NO SOMOS NIÑOS SUBIDOS EN UNA ESCOBA CREYENDO QUE ES UN CABALLO

Written by Libre Online

1 de diciembre de 2021

Desde que los socialistas-comunistas tiene la batuta de la orquesta desafinada que es España, han eliminada los festejos y actos relacionados con el catolicismo; fuera procesiones, Semana Santa; fiesta como los “San Fermines”, a la que solían asistir miles de personas de decenas de países, lo que resultaba un aumento de la economía.

Un Reportaje Especial y Exclusivo  para LIBRE de Roberto Cazorla

Nuestro corresponsal en España

No sé si ocurre en el resto del mundo (estoy seguro de que sí), pero en España, estamos cansados de que los “desgobernantes” corruptos, que tienen el “diablo en el cuerpo” (como cantaba “La Lupe”), crean que somos como los niños que se suben a una escoba y galopan por toda la casa imaginándose encima de un caballo. No nos chupamos el dedo pulgar, ni nos comemos los mocos, tenemos los cinco sentidos muy bien situados, lo que nos permite ver desde la barrera, cómo desfila el carnaval de mentiras, maldades, resentimientos, y odio a todo lo que se mueve en sitios no controlados por los comunistas. Estoy convencido de que existe un Maquiavelo en la mente de cada político, no solamente españoles, sino en todos los que, desde las madrigueras que son la Unión Europea, la ONU y la OEA, creen que somos sus marionetas, las piezas de un ajedrez. Existe una “mano negra moviendo la cuna”, (lo repito frecuentemente), que estamos postergados en una casa tétrica como en la que se rodó en la película “Rosemary’s Baby”, (“La semilla del Diablo” en España), dirigida por Roman Polanski, protagonizada por Mia Farrow, Ruth Gordon y John Cassave, estrenada en España el 3 de febrero de 1969). Por culpa de los políticos viciados, vivimos como “gatos encima del tejado de zinc caliente”. No nos lo merecemos, menos en el siglo XXI, cuando (supuestamente) hemos adelantado lo suficiente para que el mundo sea un poco feliz y no viva con la “Espada de Damocles” encima de su cabeza.

Yo sé quiénes son los responsables del complot relacionado con la futura e inmediata escasez de los productos más esenciales para sobrevivir; sé quiénes son los que han montado el sainete de los millones de contendedores acumulados en decenas de puertos de toda la geografía. Nadie puede negarme que, los principales culpables de lo que estamos padeciendo, y de la escasez que vamos a padecer en breve, son los chinos, en complicidad con los rusos y… aunque parezca increíbles ciertos estadounidenses “alojado” en la Casa Blanca. Sé nombres y apellidos de multimillonarios que están colaborando a que el mundo occidental se desplome hasta que tengamos que depender del régimen que tienen planeado. Nos llevarán a lo que lleva el comunismo: depender de ellos hasta para obtener la caja en la que colocar a un muerto. (En la Cuba comunistas, en mi pueblo natal, Ceiba Mocha (Matanzas), han ocurrido casos macabros, espeluznantes, como que no existan cajas para enterrar; ocurrió en la familia de mi cuñando Fernando Pagés, muy comunistas todos, en que una de sus hermanas, envuelta en un plástico, al llegar al cementerio la sacaron, sepultándola sin la caja, porque había que regresarla para futuros cadáveres. A eso nos quieren llevar los que “mesen la cuna”; sus nombres… imagínenselos!

SEMANA SANTA

En esta España, hasta hace menos de un mes, según declaraciones de los terroríficos gobernantes encabezados por el sátrapa Pedro Sánchez, nos habíamos liberado del Covid 19; que la pandemia se había erradicado, hasta permitir que volviera la normalidad; se abrieron negocios que habían permanecido cerrados durante meses, volvieron las terrazas, y parecía que nos había caído encima un aluvión de paz. Sucedes que, al mes y pico, cuando las fiestas navideñas se acercaban, de repente, así porque así, la pandemia volvió a sus estragos (según el desgobierno socialista-comunista), y la mayoría de los canales televisivos y radiales, comenzaron a lanzar cifras espeluznantes de muertos en todo el país, e ingresados en Cuidados Intensivos, víctimas (lo digo yo) del virus inventado por los chinos, en complicidad con rusos y estadounidenses. Desde que los socialistas-comunistas tiene la batuta de la orquesta desafinada que resulta España, se han eliminado decenas de festejos y actos relacionados con el catolicismo; fuera procesiones, Semana Santa, todo tipo de fiesta, entre ellas las de los “San Fermines” (pamplona, Navarra, España), a la que solían asistir turistas de medio mundo, lo que significaba un aumento de la economía. Nos han limitado nuevamente la comunicación a nivel humano, nos han profundizado aún más el miedo en nuestras venas; nada de fiestas navideñas, reyes, ni año nuevo, ni “Mazzantini el Torero”. Hay que erradicar desde sus raíces todo lo que pertenezca a las tradiciones milenarias. Como en Cuba, hay que “quemar” lo que huela a pasado, la historia, la cultura, “la madre de los tomates”. Ocurre en este país que se ha convertido (políticamente) en el “bayú” más gigantesco de Europa, y que, Francisco Franco había dejado en la cresta de la ola, como la novena potencia económica a nivel mundial. Hoy, España, es la cenicienta de Europa.

“BOTELLÓN”

Nos amenazan con un confinamiento superior a los que hemos padecido, afirmándonos que la paz la han borrado del diccionario, que estamos condenamos a vivir con los fantasmas creados por el sistema apocalíptico cuyo principal instrumento es el comunismo. Por culpa de los que nos malgobiernan, estamos a la cabeza de los países europeos donde más se suicida la gente entre las edades 18 y 29 años. La justicia se fue de vacaciones. La sociedad española se a polvorizado. Todos los fines de semanas hay violaciones, incluso a menores de edad, heridos, asesinados durante los festejos llamados “botellón”, en los que el alcohol y todo tipo de droga convierten a los jóvenes en pura mierda, en adefesios dignos de enviar a otro planeta que no sea el nuestro. Es lo que quiere el desgobierno socialista-comunista encabezado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que, aunque ya no ejerce la vicepresidencia, sigue perturbando la paz desde el mapa privado de su mala conciencia; hundir en una letrina de heces fecales a la juventud, es el ansiado proyecto de los comunistas. El que lo dude, que eche un vistazo a Cuba a partir del 1 de enero de 1959.

El pérfido gobierno de Sánchez, ha logrado que los psiquiátricos estén repletos de gente de todas las edades. La venta de patillas para conciliar el sueño ha aumentado un 100%. El miedo se ha alojado en el rostro de los impedidos a acercarse al conocido o amigo. La distancia se agudiza. Estamos a punto de convertirnos en un mueble, en un robot, en un ser a mil años luz de lo que es la humanidad. ¿A dónde nos arrastran? ¿Hasta cuándo nos van a controlar con el propósito de transformarnos en ratas de alcantarilla? Nos duelen las sienes de ser el juguete bélico de los comunistas que abominan el progreso, la paz, los derechos humanos, que no ocultan su malestar porque existen demasiados ancianos, por lo que crearon el virus con el fin de eliminar una tercera parte de los que devengan gastos a los desgobiernos.

Ante tanta injusticia, recomiendo a mis amigos lectores, que lean el libro de Pedro Román, “Verdades sobre Mentiras y Viceversa”, donde encontrarán posibilidades para salir ilesos de tanta maldad congénita de los que se creen dueños del mundo.

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