar “el rey del tibiritabara”, de la cocina. Además, siempre se interesó por mi poesía. Por lo que nunca faltó a ninguna de las presentaciones de mis libros. (En las fotos que ilustran este artículo, aparece una en la que está junto al poeta y editor cubano Pio Serrano durante la presentación de uno de mis libros en la “Casa de América”, Madrid).

Además de cineasta, era director teatral, escenógrafo y montador. Había nacido el 28 de septiembre de 1929 en la ciudad de Matanzas. “Me trasladé a La Habana siendo muy joven, aunque todas las semanas viajaba para estar con mi familia”. También estudió dibujo y no tardó en iniciarse como escenógrafo teatral, labor que desempeñó con varios grupos y en el Ballet de la H. de P. Alicia Alonso en un tiempo en que dicho grupo de danza se interesaba por la música y el arte contemporáneos. Sus trabajos escenográficos en el teatro fueron acogidos por la crítica. Entre las escenografías que hizo cito algunas como la de “Árbol 13”, de André Gide (1953); “Ha llegado el momento”, de Javier Villaurrutia (1954), “Antígona”, de Jean Anouiln (1955), etc. Desde 1954 a 1965, fue profesor de Historia del Arte y otras materias en la Academia de Arte Dramático de La Habana (ADAD). En 1960 lo integraron en la plantilla de nuevos directores cinematográficos del ICAIC (Instituto Cubano de Arte y la Industria Cinematográfica) iniciándose con los documentales “Gente de Moscú” (1963); posteriormente rodó su primer largo metraje “El bautizo” (1966), comedia de género que enfrentaba a una familia cristiana con otra agnóstica. Antes había dirigido el corto de ficción “Alfredo en la playa” (1963). Por su forma de dirigir el documental “Gente de Moscú”, descubrieron que no era de los “revolucionarios” que necesitaba el ICAI, por lo que le aplicaron el primer aviso de censura. “El largo metraje “El Bautizo”, fue desaparecido tras su estreno y jamás ha sido exhibido comercialmente, con excepción de una efímeracelebración en 1999”, me dijo.

CARMEN CAFFAREL

En 1966 cuando le concedieron una beca por un año en Roma estudiando estética en la Universidad La Sapiencia dentro de su cátedra de Historia del Arte, cuando estaba a punto de regresar a La Habana y conociendo la represión que se estaba ejerciendo contra intelectuales y artistas, bajo la llamada “Ofensiva Revolucionaria” y del apoyo de Castro a la invasión soviética a Checoslovaquia, decidió decir: “pata “pa” qué te quiero”, y viajó a España para pedir asilo. “Durante el primer año de mi exilio, Alfredo Guevara, niño mimado del ICAI, y tremendo zorro y traidor, me llamaba frecuentemente pidiéndome que regresara a Cuba, garantizándome que no habría represalias contra mí. Pero jamás le hice caso. Nunca he vuelto a Cuba ni en sueños”.

Estando en Roma tomó contacto con el escritor cubano Calver Casey (1924-1969), cuyo suicidio impactó profundamente en su estado anímico. Convertido en ciudadano español, comenzó su labor en el cine y la televisión, rodando las películas “La espuela”, (1977) “María La Santa” (1977), “La antorcha” (1979), etc. Trabajó para Televisión Española (estatal), dirigiendo la serie “El juglar y la reina” (1979), entre otros programas. Dichos trabajos losalternaba con la dirección de doblaje de series televisivas para la productora alemana mencionada más arriba, y en la que tuve el orgullo de trabajar mucho tiempo con él.

En 1981 se trasladó a Miami, algo que nunca comprendí, puesto que ya había conquistado un espacio en lo que a él le apasionaba: la dirección. Desde Miami mantuvo sus colaboraciones con la “Fundación Hispano-cubana” (ya desaparecida) en Madrid, escribiendo en su revista. En 2007 el Instituto Cervantes le comisionó un ensayo para la enciclopedia del español en Estados Unidos, presentado en octubre de 2008 por Carmen Caffarel, entonces directora del Instituto Cervantes, en la Biblioteca del Congreso de Washington. Su Largo exilio le mantuvo a medio camino entre Miami y Madrid. Fue amigo del cubano Hernán Puig, fotógrafo y fundador de la Cinemateca de Cuba, que declaró: “Roberto Fandiño destacaba sobre todo su generosidad y su humanismo, grandes como su talento, el que sacrificó en ares de vivir en libertad”.

Además, en su cinematografía otros títulos como: “Cata del Presidente Dorticó”, “Los Estudiantes Chilenos”, “Los tiempos del joven Martí”, “Ganaremos la paz”, “Primero de mayo”, “Reunión en La Habana”, “Cuba en el VIII Festival”, “María Cervantes”, etc.

Roberto Fandiño inició su gira interminable proyectando sus películas a los exiliados en el cielo, el 26 de julio de 2009, en Miami. Tenía 79 años. Merecía una estancia mucho más larga entre nosotros.

Desde “LIBRE” deseamos que esté descansando y disfrutando de triunfos, como los que tuvo entre nosotros.

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