Imposible me resulta creer que en pocos días ya tenían montado un violento aparato represor nacional.
El terror se incrementó en cuestión de meses. Creí que era solo en mi entorno, después me di cuenta que era a través de todo el país, desde la capital hasta el último batey, hasta el último bohío.
Nos cerraron el cuadro por completo, nos convirtieron en parias, nos llamaron gusanos, agentes de una potencia extranjera, y éramos inocentes, unos muchachos decentes que no habíamos cometido jamás delito alguno.
No nos sentíamos seguros en ninguna parte, botados del centro estudiantil, ya no podíamos ni ir al parque, ni a las sociedades, ni a jugar a la pelota, nada, en todos partes estaban los esbirros maltratándonos.
Hasta en nuestros hogares, en cada cuadra, un Comité nos vigilaba, nos acosaba, mañana y noche, 24 horas al día. Camiones de cortadores de caña se paraban dentro de nuestros hogares para gritarnos improperios y «¡Paredón!»
Detenidos e interrogados por miles de razones creadas por ellos, amenazas de mandarnos para La Cabaña y de darnos paredón; algunos buenos amigos como Gerardito González y Eddy Carreras fueron a cumplir largas condenas de cárcel.
Mítines relámpagos en cada esquina, altoparlantes dando constantemente los discursos del tirano, golpeado por los esbirros locales Tatica, Candín, “Escaparte”, Atino, “Camión”, “Picadillo”.
Debido a nuestra juventud e ímpetus ninguno nos acobardamos, comenzamos a hacer todo lo que estaba a nuestros alcances para defendernos y contratacar.
Pero, nuestros padres si se sintieron intensamente preocupados por nosotros, ninguno quería hijos mártires, ni abusados ni golpeados ni fusilados, e hicieron el mayor de los sacrificios sacándonos con ellos o enviándonos solos para los Estados Unidos.
Tres meses después de yo salir cerraron los vuelos, allá quedó atrapado un pueblo, entre ellos mi amigo Jesus Ysidro Hernandez Torres y mi hermano Carlos Enrique… me siento dichoso, fue como ganarme un premio porque aquello no ha cambiando y el sufrimiento siguen siendo el mismo y mas.
La represión nunca ha mermado, unos nacieron después, y otros han sufrido por 63 años, y seguirá la gran tragedia hasta el día en que logremos liberar a la patria.
0 comentarios
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.