a satrapía conyugal nicaragüense ha caído en el extremo de la más abyecta desfachatez, al proclamar victoria, (¡qué victoria!) en las fraudulentas elecciones presidenciales del domingo 8 de noviembre. Un trágico festín burlesco a la decencia y un grotesco desafío a los países serios y democráticos de la región.

Los resultados, no sabemos cómo, pero se han filtrado para conocimiento público mundial. El 81% de los votantes se abstuvo. No acudió a las urnas. Con su ausencia manifestó su voto de repulsa. Clara, abierta, y humillante, para dos sujetos, Daniel Ortega y su esposa y acompañante de boleta, Rosario Murillo, violadores de los derechos de todos los ciudadanos nicaragüenses. Fue, en efecto, la consumación de un fraude anunciado.

En las semanas previas a la farsa electoral, todos los potenciales aspirantes presidenciales de la oposición, fueron encarcelados con ridículas acusaciones. Unas elecciones al estilo de Cuba, con un solo candidato: el oficialista. No había espacio para nadie más. Ésa, es la latitud política que concede el sistema comunista. Un candidato único, “el nuestro”. Más candidatos, ¿para qué?

Pero el pueblo de Nicaragua tenía su propio sistema de votación negativa para expresar su voluntad: la abstención.

   Y el 81% la ejerció de manera ejemplar. Cada voto ausente de las fraudulentas urnas, fue un NO contundente que va resonando de país en país, dentro y fuera del continente.

Estados Unidos y la Unión Europea, al unísono, le niegan, apropiadamente, el reconocimiento a esa simulación ofensiva contra los derechos ciudadanos, esa superchería ilegítima, que atenta contra los principios democráticos, y que no debe tener asiento, ni en Nicaragua, ni en ninguna otra nación. Ha sido, simplemente, una burla a la conciencia internacional de países amantes de la libertad. 

Sólo un grupito de países inescrupulosos, despóticos, e irrespetuosos de los derechos ciudadanos, y de los procesos de consulta popular libre, per se, tuvieron frases de reconocimiento para un escarnio engañoso, fuera de toda proporción, como el ocurrido en Nicaragua el pasado 8 de noviembre.

¿Cómo se pueden legitimar unas elecciones donde siete potenciales candidatos a la presidencia, 32 destacados prominentes empresarios, periodistas, líderes campesinos y cientos de estudiantes, fueron enviados a prisión semanas antes, como medio represivo para evitar su participación en ese evento?

El evidente desenfado de esta farsa, ya condenada universalmente, sólo traerá, como consecuencia inmediata, un profundo aislamiento para el régimen, y un agravamiento de la economía que pegará de lleno en la vida cotidiana de sus ciudadanos, muchos de los cuales emprenderán el camino del éxodo como antes hicieron los venezolanos.

No deja de ser irónico que Daniel Ortega, al iniciar su ilegítimo cuarto período presidencial, entre de plano en una póstuma competencia dinástica con Anastasio Somoza, el dictador que, con su familia, dominó la vida política de Nicaragua por 40 años, y, al que él, Ortega, como líder de la guerra sandinista, ayudó a derrocar.

Hoy, Ortega calza los zapatos de “Tacho” Somoza. Los mismos métodos. El mismo despotismo, pero aún peor, porque se ampara en el totalitarismo del Socialismo del Siglo XXI, cuyos desastrosos resultados ya todos conocemos.

Cuatro décadas en el pasado, en 1979, Daniel Ortega fue uno de los líderes de la guerrilla sandinista que, tras varios años de insurrección armada, terminó derrotando a Anastasio Somoza, ocupando la presidencia que, eventualmente, perdió frente a Violeta Chamorro. Nunca se repuso. Retornó con más rencor que nunca, y con una ambición que jamás ha encontrado reposo, y ha disfrutado y abusado el poder a sangre y fuego, como quedó evidenciado en 2018, cuando la fuerza pública, siguiendo sus órdenes, asesinó a 328 ciudadanos en una ola de represión contra protestas populares.

Nicaragua, que, históricamente, nunca ha sido un país de emigrantes, inició, después de este atropello sangriento, el camino del exilio. Más de cien mil nicaragüenses han solicitado refugio en Costa Rica, y en los primeros nueve meses de este año, al menos 50,000 han sido detenidos en la frontera sur de este país, tratando de entrar a Estados Unidos buscando asilo político.

La Organización de Estados Americanos (OEA) y los países serios de la comunidad latinoamericana, han declarado su rechazo a los resultados de esos comicios. USA ha anunciado nuevas sanciones contra los líderes del gobierno. Pero, sanciones existen. Incluso Rosario Murillo, la nueva vice presidenta, y otros personajes, han sido sancionados, y todo sigue igual. ¿Cómo tendrían que ser las nuevas, para que funcionen, si las viejas no han trabajado? Algunos gobiernos del área, incluyendo el nuestro, llenos de las mejores intenciones, piden al dúo Ortega-Murillo, que libere a los presos políticos. ¡Good luck!

La melodía de la música no podría ser más dulce, ni humanitaria. Pero los recipientes no la entienden. Las condenaciones y sanciones, son bienvenidas, pero no suficientes. Hay que ir más allá.

Para ellos, la fuerza es el derecho de las bestias. Las sutilezas de la civilidad y el respeto al derecho ajeno, son conceptos ininteligibles que no tienen cabida en el mundo obtuso de sus brutales métodos.

BALCÓN AL MUNDO

En la última encuesta nacional para saber el estado económico en el sentir popular, el 68% del pueblo americano se mostró pesimista. Cree que la economía no anda bien, a pesar de que hay mucho dinero en circulación.

La visión de la inflación se antepone a la abundancia de dinero disponible, a sabiendas de que, en última instancia, como sucede con el comején, ésta devorará el poder adquisitivo del ciudadano, en especial de aquellos con entradas fijas, moderadas, como los pensionados, o recipientes del Seguro Social.

No todo lo que brilla es oro, y la economía, en su contexto general, tiene muchas nubes grises que podrían empañar el horizonte.

Otra vez, creo, que la economía ser perfila como un factor determinante en las próximas elecciones congresuales del 2022, agravando la posición de los demócratas.

*****

Elon Musk, accionista mayoritario de Tesla y Spacex, está en proceso de vender el 10% de sus acciones, aproximadamente 21 mil millones de dólares, para pagar impuestos ascendentes a unos 15 mil millones. Para los que continuamente atacan al 1% de la población que posee las mayores riquezas, deben saber, por si acaso lo ignoran, que ese pequeño porcentaje paga alrededor del 40% de la recaudación tributaria que sirve para financiar los gastos y caprichos del gobierno.

Pero este pequeño detalle se ignora por la claque demagoga populista por cínica conveniencia política.

*****

En Bolivia, la población anda en demostraciones violentas contra una ley que pretende implantar el presidente Arce, una marioneta de Evo Morales, limitando las libertades, con restricciones a la libre empresa y un número de arbitrariedades contra elementos políticos oposicionistas.

La población indígena boliviana, cuando se enardece, como ha sucedido en múltiples ocasiones en el pasado, es capaz de producir cambios de la noche a la mañana.

*****

  El tráfico de personas se ha convertido en un fenómeno de carácter global donde la mano criminal opera con impunidad desafiante. Extorsionan, amenazan, matan, y violan, sin que ninguna autoridad los contenga. El objetivo, la ilusión, es de llegar a la tierra prometida: Estados Unidos. Pero USA no tiene un plan para la inmigración. No existe un sistema legal organizado para darle solución justa a la crisis que confrontamos. La administración presente no tiene la menor pista para detener la crisis humanitaria, que se agranda por semana, a las puertas de nuestra frontera.

Mientras tanto, el tráfico criminal de personas continúa a nivel mundial con la ilusoria esperanza de poder llegar a esta nación.

  Es todo muy lamentable.

*****

Donald Trump pide a una corte federal que impida la liberación o revelación de los documentos archivados en la Casa Blanca el 6 de enero, fecha en que se produjo el asalto al Capitolio. Le fue denegado. El Congreso tendrá acceso a esos documentos, y se sabrá el grado de responsabilidad de cada funcionario del gobierno ese día, en ese acto vandálico, incluyendo al ex presidente.

  Creemos, que, por el bien de la nación, y los principios democráticos que alberga este país, todo debe salir a la luz, y aplicarse con justa proporción el castigo que cada cual merece.

Es la única manera de evitar la repetición de tan aborrecible acto.