En su nuevo libro “La Tumba” el ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, hizo una fuerte denuncia sobre los horrores en las mazmorras venezolanas donde se tortura inmisericordemente a los presos, tras sufrir esa experiencia en “carne propia” y huir de Venezuela amenazado por el régimen de Maduro.

Con la coordinación de Almuzara, Ledezma hizo público su libro “La Tumba”, donde trata todo lo que sufren los detenidos en las inhumanas cárceles venezolanas, controladas por los esbirros del régimen comunista del dictador Maduro.

 El ex Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, relata abiertamente, entre otras vicisitudes, su doble secuestro, los más de mil días de cautiverio en una cárcel venezolana, y cómo logró fugarse de su país recorriendo más de mil kilómetros.

“Sorteé más de 40 puestos policiales y militares, para cruzar la frontera y poder llegar a salvo a territorio colombiano”, relató fríamente Ledezma, quien fue represaliado por el régimen venezolano de Nicolás Maduro y luego se exilió en España desde el año 2017.

Describió magistralmente, lo que es la vida en las prisiones de las que se sirve la dictadura para reprimir a la oposición, tanto en la era de Hugo Chávez como en la actual de Nicolás Maduro, como la mal llamada de “Ramo Verde”.

“Cárceles en las que se ejecutan torturas y se asesinan a los presos políticos, y en las que tienes que aprender a pasar ratos con cuanto animal invada tu celda: hormigas, cucarachas, ratas, sapos, etc.”, describió Ledezma en la presentación de su libro en el Instituto Interamericano para la Democracia.

Su narración permite igualmente comprender el grado de corruptelas que hay en la administración de las cárceles venezolanas por parte del régimen de Maduro que ha convertido “al país en un reducido Estado fallido y forajido a la vez”.

“Porque sus instituciones han sido tomadas por la dictadura y su territorio repartido entre cárteles de la droga, grupos de terrorismo internacional y bandas de delincuentes comunes”, aseveró Ledezma, quien leyó detenidamente un último ejemplar del periódico LIBRE.

Finalmente, Ledezma dio valiosos testimonios de cómo lucha la ciudadanía en medio de inmensas dificultades y riesgos para tratar de sobrevivir y recuperar la libertad de su país pese la continua violación de los derechos humanos a quienes disienten de sus ideologías dictatoriales.

Ledezma insistió en que el sistema carcelario instaurado por el régimen comunista ha permitido reprimir tanto a civiles, como a militares y otros miembros de la sociedad civil de ambos sexos, quienes son encerrados supuestamente como presos políticos o enemigos del régimen.

Argumentó, igualmente, que su horrible experiencia se prolongó por más de mil días y los intentos por culparlo de delitos que no cometió, lo llevaron a tener que huir para conservar su vida fuera del infierno de Venezuela.

Conoció, entre otras, las prisiones de El Helicoide y Ramo Verde antes de que le dieran casa por cárcel. «Los presos veían cada domingo un callejón forrado de alambres y decorado con concertinas en su cúspide, tasajeando el viento, y concertinas en sus faldas, a ras del suelo, como abriendo la barriga de la tierra”, narró Ledezma.

“Todo en medio de un aparente campo de concentración, donde una fila de visitantes aparecía con una mirada que se cuidaba por ocultar la tristeza que los hacía prisioneros, en espera de ver a sus seres queridos allí vejados por los esbirros carcelarios”, describió.

“Parece un contrasentido, pero el reducto de torturas y vejaciones donde está la Dirección de Servicios de Inteligencia -Sebin-El Helicoide-, en su época de majestuosidad artística su decoración primorosa interior fue ofrecida por Salvador Dalí, el artista español genio del surrealismo”, sostuvo.

“Allí «El cuarto de los locos», «El ataúd», «El tigrito», «El ascensor», «La nevera» y «La casa de los sueños», son otros de los sótanos o instalaciones de la perversidad. Allí cualquier ser humano sucumbe ante las torturas y vejámenes de los carceleros de turno”, denunció.

Destacó, finalmente, el apoyo que tuvo de buenos amigos y conocidos en su dura experiencia para lograr llegar hasta Colombia tras huir de Venezuela siempre pensando en el temor de ser recapturado por los militares adictos al régimen de Maduro.

“La Tumba” es, en síntesis, el secuestro en Venezuela, una obra en la que muestro los horrores que padecen los presos políticos y el nivel de corrupción en ese país sudamericano, alentado por el narcotráfico y el terrorismo”, sintetizó.