En la mañana del pasado viernes murió mi papá. Aunque sabíamos que su fallecimiento se acercaba, el estar preparado no es una vacuna contra el dolor y el gran vacío que sentimos.

La vida de mi papá se caracterizó por la perseverancia. De modo, la autobiografía que publicó en 2015 la tituló “Perfiles de perseverancia”. El fue un ejemplo y parte de la más grande generación de exiliados cubanos, que ganó su éxito con trabajo incansable y dedicación a cosas más grandes que ellos mismos.

Mi papá nació en la ciudad de Matanzas en Cuba. A los 16 años emigró solo a Miami como parte de la Operación Pedro Pan, que transportó a miles de niños cubanos a Estados Unidos cuando el régimen Castrista tomó el poder en la isla. Dos años después, en 1964, logró la reunificación de su núcleo familiar cuando sus padres llegaron a Miami.

 Se graduó con una licenciatura en Educación y obtuvo un posgrado en Recursos Humanos con especialización en niños con capacidades excepcionales. En 1968, en unión de mis abuelos, fundó el primer plantel Lincoln-Martí en el noroeste de Miami. 

Hoy, Lincoln-Martí es una institución con 46 escuelas y guarderías en el sur de la Florida y Kissimmee, emplea a más de 500 personas, y sirve a 6,500 niños que reciben no sólo una educación sólida sino también comidas y transporte en horarios diseñados para apoyar a familias que trabajan.

 Mi papá dedicó su vida al servicio de nuestra comunidad, como Comisionado de la ciudad de Miami y como Miembro de la Junta Escolar de Miami-Dade. Durante su tiempo en la Junta, implementó medidas que se mantienen en vigor hoy en día, entre ellas los uniformes escolares, facilidades para que los alumnos de secundaria puedan almorzar en sus escuelas, autobuses escolares con aire acondicionado, y el añadir como requisito al plan de estudios de historia en el estado de la Florida las contribuciones de los hispanos a este país.

También dirigió la parada anual José Martí en Miami, que reunió a niños de escuelas públicas y privadas en Miami-Dade para honrar el legado del apóstol de la independencia de Cuba, José Martí. Además, organizaba el banquete anual del Matancero Ausente que reunía a los matanceros cada año en un ambiente de confraternidad.

A parte de su trabajo como educador y servidor público, mi papá fue también periodista y fundó LIBRE, que en ese entonces se llamaba El Matancero Libre, en 1966. Durante más de 30 años presentó el programa semanal Educación y Comunidad en Radio Mambí, donde también presentaba comentarios inspiracionales que compartía con miles de suscriptores cibernéticos.

El velorio será el viernes 17 de marzo, entre las 6 y las 11 p.m., en la funeraria Caballero Rivero Woodlawn Westchester, ubicada en el 8200 Bird Road, Miami, Florida 33155.

La misa del funeral tendrá lugar a las 11 a.m. el sábado 18 de marzo, en la Catedral de la Trinidad situada en la 464 NE 16th Street, Miami, Florida, 33132. El entierro será celebrado inmediatamente después de la misa en el cementerio Woodlawn Park, en la Pequeña Habana (3260 S.W. 8th Street, Miami, Florida, 33135).

¡En la paz del señor descanse su alma eternamente!

Demetrio J. Pérez