Pedro Corzo, periodista y analista político, sostuvo que “como en el pasado hay que seguir y mantener la protesta para derrocar a la tiranía comunista que se ha mantenido por más de 60 años en el poder en la isla cubana.

Corzo habló en la Biblioteca Regional de Westchester al conmemorarse el 60 aniversario de la protesta del comandante Huber Matos en contra de la dictadura castrista que constituyó la primera gran manifestación contra ese régimen que marcó todo un hito político en la isla.

“Ese día marcó la historia de la lucha contra el totalitarismo en Cuba, porque el pueblo opositor demostró que estaba en contra de la implantación del comunismo en la isla”, insistió Corzo, en su aplaudida conferencia.

“Esa protesta marcó también un agudo enfrentamiento liderado por Matos contra Fidel porque pedía y ansiaba la democracia y la libertad y no aceptaba tampoco las ideas contrarias que se estaban imponiendo en el país”, recalcó.

“Otro pionero en la lucha por la democracia, el comandante Pedro Luis Díaz Lanz, alertó sobre la penetración comunista. Sin embargo, un silencio inconsciente, quizás cómplice, encubrió su heroísmo por algún tiempo”, añadió.

“Fue el comandante Huber Matos quien pagó con 20 años de presidio denunciar sin violencia la fuerte penetración marxista en el proceso revolucionario. Matos, en un gesto de civismo, reclamó derechos sin empuñar las armas”, aclaró Corzo.

“No se pronunció militarmente a pesar de que cientos de militares a su mando estaban dispuestos a cumplir la orden de rebelión si la hubiese dispuesto. El comandante no quería más violencia, más guerras, por eso cívicamente hizo público su descontento ante la penetración marxista”, advirtió Corzo. “Nunca conspiró, habló claro y con firmeza a Fidel Castro y sus sicarios más próximos, lo conversó con hombres de su confianza como Dionisio Suárez y Pedro Armenteros. Suárez recordó que Matos dirigió una carta a Fidel Castro en la que presentaba su renuncia, y para demostrar que su protesta no promovía una insurrección, abandonó sus armas y ordenó a los militares bajo su mando que hicieran otro tanto”, reveló.

“Armenteros afirmó, en ese entonces, que el comandante interpretó el pensar y sentir de la mayoría de los militares. Opinó también que el propósito de Fidel Castro era fusilar a Matos porque cuando llegó al regimiento seguido de una turba enardecida le echó el brazo sobre los hombros a Camilo Cienfuegos y le dijo: “Vamos a entregárselo al pueblo”.

“El compromiso de Matos fue hasta el final. Nunca temió las consecuencias. El capitán médico Miguel Socarrás le propuso sacarlo del país en una avioneta y rechazó la oferta. Otro capitán, Tuney Pérez Álamo, se ofreció a comandar un ataque a la emisora de radio desde la que Mendoza Reboredo pretendía desacreditar la figura del renunciante, negándose tajantemente”, aclaró también Corzo.

“Aunque no hubo violencia no faltaron mártires. Pedro Armenteros recuerda al capitán José Manuel Hernández, jefe del Tercio Táctico de Florida, próximo a Matos, quien después de participar en un programa radial en el que defendió al comandante y condenó a los comunistas, se suicidó”, afirmó.

“Dionisio Suárez compartía celda la noche de los sucesos con el sargento jefe del puesto de Vertientes, José García León, cuando este, abrumado por el robo de los sueños de libertad y progreso por los que había luchado, también se suicidó”, insistió en otro aparte Corzo.

“Huber Matos marcó una pauta indeleble en la lucha por la libertad y la democracia en Cuba. Su acción no violenta fue un gesto de coraje y dignidad que demostró, a quienes todavía seguían empecinados en darle una oportunidad de rectificación a los moncadistas, que lamentablemente no quedaba otra alternativa que la confrontación, independiente a los resultados que se fueran a cosechar”, apuntó.

“Matos, desde que luchó en la Sierra Maestra, ya venía insistiéndole a Fidel Castro sobre la alta penetración comunista que había en el gobierno y particularmente en las Fuerzas Armadas, lo que provocó más tarde su renuncia, pese a que Castro no aceptó esto”, recordó.

“Huber Matos le escribió una carta a Fidel donde le exponía sus quejas y dejaba una renuncia irrevocable provocando una crisis de carácter nacional y esta protesta fue precisamente en el corregimiento de la provincia de Camagüey en la que participaron militares bajo su mando”, aseguró.

“Pero lo más admirable de todo esto fue que Matos le demostró a Fidel que era una protesta cívica, pacífica, no golpista y ordenó a sus soldados a entregar sus armas.  Esta situación derivó en el arresto de Matos y algunos de sus compañeros que fueron condenados a 20 años de prisión”, apuntó.

“El pueblo cubano trató en principio en conciliar las diferencias de una manera pacífica, pero fue el régimen castrista que no dio alternativas a la oposición, generó luego varios alzamientos en el 59 y años posteriores”, acotó. 

“Las protestas del 11 de julio de 2021 fueron una especie de contribución a las ya realizadas en Cuba, en tiempo pasados. Pero el pueblo ha demostrado también que sigue luchando de forma pacífica. Todavía a estas alturas casi a 65 años de tiranía en la isla hay más de mil presos políticos en las cárceles”, enfatizó. 

“La mayor parte son jóvenes hombres y mujeres que nacieron bajo la tiranía comunista, sin embargo, tienen conciencia ciudadana para saber que el totalitarismo no es la solución de los pueblos que aspiran a vivir en libertad”, concluyó.

“Nuestras conferencias han sido importantes para apoyar estas luchas. Hacemos el mayor esfuerzo posible porque estos cubanos y otros que están amenazados conozcan el pasado porque eso los anima a seguir luchando y dando ejemplo a las nuevas generaciones”, sintetizó.