¿POR QUÉ ELLOS SÍ, Y NOSOTROS NO?

Written by Roberto Cazorla

26 de enero de 2022

No ha existido un comunista que, durante sus visitas a Moscú (fracción de tierra que nunca debió surgir) lo primero que haga es visitar el mausoleo del Kremlin donde deberían de arder, no reposar, los huesos de Lenin. Si a determinada “colega”, le “ataca” este calificativo, que haré mientras viva. Como dicen en España los que conservan la gracia castiza: “me la pela” .

migo lector, si en esta “espuela” con la que regreso a las páginas de “LIBRE” tras una semana de ausencia (no por placer), nota una vez más la “agresividad” con la que suelo condenar al comunismo (lo haré mientras Dios me conceda el poco de aliento que me pertenece), no se disguste, menos se llene la boca en acusarme, puesto que si lo hace, es porque  no vive en este país que se llamó España y que han convertido en un infierno político; en el más corrupto del viejo continente y en el que “brotan” más hijo de “buenas” señoras por metros cuadrados, que en el resto del planeta.

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Demás está que diga que estoy exiliado en la que fue España desde el 1 de agosto de 1963, nacido en uno de los pueblos más paupérrimos de la isla cubana, Ceiba Mocha, jamás hubo un minuto en que durante mi niñez y adolescencia pensara que iban a ser eternamente miserables. Crecí (como todos mis coterráneos) con la ilusión de alcanzar una meta, aún la desconocía, pero estaba al doblar de la esquina de mi futuro, como todos los que teníamos la misma inquietud.

No me cansaré de sostener que, las mejores épocas de mi vida (en todos los sentidos y de acuerdo a las posibilidades que el Señor me concedía), fue la década de los 50, durante la Cuba pre-comunista. Trás aquella etapa, huí del comunismo; caí en España. Se decía que “De Madrid al Cielo”. Cierto. Hoy, a mis años, insisto: los años más felices fueron en mi Cuba pre-comunista y durante los 15 años que disfruté del Gobierno del Generalísimo Francisco Franco, fallecido en 1975, y que lloraron hasta las gatas en ruina que deambulaban por las azoteas de toda la nación. Hoy nadie es franquista. El que diga una frase halagadora, simplemente insinuando que vivió en paz, con dicho gobierno, es conducido a la hoguera y le cuelgan el San Benito de “fascista” o “nazi”. Aún hoy, los que han reventado a España en millones de fragmentos, se resisten a aceptar que, durante el franquismo, los únicos que tenían que salir como bola por tronera era los que insistían en que el país se convirtiera en otro satélite de la cruenta ex-Unión Soviética.

A España los comunistas le han dado tremendo revolcón político, moral, económico y “la madre que los parió”. No la conoce “ni el médico chino”.

“VALLE DE LOS CAÍDOS”

¿Pueden imaginarse lo que habría sido España durante los años en que toda Europa del Este estuvo esclavizada por el comunismo? ¿Cuántos saben que el único que los tuvo bien colocados fue Franco que echó a patadas por el trasero a los soviéticos que ya habían invadido el país? Cuando tuvimos la mala suerte de que se nos marchara el Generalísimo, para que surgiera la putrefacta democracia (no existe en Europa otra más podrida que la española), falsa, falta de moral y corrupta.  ¿Culpable? El primer presidente que tuvimos, Adolfo Suárez, famoso como el “El Tahúr del Mississippi”.  Fue quien le abrió la talanquera a los comunistas que habían sido triturados por los nacionales, por los verdaderos españoles, por los hijos de la gran patria del genial Cervantes. Y los sentó en el Congreso de los Diputados con sueldos estratosféricos, entre ellos Santiago Carrillo, Rafael Alberti, Dolores Ibárruri, (“La Pasionaria”) una de las mujeres más asesinas que hayan nacido en este continente. “Es preferible asesinar a 100 inocentes que dejar escapar a un fascista”, subrayaba constantemente la muy H. de la G. B.

Fueron ellos los que iniciaron su ardua y “ansiada” tarea de desenterrar a Franco del “Valle de los Caído”, uno de los monumentos más impactantes de la arquitectura europea, y que el propio Franco ordenó construir para que en él reposaran los restos de todos los que habían muerto en la guerra, los de ambos bandos, ya que fue una guerra entre hermanos que todavía sigue sacándole los colores a todo español que de verdad conserve un hálito de vergüenza patriótica.

Y llegó el “Monstruo de la Laguna Negra” Pedro Sánchez con una retahíla de bandas de terroristas (ejemplo la Banda ETA, considerada la más asesina del continente), con partidos independentistas, comunistas pro-soviéticos, en fin, con toda la furrumalla de la nación y tomó el poder. No pararon hasta sacar los huesos de Franco y, según “soñé”, han creado una fábrica de botones con sus huesos. Pero Sánchez, el nefasto “Pinocho”, lo mismo que los que le besan el trasero, se niegan a aceptar que lo único imborrable que existe es la historia. Han pasado millones de siglos de nuestra creación, pero seguimos hablando de ella. Franco, como otros de los que ellos llaman dictadores, forman parte de la historia que no se podrá borrar ni con ácido muriático. ¡Tienen que chivarse!

            “DICTABLANDA”

No ha existido un comunista recalcitrante (y los que no lo son) que, durante sus “fraternales” visitas a Moscú (fracción de tierra que Dios nunca debió permitir que surgiera, menos para que lo habitaran hombres). (Y si a determinada “colega” de Miami, le “ataca” este calificativo que hago, y haré mientras viva sobre tan malvado país como Rusia, le digo lo que aún dicen en España algunos que conservan algo de la gracia castiza: “me la pela”), lo primero que hacen es visitar el mausoleo del Kremlin donde debería de arder, no reposar, los huesos de uno de los mayores asesinos de lesa humanidad, el monstruo Lenin Vladimir Ilich Ullianov. Si en España yo, o cualquiera que nos sale de nuestros “timbales” decimos que durante el mandato de Franco fuimos felices, nos cuelgan el San Benito de lo peor; la peste, se le margina y, hacen todo lo posible por condenarnos al desprecio constante. Sabiendo que Hitler, el autor del Holocausto, que quemó a 10 millones de indefensos judíos, homosexuales, burgueses, etc. (como los soviéticos), se les rinde homenaje a sus víctimas; pero nunca a los 100 millones de muertos por el comunismo en los campos de concentración GULART, no cuentan. En Rusia, las madres carentes de cultura histórica, siguen llevando a sus hijos ante los monumentos de Lenin, Stalin y resto de sus diabólicos “ídolos” para que sus hijos les besen. En España, los comunistas carentes de neuronas, nos maldicen si decimos “que fuimos felices ¡y comimos perdices con la dictablanda de Franco”.

¿Por qué ellos sí, y nosotros no? ¿Por qué en España no ha quedado una estatua de alguien que no haya sido comunista, y en sus puestos hayan colocados a parásitos que siguen deseando la destrucción de la humanidad?

Es ridículo y enfermizo, ver cómo media España está ocupado por monumentos a monstruos como el Che Guevara, Santiago Carrillo, Largo Caballero, Salvador Allende, y un largo etc. De mal nacidos comunistas, que aún hoy, creen que van a salvar al mundo.

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