Partagás, el cigarro que gusta más

Written by Alvaro J. Alvarez

8 de septiembre de 2021

Sin duda alguna la marca de cigarros Partagás es una de las marcas de tabacos más grandes de Cuba, reconocidos por millones en todo el mundo por sus habanos de sabor pleno, impecablemente presentados y llenos de una intensidad de aromas.

Jaime Buenaventura Ambrós Partagás y Ravell nació el 7 de diciembre de 1816 en Arenys de Mar, municipio y puerto importante del mediterráneo, situado a unos 40 km al N.E. de Barcelona, España.

Su padre Jaime Partagás Gras, que era sastre y su madre Teresa Ravell y Pallarolas tuvieron dos hijos: Jaime y Sebastián.

El 29 de julio 1831, con apenas 14 años embarcó hacia Cuba, como la mayoría de los españoles que marchaban a Cuba, para iniciar una nueva vida, Jaime que tenía ambiciones inmediatas de aprender todo lo que pudiera sobre el tabaco pasó algunos años como proveedor de tabaco en rama, aprendiendo y obteniendo información de uno de los pioneros más grandes en la industria del tabaco, Juan Conill y Pi, (natural de Lloret de Mar, otro puerto catalán a 28 km al NE de Arenys de Mar y a unos 75 km de Barcelona) quien fue su primer empleador.

Este prominente personaje, llegado a la Isla a principios de la década de 1800, era por aquellos tiempos, el más importante almacenista de tabaco en rama de Cuba. Persona de enorme generosidad, constituyó un eslabón inestimable de unión entre Cataluña y Cuba, ofreciendo sus conocimientos y experiencias a jóvenes catalanes recien llegados, cargados de ilusiones y ganas de trabajar en busca de mejores oportunidades en la Isla, llegando incluso a apoyarles económicamente a salir adelante con sus iniciativas. Juan Conill acogerá, encaminará y tutelará los primeros pasos de Jaime Partagás así como de otros muchos catalanes que llegarían a triunfar en Cuba, en el mundo del tabaco y en los negocios en general, como por ejemplo los: Gener, Rabell, Roig, Ribas, etc.

De esta relación con Conill, Jaime aprendió las técnicas de almacenaje y fabricación de tabacos, del intercambio con los cosecheros y los secretos de la parte agrícola.

Como la mayoría de los catalanes de perfil más comercial que tabaquero, Jaime comenzó a hacer negocios en asociación con otro pupilo de Conill, el Sr. Gerardo Martí en una modesta fábrica familiar, su primer almacén de tabaco, establecido en 1840 en la esquina de Cristo y Teniente Rey, en La Habana.

En 1845, con capital propio y de su esposa Catalina Puig Miró (se casaron en 1846), fundó su propia fábrica en la calle Barcelona (en aquella época se llamaba Cristina), esquina a Industria, donde tenía su almacén de tabaco en rama. Vendía entonces sus puros bajo la marca La Pureza de Partagás y en 1848 solicitó licencia al gobierno para registrar la marca La Flor de Cabañas Partagás y Compañía, nombre que tuvo que variar en 1854 por la demanda que le impusiera en 1851 Manuel González Carvajal, propietario de la marca H. de Cabañas y Carvajal, quien alegaba que Jaime hacía uso de su apellido (Cabañas) para aprovecharse del crédito de su marca y convencer a los compradores que su producto era lo mejor y más selecto. La disputa legal duró 5 años y finalizó con la sentencia firme de obligar a Partagás, a no usar dicha denominación para los productos que llevaba comercializando desde 1848.

Más adelante se cambió la marca para Real Fábrica de Tabacos Partagás, lo de Real lo eligió porque ya se había convertido en un proveedor de tabacos para la nobleza de Europa y Asia.

Desde un principio Partagás, había comprado el Hato de La Cruz de 60 caballerías en Consolación del Sur zona conocida como Vuelta Abajo (1). Estas fincas le aseguraban el tener siempre disponible la materia prima para elaborar sus tabacos.

También estableció allí dos tiendas donde los agricultores podían adquirir (a crédito) todo lo que pudieran necesitar para sus hogares y el trabajo en el campo.

Jaime Partagás fue el primer propietario fábrica tabacalera que utilizó a un lector para leerle a sus empleados mientras trabajaban, además se le atribuye como el primero en experimentar con fermentación de tabaco y métodos de envejecimiento para aumentar la producción y preservar la calidad.

Partagás, fue un exitoso propietario de marca de tabacos cubanos que gastó su fortuna complaciendo a mujeres, su gran debilidad. Por eso estuvo envuelto en escándalos, dramas, leyendas y al final por supuesto, muchos enemigos, hombres celosos. Es difícil encontrar hechos específicos porque las leyendas y los mitos han pasado a través de décadas, aunque algunas cosas parecen reales.

El 18 de julio de 1868, Partagás murió asesinado mientras se encontraba en una de las planta-ciones de Vuelta Abajo. Se dice que por rivalidades en los negocios.

De su misteriosa muerte, hay dos versiones: una que fue muerto de un disparo. La otra versión dice que sólo estaba herido en la cabeza y se complicó con una meningitis que le causó la muerte un mes después. Sobre quién fue el asesino y el móvil del crimen también existen varias versiones: una, la de menos, es la del crimen pasional. Al parecer, viajaba mucho de La Habana a Vuelta Abajo a supervisar sus plantaciones, porque era un hombre tremendamente exigente y riguroso, aprovechando los viajes para desatar su otra gran pasión: las mujeres. El autor del disparo, según esta versión, podría haber sido algún marido engañado que lo estaba esperando.

Otro móvil posible, un fabricante de tabacos llamado Pedro Mató Estalella, quien comido por la envidia de no haber alcanzado el éxito empresarial de Partagás, contrató a Antonio Díaz (un negro liberto), por una moneda de oro, para que lo matara. De hecho, fue Díaz quien cargó finalmente con la culpa. Otro sospechoso fue el asturiano Manuel González-Carvajal y Fernández, yerno de Cabañas, dueños de la marca Hija de Cabañas y Carvajal, que estuvieron en litigio con Partagás durante años por el nombre de una marca que era de Carvajal y que Partagás usaba en Inglaterra.

Tras su muerte, quedaron como propietarios de la Real Fábrica de Tabacos Partagás y haciendas, su viuda Catalina Puig Miró y los hijos de ambos, José (1847), Teresa (1849), Clementina (1851), Catalina (1853) y Adela (1854), quienes se asociaron al asturiano Juan Antonio Bances y González (1820-1907) propietario de una de las mayores casas bancarias de la época, para finalmente venderle a él, la fábrica, sus marcas y las tierras en Consolación del Sur.

En 1888 cayó bajo control de capital británico que se retiró en 1896, manteniéndose como una de las independientes.

Luego en 1899 fue vendida por Juan A. Bances a Ramón Cifuentes Llano (1854-1938) y a José Fernández López constituyéndose como Cifuentes, Fernández y Compañía. La casa situada en Industria #172 la compraron ellos en 1906 en $10,000. En 1914 compraron la del #170 para demoler las dos y allí construir la nueva fábrica, el arquitecto fue Alberto de Castro con Nicolás Almeida Cabrera como el contratista. Su valor era de $60,000. La dirección actual es Industria #520.

Al retirarse José Fernández López en 1916, Cifuentes se asoció con Francisco Pego Pita, (2) y se creó Cifuentes, Pego y Cía. Ramón Cifuentes Llano (3) falleció el 23 de abril de 1938, entonces su hijo Ramón Cifuentes Torriello se hizo cargo del negocio. Pego Pita murió el 13 de noviembre de 1940, pero su viuda Dolores Busto y sus 6 hijos: Francisco, Santiago, Antonio, Leopoldo, Armando y Gloria, decidieron separarse de la firma, la cual el 12 de agosto de 1941, pasó al control único de la familia Cifuentes, siendo entonces reestructurada bajo la actual razón social, convirtiéndose los hermanos Ramón y Rafael Cifuentes Toriello, en los únicos gerentes de Cifuentes y Compañía.

La Fábrica de Tabacos Partagás, producía 18,255,000 de unidades anuales con sus 400 trabajadores, siendo la segunda, con el 4.8% de la producción total, superada solamente por Menéndez, García y Cía, los productores de los tabacos H. Upmann y Montecristo y fundada en 1844. La tercera fábrica de tabacos era La Tabacalera Cubana con sus marcas La Corona y Cabañas, fundada en 1845.

La Partagás de Cifuentes y Compañía había sido, a mediados de la década de 1940, los mayores productores de tabaco de Cuba. Tenía el 23.76 % de la producción mecanizada y de todos los fabricantes, eran los de mayor proporción.

En 1953 Partagás tenía un capital ascendente a $1,500,000 y sus gerentes eran los tres hermanos Ramón, Rafael y Manuel Cifuentes Toriello. Era la 2ª fabrica más antigua de Cuba.

Ramón Cifuentes Toriello que nació en 1908, fue vicepresidente segundo de la Unión de Fabricantes de Tabacos y Cigarros y primer presidente de la Unión de Fabricantes de Tabacos, electo en abril de 1942.

El legendario tabaquero cubano Ramón Cifuentes Torriello, (1908-2000) murió el 3 de enero, por causas naturales en su casa de Madrid, tenía 92 años. Hombre perfeccionista e intransigente en el antiguo arte de la fabricación de puros, Cifuentes aprendió el oficio de su padre, quien compró el negocio en 1899, iniciado por Jaime Partagás, que fundó la empresa en 1845.

Cifuentes amplió la gama de marcas de puros centrándose en mantener la calidad del producto. Los tabacos Partagás, hechos completamente a mano, adquirieron gran prestigio durante la década de los ‘20 y los ‘30.

El 15 de septiembre de 1960, Fidel Castro se apoderó de 16 fábricas de tabacos, incluida la fábrica Partagás y sus activos relacionados. A las 6:30 pm, los soldados ingresaron a la fábrica Partagás….”Entraron y dijeron: estamos aquí para intervenir la empresa”, recordó Cifuentes en 1991.”Y no me dejaron sacar nada de allí”.

Los interventores (ladrones revolucionarios) cubanos le ofrecieron a Cifuentes el puesto de jefe de la industria tabacalera de la nación, pero él se negó. En 1961 abandonó Cuba, práctica-mente sin un centavo y ya estando en Nueva York su esposa trabajó en el Departamento de Cristalería en Bloomingdales y él se fue a Connecticut para trabajar con la familia Cullman, los dueños de General Cigar Co. quienes posteriormente lo pusieron a cargo de sus operaciones de puros “premium” en Kingston, Jamaica, instruyendo a los trabajadores en el arte del tabaquero. “Él fue el responsable de enseñarnos cómo hacer un gran tabaco“, dijo el presidente de General Cigar, Edgar M. Cullman. “Aprendí más de él sobre la calidad de un tabaco, que de cualquier otra persona”.

En 1974, la familia Cifuentes hizo un trato con General Cigar para fabricar tabacos Partagás en Jamaica. Les pagaron cierta cantidad y prometieron pagar una regalía por cada tabaco Partagás que hicieran.

Los primeros tabacos Partagás no cubanos salieron al mercado en 1977 y la marca, que ahora se fabrica en la planta de General Cigar en la República Dominicana, se encuentra entre los tabacos premium más vendidos en los Estados Unidos en la actualidad, con más de 12 millones de tabacos vendidos cada año. Están hechos con tabacos de relleno dominicanos y mejicanos, aglutinantes mejicanos y envoltorios cultivados en Camerún, África Occidental. En 1995, la compañía celebró el 150 aniversario de la marca con el tabaco Partagás 150 Serie Signature, edición limitada.

Para no confundir la marca Partagás cubana Habanos SA con la dominicana General Cigar se observa que en los tabacos de la versión cubana de Partagás se inscribe la palabra Habana en la anilla de los tabacos, mientras que en los dominicanos se lee, Partagás 1845.

Cifuentes Toriello tenía viviendas en Madrid y Nueva York.

En junio de 2020 se desplomó el techo del edificio Partagás, en La Habana, a pocos metros del Capitolio, según el sitio Cigar aficionado. El inmueble está siendo sometido a un proceso de restauración desde 2011.

Ahora, creo yo, la fábrica pertenece al Ministerio de Ruinas.

(1)Vuelta Abajo, zona entre Pinar del Río, San Luis, San Juan y Martínez, con el que se identifica a la mejor tierra de Cuba y  del mundo para el cultivo del tabaco. La región tiene una longitud de 140 km x 16 km.de ancho. Consolación del Sur está  dentro de esa  zona tabacalera.

(2) Francisco Pego Pita. Todos los años en La Habana se celebraba una importante carrera de caballos, por el Malecón y calles adyacentes. Los jinetes en su mayoría eran personas conocidas en la vida social habanera. Cifuentes Llano tenía fama de experto jinete. Dolores Vento, dama de sociedad, estaba sentada en el balcón de su palacete cuando un caballo resbaló y cayó en forma brusca, al suelo adoquinado, junto a su jinete, Ramón Cifuentes. Este llevaba un arma en su cintura, la cual se  disparó hiriéndolo en una pierna. La bella Dolores bajó solícita a prestarle auxilio al herido y con ella de acompañante, su  capataz Francisco Pego Pita. Allí mismo comenzó un romance entre dama y jinete que logró unirlos en matrimonio el 10 de diciembre de 1884. Además una fuerte amistad entre Ramón y Francisco, conocido como Pancho, camaradería que lo  llevó a ser su hombre de confianza y luego su socio comercial.

(3) Ramón Cifuentes Llano, nació en 1854 en el poblado de Salvador de Moro en Ribadesella, Asturias (a 87 km al Este de  Avilés y 119 km al Oeste de Santander), hijo de Manuel Cifuentes Alea y de Manuela Llano. Vino para Cuba en 1871, con apenas 17 años. Se casó con Dolores Vento, ella murió y Ramón comenzó una relación con Josefa Garrido (Pepa) cubana  de 24 años con quien tuvo 3 hijos y nunca se casaron. En un viaje a Asturias, Ramón conoció y se casó en Ribadesella con  Rosario Torriello Milera, el 2 de mayo de 1903, al regresar a Cuba y Pepa enterarse se suicidó. Ramón y Rosario tuvieron 5 hembras (Esmeralda, Rosario, Isolina, Estela y Lydu) y 3 varones (Ramón, Rafael y Manuel).

Ramon Cifuentes Llano introdujo en Cuba una famosa sidra asturiana, pero en Cuba se llamó Covadonga.

¡Partagás y nada más!­

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