¿Podría resistir Taiwán? (IV)

Written by Libre Online

1 de agosto de 2023

Regresando al tema de la cohetería de Taiwán, debe saberse que, además de disponer de misiles hipersónicos, Taiwán posee tres formidables cohetes balísticos: El «Hsiung Feng III» (Vendaval III), con un alcance de 1,500 kilómetros cuya moderada carga de 225 Kg podría, sin embargo, destruir instalaciones de radar y pistas aéreas muy al interior del territorio de China Roja; el «Sky Bow III» (Arco Celeste III), cohete balístico de largo alcance y mayor velocidad, y el «Sky Spear» («Lanza Celeste»). También posee el misil «Wan Chien» disparado desde plataformas aéreas, que es un cohete crucero de largo alcance generalmente a bordo de aviones de combate «Ching.Kuo», los que, por ser de fabricación doméstica, posiblemente conforman el modelo más numeroso en su fuerza aérea.

El ejército de Taiwán ha modificado su táctica y postura militar en las últimas décadas, a medida que China Roja se ha lanzado en un vertiginoso crecimiento de sus ramas militares. Ya Taiwán no es una isla inexpugnable como hacía años, según declaró hace algún tiempo su Ministro de Defensa Nacional Yen Ming; pero ahora la estrategia es en el mar.

China Roja contaba con una armada que apenas superaba treinta buques hace pocas décadas; pero hoy su marina de guerra dispone de un número mayor de trescientos, además de poseer modernos submarinos y tres portaaviones (el tercero todavía en dique seco).

Por tal motivo la estrategia de Taiwán ha orientado su enfoque a lo que era, hasta hace poco, su moderada fuerza naval. Actualmente su gasto de defensa supera los US$19.3 billones anuales, una suma respetable, aunque nada comparable a los cientos de billones que invierte la comunista República Popular China en sus gastos militares, pero suficiente para defender su nación e infligir enormes bajas a su atacante. Hoy Taiwán sería capaz de hundir una flota de invasión antes de que alcance sus playas. China Roja dispone de aproximadamente sesenta buques anfibios de desembarco que podrían transportar hasta 26,000 tropas cada cuatro horas a través del Estrecho de Formosa de 81 millas en su porción más cercana entre las costas de las dos chinas. ¿Pero podría dicha escuadra cruzar el canal sin ser severamente dañada o hundida? ¿Y qué recibimiento le aguardaría al intentar ganar sus orillas?

Durante la Segunda Guerra Mundial, el famoso desembarco de Normandía en la costa norte de Francia, el 6 de junio de 1944, en lo que fue la operación «Overlord» por su nombre en clave —la mayor operación anfibia de la Historia—, logró que el ejército de invasión comandado por el general Dwight David Eisenhower contara con el vital factor sorpresa. Los alemanes no sabían cuándo zarparía la armada invasora ni hacia dónde podría dirigirse. 

Los aviones de reconocimiento alemanes brillaban por su ausencia y los pocos que lograban cruzar el canal eran derribados, así como eran atacados los escasos submarinos que se acercaban a las islas británicas. Tampoco podían imaginar que los aliados lograran aglomerar una flota gigantesca de 5,000 barcos, y que la misma pudiese atravesar el Canal de la Mancha (nombre oriundo del Francés, «la manche» o manga) y fondear a todo lo largo y ancho de la bahía del Sena sin ser detectada con anticipación. Pero así ocurrió.

Eso sería totalmente imposible a la altura de los tiempos actuales. Ya no estamos en 1944. Taiwán entraría en estado de alerta el primer instante en que los misiles de China Roja fueran lanzados desde su territorio y sus plataformas aéreas o sus buques. Y en todo momento sus avanzados radares tendrían bajo vigilancia cada movimiento de las fuerzas armadas de los comunistas chinos, y las computadoras integradas a ellos podrían predecir casi de manera exacta la trayectoria y posible objetivo de sus lanzamientos. Taiwán también dispone de aviones E-2 AWACS de detección temprana. Sin el factor sorpresa, una operación anfibia contaría con muy escasas posibilidades de éxito, incluso ante un enemigo considerablemente menor, pero muy bien preparado y esperándole desde el mar. Las probabilidades de poder desembarcar con pocas o moderadas pérdidas podrían considerarse nulas.

China Roja, con toda seguridad, dejaría la opción de un desembarco como último y desesperado esfuerzo por doblegar y vencer a Taiwán. La mayor probabilidad consistiría en intentar sofocar los poderosos sistemas antiaéreos de que dispone la isla, lanzando simultáneamente cientos de misiles en repetidas oleadas.

Felipe Lorenzo

Hialeah, Fl.

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