Los padres de familia viven felices en Miami donde el calor de los nietos y los hijos los mantienen avivados espiritualmente todos los días.
La vida para algunos, los que están sin familia, tiene que consolarse con buscar la alegría y el acompañamiento de los demás en los comedores comunitarios de la ciudad de Miami.
En síntesis, la mayoría de los padres la pasan bien ya que mucho de ellos participan en familia llevando o trayendo a los nietos de la escuela o llevándolos a los parques a buscar un entretenimiento deportivo o cultural.
“La soledad es lo peor. Por eso yo busco amigos y familiares para pasar los ratos de mi vida. Es muy triste estar sin alguien. Y, lo peor, cuando uno llega a la vejez y entonces lo ven a uno como un estorbo”, opinó Gerardo Chávez.
Otros, como Carlos Pereira, han dedicado su vida a ayudar a los demás, especialmente a los niños, porque “aquí vienen muchos niños hijos de inmigrantes que no tienen ni comida ni vivienda”.
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