Pedro Junco: El pinareño de “Nosotros”

Written by Alvaro J. Alvarez

6 de julio de 2022

Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizás no esperes, doloroso tal vez…… 

Así comienza este bolero, crónica de una muerte anunciada.

Muchas versiones se han dado al público por diferentes escritores y todos afirman ser la verdadera. Pero la realidad es que existen tantas historias diferentes no solamente en cuanto a la musa que causó la inspiración de Nosotros, sino en cuanto a la vida del propio Pedro Buenaventura Jesús, el hijo de Pedro Nicolás Junco-Valdés y de María Regla Redondas-Ríos, (Nena). Una joven pareja de la próspera clase media pinareña, que se casaron el 11 de agosto de 1919.

Su padre era el representante en Pinar del Río de la Agencia de autos y camiones Ford ubicada en las calles Maceo y Cabada y al lado en Maceo #169, tenían su residencia.

Pedro Jr. nació el 22 de febrero de 1920 y a los cinco años empezó sus estudios en la escuela pública. Sus hermanos menores José, Orestes y María Antonia, comenzaron en el Kindergarten de la calle Máximo Gómez.

Luego Pedrito continuó en la Escuelas Pías (Escolapios) y la Academia Raymot. Ya para 1927 con siete años, comenzó a estudiar música con las hermanas Pintado, los que amplió con Delia García de Figarol y concluyó en el conservatorio Orbón donde se gradúo de teoría y solfeo en 1933, a los 13 años.

Le gustaba jugar a la pelota y lo hacían en un terreno frente al negocio Ford de su padre. Practicaba boxeo con amigos en el portal de su casa y luego en la azotea. Además buen nadador.

En el año 1936 ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río donde compuso el poema Basta de amor, dedicado a una compañera de estudio.

El 13 de marzo de 1939, escribió en su diario: “Esta noche, sin quererlo, se me juntaron tres novias: Marta, Rosa y Silenia”.

El 31 de marzo de 1939 mientras estudiaba Historia Universal por la noche en su casa sintió una molestia, tosió y salió un poco de sangre. El 3 de abril al repetirle de nuevo fue otra vez a verse con el médico quien le indicó fuera al otro día a La Quinta para hacerse una radiografía.

El 29 de agosto obtiene el título de profesor de piano, y es por esta época que compuso su primera canción Quisiera, días después su segunda canción Tus Ojos.

BACHILLER EN CIENCIAS Y LETRAS

Para 1940 se graduó de bachiller en Ciencias y Letras y es en la fiesta de clausura donde se dió a conocer públicamente como compositor. Sus canciones Quisiera, Tus ojos, Soy como soy, Yo te lo dije, se escuchaban por primera vez en público en la voz de Antonio (Tony) Chiroldes.

Ese mismo año, en un concurso de la RHC Cadena Azul, obtuvo el noveno lugar con el bolero Quisiera, interpretado por Reinaldo Henríquez.

Matriculó Derecho en la Universidad de La Habana, pero abandonó los estudios para dedicarse a la música y para quedarse auxiliando a su padre en la Agencia Ford, a cargo de la contabilidad del negocio.

En otro concurso de la RHC Cadena Azul alcanzó el primer lugar con el vals Tranquilamente.

Fundó en Pinar del Río la Asociación de Periodismo y Radio y la Sociedad Juvenil Rafael Morales. En la CMAB trabajó como locutor y ofreció recitales con sus canciones junto a su hermana María Antonia Junco y Tony Chiroldes.

El 8 de octubre de 1941, el Diario La Marina publicó el poema Versos míos para ti, dedicados a los 15 años de una joven sanjuanera, inspiradora también de sus canciones Soy como soy, Tu mirar, Te espero, Estoy triste, Cuando hablo contigo y Yo te lo dije, el nombre de esta mujer: María Victoria Mora-Morales.

ENFERMEDAD Y MUERTE

En enero de 1942 en el teatro Aida, en la calle Vélez de Pinar del Río en la voz de Tony Chiroldes se estrenó Mi santuario y en febrero de 1943 se cantó por primera vez la canción-bolero Nosotros, en la emisora pinareña CMAB. Poco después en la voz de Mario Fernández Porta se produjo el estreno por las ondas radiales de R.H.C, Cadena Azul, para todo el país.

En el mes abril de 1943 reapareció la enfermedad con toda su violencia, fue ingresado con urgencia y dicen que cogieron un peso macho y lo partieron en dos y solo podía entrar a verlo quien presentara la otra mitad.

El domingo 25 de abril, como a las 10 de la noche escuchó por radio su canción: Soy como soy, en la voz de René Cabel y murió poco después a las 11:58.

En abril de 1945 el cantante mexicano Pedro Vargas en gira por Cuba, entregó a los padres de Pedrito un pergamino otorgado por la Asociación de Artistas de México a la canción Nosotros por haberse mantenido en primer lugar en el Hit Parade mexicano por dos años consecutivos.

La obra de Pedro Junco abarca más de 36 canciones y un poemario de 21 composiciones.

Pedrito fue muy famoso en su Pinar del Río, se paseaba sobre su caballo blanco por sus calles. Hombre apuesto y muy enamorado de 6 pies de estatura y un peso de 180 libras, con pelo y ojos negros.  Con muchas historias de amor, buen pianista, gran compositor y muy querido por sus amigos.

Como en el inicio de este escrito les decía, es increíble las diferentes musas que existen sobre la inspiración de su más conocido bolero.

SUS CANCIONES FAMOSAS

Vamos a comenzar por la canción que lo hizo famoso, o sea Nosotros.

El gran cubano y de Placetas, fallecido en 2010, Rosendo Rosell habló con su hermana María Antonia quien fue muy concreta en su versión, además el también pinareño Martínez Malo escribió hace muchos años sobre la verdadera historia de la musa inspiradora de Nosotros.

En su libro Orlando Calero (Chiquitico), dedicado a Pedrito del Junco y con fotos que muestran aquella época compartida con el célebre compositor, Chiquitico aclara el verdadero origen de la polémica canción, especificando que Pedrito se la dedicó a una muchacha que pasaba vacaciones en Pinar del Río con la cual estableció un romance que él quería romper cuando ella regresara a La Habana, porque pensaba que eran muy jóvenes para tener que guardarse consideraciones, aclarando era por el bien de ella y que en la capital podría encontrar mejor futuro.

Pero la joven insistía y le planteaba que los dos podían mantenerse en contacto viniendo ella unas veces a Pinar y otras veces él visitándola en La Habana. Entonces Pedrito le confió a Chiquitico que en dos ocasiones trató de terminar, pero ella cortaba la conversación. Fue entonces que tomó la decision final: “Le voy a hacer una canción que van a estrenar en La Habana por radio y en ella va el mensaje que le dará a entender el futuro de nosotros. Cuando la oiga le va a hacer caso”.

La misma la estrenó por radio Mario Fernández Porta (Guanabacoa 1917-Miami 1996) y coincidiendo su éxito con la muerte, al poco tiempo de Pedrito.

SU AMOR IMPOSIBLE

Aldo Martínez-Malo (1932-2001) en su libro Pedro Junco y su amor imposible, que dice ser su biógrafo y su amigo cuando era un niño de 12 años. Ser depositario de su archivo personal y ha contado que el compositor tuvo amores tormentosos con mujeres casadas, con la trapecista de un circo ambulante, hasta enamoró a una monja, pero lo que nunca se supo fue si ella le

correspondió.

Es la versión de Aldo la historia que más se conoce sobre el origen de Nosotros, porque según él, ese amor surgió en su propia casa, pues cuando aquello Pedro los visitaba todos los días tratando de ver pasar a esa hermosa muchacha que iba a oír misa al Convento del Inmaculado Corazón de María. El propio Aldo, que era un niño, le llevaba las cartas y servía de intermediario entre la enamorada pareja.

O sea Aldo Martínez-Malo se refería a María Victoria Mora-Morales.

En el libro Pedro Junco, viaje a la memoria, de Amado Martínez-Malo (Pinar del Río 1922) su amigo y hermano de Aldo, se puede leer: “Aunque amores sí tuvo muchos, solo le conocí a Pedrito una novia: María Victoria”.

“Se guardó mucho el secreto de que la pieza fue dedicada a una joven del pueblo San Juan y Martínez, de rostro dulce, pelo largo a quien el autor veía pasar. Surgió un amor profundo entre ambos, pero él ya estaba enfermo y no sabía cómo contárselo, así que pensó en componer el bolero. Quería decirle que estaba muriendo y por eso comienza: “Atiéndeme/ quiero decirte algo/ que quizás no esperes/ doloroso tal vez”, concluyó el musicólogo. Pedro Tito, como también lo conocían sus amigos, murió de tuberculosis, según Martínez Malo.

Otros dos periodistas Pedro Viñas Alfonso y Luis Sexto en Nosotros Que Nos Queremos Tanto, investigación que hurga en la bibliografía de la época, señalan que aunque muchas mujeres pudieron sentirse aludidas, hay dos que no pueden dejar de formar parte del mito de musa en Nosotros.

Una es María Victoria Mora-Morales, la única novia que los amigos le conocieron a Pedro y quien con los años fue la autora del libro Las campañas de Antonio Maceo en la historia militar de América, ganador de un premio dotado por la Sociedad Colombista Panamericana, que se fue de Cuba y vivía en Nueva York, casada y madre de dos hijos. La otra fue Rosa América Cohalla Abrahantes, once años mayor que Junco, y

poetisa con cierto renombre literario que vivía en Colón, su pueblo natal.

Enamoradas ambas mujeres del compositor y él también de ellas, se distinguieron del resto de las otras con las que Pedro Junco se relacionó en términos amorosos. Las dos mantuvieron un intenso intercambio epistolar con él, donde manifestaban sus sentimientos o inquietudes respecto a las relaciones que mantenían con este paradójico hombre.

Cuando cayó Machado en 1933 y se escuchaban las historias de rebeldía en la Universidad de La Habana. Pedrito peleaba a puñetazos contra los muchachos del ala izquierda en la Academia Raymat. Después, olvidaba las broncas para entregarse al romance, al deporte y a los libros con estremecimiento adolescente.

“Vivía lleno de ilusiones, de nobleza, pero al mismo tiempo muy activo. Era católico práctico, pertenecía a los Caballeros de Colón, pero no era fanático, aunque defendía sus convicciones, respetaba las ideas de todos”, contaba su amigo entrañable Orlando Calero

 (Chiquitico).

En 1940, María Victoria Mora Morales, de unos quince años, alta, hermosa, de larga cabellera color castaño e insondables ojos oscuros llegó desde la finca El Gacho en San Juan y Martínez al Colegio Inmaculado Corazón de María de Pinar del Río, para terminar sus estudios. Fue ahí en el Colegio, donde Pedro Junco que estudiaba en el Instituto de Segunda Enseñanza, la vió por primera vez.

Otra versión es que ella había matriculado primer año en el Instituto de Segunda Enseñanza y en los actos de la novatada fue que Pedro Junco la conoció. Cuando sus padres se enteraron de aquella relación se opusieron porque creían Pedrito era, muy mujeriego.

María Victoria era hermana de Giraldo y Modesto Mora-Morales y yo creo eran todos parientes del Dr. Menelao Mora Morales, muerto en el ataque a Palacio el 13 de marzo de 1957 y que también era oriundo de esa misma zona del municipio de San Juan y Martínez.

Su prima Teresita Junco, contaba “Pedrito tuvo la certeza de que iba a morir cuando enfermó gravemente en septiembre de 1942”.

¿SU ENFERMEDAD?

Familiares y algunos de los amigos más íntimos, pudieron creer por un tiempo que padecía de tuberculosis, considerando, según se afirmaba, que Pedro, su padre, presentaba antecedentes del bacilo de Koch. Pedro González Márquez (Peter) hijo del Dr. Pedro González Batlle, médico y amigo de la familia Junco-Redondas en Pinar del Río, precisa “que su padre no creyó que fuese tuberculosis, porque nunca pudo detectar el bacilo de Koch en su saliva, aunque la radiografía revelaba una sombra  pulmonar”. Fiel a su principio de atender a un paciente y no poder emitir un diagnóstico preciso, aconsejó a la familia su traslado hacia La Habana, para que especialistas de la capital, intentaran un diagnóstico exacto de una enfermedad cuya naturaleza no le resultaba clara.

El 14 de febrero de 1943, el propio Pedrito negó la posibilidad de que la tuberculosis fuera el mal que lo aquejaba.

Según cuenta María Argelia Vizcaíno, cuando ella publicó su artículo por primera vez en los ‘90 la llamó por teléfono desde la ciudad de Miami, Orlando Calero, más conocido por Chiquitico y le aclaró que era él el verdadero biógrafo de Pedrito, que además fue su amigo personal y después de su muerte siguió siendo gran amigo de la familia, también le contó anécdotas muy interesantes que muy pronto publicaría en un libro.

Un grupo de jóvenes en la playa Las Canas (25 kms al norte de Mantua) improvisaron una fiesta en una de las casas cercanas al mar. Pedro Junco permanecía retraído, apartado en un rincón de la sala, mirando sin ver, como aquel que espera la llegada de alguien. Salió rumbo al muelle, se recostó a la baranda, Sacó su pluma y un pedazo de papel estrujado y empezó a escribir las letras de Me lo dijo el mar.

La canción estaba dedicada a uno de sus grandes amores y mejor amiga: Rosa América Cohalla Abrahantes (1909-1957) nacida en Colón, hermosa mujer de bellos ojos verdes, escritora, periodista, directora de revista, vocalista de prensa, cantante, animadora y reportera de diferentes diarios. Luego le declararía en una de sus cartas: “La escribí pensando en ti, en nuestro algo que no es”. Más que un amor idílico, Rosa América fue probablemente la única mujer a la que Pedro confiara sus aventuras, sin dejar de reconocer que también la amaba.

¿QUÉ PONES PRIMERO?

En cierta ocasión, un amigo de la infancia le preguntó: “¿Qué pones primero, la música o la letra?”, él contestó: “No sé si te lo pueda explicar… yo no puedo hacer nada forzado, mis dedos se deslizan sobre el teclado y voy poniendo las notas, voy expresando lo que siento dentro de mí, llevando la inspiración que me dicta el corazón… y va surgiendo la melodía”.

Pedrito era el niño resuelto al que le molestaba que las clases de música coincidieran con sus juegos de pelota, porque llegaba tarde. El mismo que regalaba ropa a sus amigos más humildes para que no arruinaran su única muda de salir en el terreno.

Fue leyendo al talentoso Rosendo Rosell, que María Argelia Vizcaíno supo que en 1995 Chiquitico había sacado el mentado libro titulado: “Nosotros; El Pedrito Junco que yo conocí” con fotos que mostraban aquella época compartida con el célebre compositor.

Chiquitico aclara allí el verdadero origen de la polémica canción, especificando que Pedrito se la dedicó a una muchacha que pasaba vacaciones en Pinar del Río con la cual estableció un romance que él quería romper cuando ella regresara a La Habana, porque pensaba que eran muy jóvenes para tener que guardarse consideraciones. “Él decía que era por el bien de ella, que en la capital podría encontrar mejor futuro”.

Otro error, según Chiquitico, en que incurre el biógrafo autorizado por el gobierno totalitario de Cuba es que Pedrito no murió en la Quinta Covadonga sino en la Clínica Asociación Damas de la Covadonga, en la calle 17 # 251, esquina a J, en el Vedado y que la canción que escuchó en su lecho de muerte fue Gracia cantada por René Cabel, cuya letra termina así: “en la vida para un desengaño nuevo queda el consuelo de una experiencia más”. Todo esto ha sido confirmado por la hermana María Antonia Junco, que se exilió en Miami desde casi el principio del castrismo.

Su cuerpo fue llevado para su ciudad natal, el mundo estaba triste ese lunes 26 de abril, Fue tendido en su casa de la calle Maceo, por donde desfiló el pueblo vueltabajero para rendirle el último tributo. El ataúd fue cubierto con la Bandera Cubana y la de los Caballeros Católicos. El cortejo recorrió la calle Martí en dirección contraria al tránsito paralizando la circulación de vehículos. A su paso, todos los comercios cerraron sus puertas y desde los balcones arrojaban flores. Además se dice que iban cantanto Nosotros.

SU SEPELIO

Fue enterrado en el Cementerio Católico de Pinar del Río, en el panteón familiar marcado con el número 197, en el lado derecho de la entrada en una lápida “Pedro Junco y familia, 1949”. En el interior, lápidas y jardineras de mármol de Carrara. Sobre la tapia que guarda los restos una tarja “Pedrito tu recuerdo en nuestros corazones es una flor que nunca ha de secarse. Tus amigos. 23-6-43”. Incrustada en un óvalo de cristal, la foto clásica de Pedrito Junco, serio, con traje y corbata negros, de medio cuerpo, ladeado a la derecha y los brazos cruzados.

Rosa América escribió una nota póstuma para la prensa. En público ella declaraba ser admiradora y amiga: “Se han cerrado para siempre los ojos grandes y soñadores de Pedro Junco, precisamente en los momentos en que el embrujo de su música, en rápida ascensión se imponía fuera de nuestras fronteras. Su vida la matizó el amor, pero sin pasiones violentas, su vida fue acrisolada y caballeresca, un amor imposible…”.

María Victoria colocó una losa en el panteón de los Junco-Redondas, en la que no faltaron sus flores durante muchísimos años. Lo recordó siempre.

LAS POLÉMICAS

Ahora podemos decir que la polémica sobre Pedro Junco está relacionada con:

– A quién le dedicó su famosa canción-bolero: Nosotros.

-La causa de su muerte fue tuberculosis o de anoxemia bronconeumonía.

-Murió en La Quinta Covadonga o en la Clínica Damas de la Covadonga, porque con tuberculosis tenía que estar ingresado en el Sanatorio La Esperanza o en el Hospital Las Ánimas.

-Qué canción cantaba René Cabel cuando murió, Gracia o Soy como Soy.

-Hay quienes creen que Pedro Junco nació en México.

La letra de Nosotros:

Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizás no esperes, doloroso tal vez.

Escúchame, que aunque me duela el alma, yo necesito hablarte, y así lo haré.

Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos amándonos estamos.

Nosotros, que del amor hicimos un sol maravilloso, romance tan divino.

Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más, no es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te adoro, y en nombre de este amor y por tu bien, te digo adiós.

Cantada por más de 400 cantantes en el mundo entero, Fernando Albuerne, Plácido Domingo, Julio Iglesias, Sara Montiel, Elena Burke, Rita Montaner, Luis Miguel, Los Panchos, Eydie Gormé, La Aragón, Lupita D´Alessio, la Pequeña Compañía, etc.

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