Mis tres años en la Argentina de Perón

Written by Libre Online

21 de septiembre de 2022

Por Otto Sirgo (1951)

Cuando yo salí de Cuba, en febrero de 1947, mi ruta era hacia la Argentina. Cuántas cosas hermosas me habían hablado de ella todos los compañeros cubanos que la conocían y los argentinos que andaban por aquí desde antes que el líder la transformara. Iba yo de primer actor de una compañía Argentina, que encabezaba Pepita Berrador, y dónde iban también actores argentinos. 

A medida que nuestra gira por Suramérica avanzaba, nos acercábamos a la Argentina, los compañeros argentinos que no conocían lo que pasaba allá, nada más que por la propaganda perfectamente organizada con que ellos tienen invadida a América cómo se sentían orgullosos y contentos. Cantaban loas a Perón y a Evita. 

Hasta yo confieso, que llegó un momento que creí que aquel hombre que yo veía en los noticieros cinematográficos y en las revistas que leía en las embajadas, rodeado de trabajadores,  y en mangas de camisa, pregonando la nacionalización de las industrias y los transportes; abogando por la independencia económica de los capitales yanquis, aumentando salarios; hablando al pueblo con voz emocionada, haciendo en fin una labor de americano, era sincero y honrado. 

LO QUE YO CREÍA

Creí que el día que yo llegara, me encontraría con un país en marcha a la recuperación en todos los órdenes. Y así llegó el 10 de mayo de 1948, en que atravesé la frontera chilena en el tren internacional que me depositó en la estación de Retiro en Buenos Aires. Ahí empezó mi desconfianza y mi duda. 

Durante todos los años de mi vida, yo había oído decir a cubanos y argentinos al referirse a la estación del ferrocarril de Buenos Aires que se llamaba Retiro. 

Y yo salí de Chile rumbo a Retiro; pero no; ya no se llamaba Retiro, ahora se llamaba Perón. ¿Por qué? Porque Perón era el presidente. Durante el rato que estuve en la estación esperando el despacho de mi equipaje, me dediqué a observar detenidamente el ambiente que me rodeaba. 

Enormes pasquines,  más maravillosamente impresos a colores cubrían materialmente las paredes de la estación que es impresionantemente grande. Los pasquines, variados en su forma y texto, llevaban todas las caras de Perón y Evita. 

Las inscripciones eran las siguientes: Perón, creador de la nueva Argentina. Perón, líder de los trabajadores. Evita, guía de los humildes, a amparo de los descamisados. Más allá se veía un trabajador, con una locomotora en sus manos, y abajo una inscripción: ya son nuestros. 

BUSCANDO “TAXIS”

Entre las personas que me acompañaban y que acudieron a esperarme, había un chileno y un cubano. Ellos se dedicaban a correr desesperadamente, en busca del taxi  pues hay una carencia enorme de ellos en Buenos Aires. 

Los pocos que se veían, eran modelos viejos, en bastante mal estado, y al desocuparse se formaba una verdadera batalla campal entre 6 o 7 personas que se lo disputaban, unas veces con palabras y otras con empujones. 

Después de mucho tiempo de espera, logran conseguirme un Mateo. Así se le llama en Buenos Aires, a los coches tirados por caballo y que abundan todavía en la capital, pues hoy hacen más negocio que nunca, cobrando el triple de la tarifa del taxi, y viéndose el público obligado a tomarlos al no haber otra cosa. 

Al montar con mis maletas y emprender la marcha, y yo inconscientemente pregunté a los amigos que me acompañaban, por qué había tan pocos taxis, y recibí como contestación un apretón simultáneo en la pierna y en el abrazo de mis dos amigos, que llevándose al índice a la boca y mirando al cochero me indicaron que me callara.

 Un poco molesto, me sonreí y me callé no haciendo más comentario hasta llegar al hotel. Una vez allí y en voz baja,  cómo con temor de ser escuchados por alguien que espiara me pusieron al corriente de todo. 

No debí hacer preguntas por qué no hay taxis por qué no hay alcohol; Por qué no vienen radios; por qué las medias de nylon, cuestan tan caras; por qué no hay automóviles modernos; por qué no hay medicinas importadas de Norteamérica; en fin yo no debía preguntar nada, y si me hablaban sobre el particular, yo debía limitarme a contestar: ¡Yo no sé nada, yo soy extranjero. Qué cosa más rara – pensé yo – esto es igual al nazismo y lo más curioso es que el tono de misterio y de temor con quién hablaban mis amigos en la habitación del hotel, lo empleaban todos, argentinos y extranjeros, al referirse a cualquier cosa del Gobierno. 

Era un complejo colectivo. ¿A qué temían? No tardé mucho en saberlo. A la Policía Federal y los miles de agentes secretos que bajo la apariencia de choferes, ascensoristas, mozos de café, conductores de ómnibus, etc.  Vigilan constantemente a los tres millones y pico de habitantes del gran Buenos Aires. El sistema no es nuevo; ya lo habían usado Hitler y Mussolini, y ahora Perón lo emplea a fondo para mantener su tambaleante y ficticia “obra de gobierno”.

EVITA PERÓN

Cuando estalló en la Argentina la revolución que había de llevar al poder al General Perón Eva Duarte, era una actriz fracasada, que arrastraba por los estudios cinematográficos; radiales su delirios de grandeza y sus ansias de ser una primera figura en el ambiente artístico argentino. 

Y ese líder fue Eva Duarte de Perón. Tan incapacitada como ellos, tan amargada como ellos que les dio con la Gremial, un arma poderosa para destruir al verdadero orgullo de la Argentina, a la Asociación Argentina de Actores. 

En ese estado de cosas, yo me hice socio de la Asociación  y guardé mi carnet, aunque recibí la advertencia de mis compañeros de que por extranjeros tuviera cuidado, pues para probarme me pedirían que me afiliara a la Gremial, y que si yo me negaba podía tener dificultades. 

Así pues me dediqué a esperar,  la advertencia no se hizo esperar. A los cuatro o cinco días de tener mi carnet de la Asociación, estaba yo de visita en el camerino de una primera  actriz argentina, y uno de los actores de la compañía no hacia más que lanzarme de vez en cuando preguntas sobre Cuba, nuestro teatro, nuestros sindicatos, nuestras relaciones con los Estados Unidos.

Y de pronto a boca de jarro me preguntó: Usted está afiliado a la Asociación Argentina de Actores, ¿verdad? Yo, adoptando el tono más ingenuo y la expresión más beatifica le contesté: Sí, ¿por qué me lo pregunta? Entonces con un tono amable, pero convincente, me informó que yo antes de dar ese paso debía de haber averiguado cuál era la agrupación donde debía dirigirme, a lo que yo contesté, que la única que yo conocía desde lejos, era la Asociación Argentina de Actores. 

LOS ACTORES

Entonces me dijo que era una lástima  que yo no supiera que esa Asociación no tenía valor gremial ninguno, que la legítima, la única, la verdadera, era la Gremial. 

Me dijo entonces que por qué no me asociaba, y yo le contesté que no tenía ningún inconveniente, que si él podía darme la dirección y orientarme, a lo que rápidamente me contestó  que él era el delegado en ese teatro y sacando una planilla de solicitud empezó a llenarla, me pidió fotos de carnet, él mismo la dio a dos actores a que la firmaran y a los dos días yo tenía un flamante carnet que me acreditaba como una pieza más de la gigantesca  maquinaria del régimen de terror que tienen implantado los esposos Perón. Ya era yo “gremialista” ¡Qué orgullo para la familia!

BÚSQUEDA DE EMPLEO

Desde mi llegada a Buenos Aires, sin contrato y con muy poco dinero, me dediqué a buscar trabajo; tratar de abrirme paso en una de las ciudades más difíciles del mundo para el que llega desconocido. 

Mi nombre es la radio cubana, no había llegado a Buenos Aires, y los buenos compañeros que allí me encontré trataron por todos los medios de conseguirme ubicación en la Radio Argentina. 

Me llevaron a LR3, Radio Belgrano, que como todas las Radios de la República, está en poder del gobierno. Allí después de muchas antesalas, fui recibido por el señor Samuel Yankelevich, hijo del que aparece como propietario de Radio Belgrano, el señor Jaime Yankelevich ex zar de la Radio Argentina.

 CENSURA

La prensa argentina vendida también al gobierno, dirigida desde la Casa Rosada, con censura que no permite que se publique una línea en contra del peronismo, dispuesta siempre a insultar y humillar al que no piensa como ellos abrió sus baterías contra Goar Mestre, con la única arma que tenían en sus manos: la calumnia. 

Lo acusaron de estar pagado por Norteamérica: publicaron su foto, deformada por los dibujantes de los periódicos, haciéndolo aparecer casi como un tipo lombrosiano, y con una combinación de índices que se dirigían hacia su cara, con titulares escandalosos que decían: este es el individuo que ha insultado la soberanía argentina. 

Y es que para ellos todo el que demuestra que es una dictadura; el que les hace ver que su sistema es denigrante para el género humano, no es un opositor ni siquiera un descontento, ellos no tienen más que una sola riposta: está vendido a Norteamérica y ofende la soberanía Argentina. 

GOAR MESTRE

Goar Mestre fue insultado por los peronistas, pero afortunadamente su amargura no fue en vano pues mis amigos argentinos anti-peronistas,  todavía se emocionan cuando recuerdan el  único hombre que les llevó en su palabra y en su valentía un grito de rebelión que repercutió en toda América, y que cuando ese gobierno caiga y se aclaren muchas cosas, pasará a la historia como una página de gloria para la Radio Latinoamericana. 

La reacción contra mí, no se hizo esperar. A la semana de producirse el escándalo, yo recibía un sobre, como un portero de cualquier casa de apartamentos, donde se me comunicaba que se prescindía de mis servicios. En medio de todo me alegré, pues toda cautela que yo mantenía y el dominio sobre mi lengua, sabía lo que iba a perder si seguía oyendo comentarios ofensivos ya no tan solo para Mestre, sino para Cuba y los cubanos.

Un día que me encontraba tomando café en una confitería, se me acercó un hombre de buen aspecto,  me preguntó si yo era Otto Sirgo, me pidió permiso para sentarse y se presentó. Era un compañero de la Radio Argentina.  Hacía dos años que no trabajaba en radio, desde que Comunicaciones le había cancelado su permiso. Ahora vende pólizas  de seguros. Me dijo que se había enterado que yo era muy amigo de Mestre y que quería hacerle llegar su felicitación por su hermoso gesto. 

Yo me previne inmediatamente, y temiendo que pudiera ser un agente enviado a ver que me sacaba, le contesté fríamente que sí, que era amigo de Mestre, pero que yo no podía mezclarme en nada de eso, pues eran asuntos que no me incumbían. El comprendió inmediatamente mis dudas y me juró por sus hijos que no era de la policía; viendo que yo no movía mis labios, se levantó y me dijo que no me criticaba a mi actitud pues allí había que desconfiar hasta de la sombra de uno mismo espero que preguntará a otros artistas si era cierto. Así lo hice, y él tenía razón. Hoy me había equivocado. 

Lo seguí tratando y por él me enteré de todo lo que pasaba en la radio Argentina y la cantidad enorme de actores, locutores, músicos que no pueden actuar en la radio cualquier gobierno se los prohíbe. Si no doy su nombre y apellido, es porque conozco bien el sistema y a la policía Argentina. Al llegar allá estos artículos, su vida no valdría un centavo, pues tienen especialidad entretener a una persona, y que nunca se sepa dónde ha ido a parar. Por eso es que muchos artistas que recorren América, no hablan nada. 

LIBERTAD LAMARQUE

El sistema nazista está también copiado, que ni aún en el extranjero se puede hablar, pues sí ha quedado allá algún familiar, lo hacen responsable inmediatamente. Sí este es el caso de Libertad de Lamarque. 

Libertad Lamarque, ha sido una de las víctimas más grandes del peronismo, y sobre la que más se ha ensañado Eva Duarte durante el tiempo que yo estuve allí, dos veces fue Libertad a la Argentina. 

Ellos no se atreven a tocarla, pues saben que es un ídolo internacional, pero la acorralan sin dejarla pisar un teatro, ni filmar una película, ni hacer una audición de radio. ¿Las razones? Nadie la sabe. 

Lo único es que todos son obstáculos, problemas y Libertad Lamarque tiene que irse de su patria, a buscar otras tierras donde se sienta respetada aplaudida, y querida por el público y sus compañeros. 

Cuando un periodista le pregunta en una entrevista, qué es lo que pasa en su patria, cuáles son sus problemas con el gobierno peronista, calla siempre,pero no lo hace por conseguir el perdón de una falta que no ha cometido; no lo hace con la esperanza de poder trabajar allí, pues sabe que es imposible, lo hace porque callando, protege a su familia y la de su esposo que viven allá. 

Ella no lo dice porque tiene sus razones, pero nosotros, lo que gracias a Dios no tenemos ese problema, sí debemos gritarlo a los cuatro vientos, para que por lo menos sepan allá, que los artistas argentinos, no hay tan solo como ellos piensan, que existen en América pueblos libres, donde no descansamos día y noche por lograr que ese régimen de oprobio termine y que ellos reciban el justo castigo que merecen.

FRANCISCO PETRONE

El caso de Francisco Petrone, es otro de los ejemplos vivos, que nos ofrece el peronismo. 

Nadie ni aún sus enemigos más encarnizados, puede negarle a Francisco Petrone una categoría y una calidad interpretativa en el cinematógrafo, que lo han colocado entre los grandes del séptimo arte. 

Petrone, que en lo artístico es eminente, en lo personal es un perfecto caballero. Toda su vida ha sido de rectitud y de un proceder claro y limpio. Su puesto se lo ganó paso a paso; atravesando este nuestro camino sembrado de asperezas, de desencantos, de fracasos y de éxitos, hasta llegar a alcanzar la madurez que todo gran actor necesita. Nunca usó de la influencia política, ni de la intriga, ni de la calumnia. 

Por lógica un hombre que así piensa y procede como tenía que chocar con la tropa peronista desde el primer momento. Al producirse el movimiento que llevó a Perón al poder, Francisco Petrone, lejos de sumarse a la comparsa peronista, hizo comentarios y apreció puntos de vista, que chocaban abiertamente con las ideas de ellos. Eso tan común en nuestra patria y en todos los países libres, donde un hombre es dueño absoluto de sus ideas y puede expresarlas sin temor en cualquier parte en cualquier parte, allí empezó a hacer algo así como firmar  la sentencia de muerte. De una muerte mucho peor que la material. Porque a Petrone lo ejecutaron moralmente. Se le cancelaron sus contratos en las compañías de películas.

Ustedes seguramente se preguntarán cómo es posible que siendo eso los métodos y existiendo el descontento que existe pueda mantenerse al régimen en el poder. El asunto es sencillo si se ha vivido allí el partido radical, opositor de Perón, ha sido prácticamente disuelto. 

MINORÍA CONGRESIONAL

En el Congreso están en minoría total, sus líderes se han visto en la necesidad de huir del país, por las persecuciones y encarcelamientos, sus diarios clausurados, y sus afiliados anulados totalmente.

¿Quién se le opone entonces porque cuando quedan para enfrentársele algunos que no que no son radicales, el procedimiento es muy sencillo. Se les acusa de comunistas y van a parar a la cárcel, y casi nunca se sabe a cuál porque la policía de Perón tiene la extraordinaria virtud, de hacer desaparecer en un minuto a cualquier detenido sobre todo si es político nadie sabe dónde está. Nadie da razón de nada. 

El caso más reciente, no hace todavía dos meses fue el de un estudiante de la Universidad que fue detenido por la policía de investigaciones, sacado de su casa y conducido a una comisaría. Cuando sus familiares se interesaron por él, nadie sabía a dónde había sido conducido. 

No aparecía por ninguna parte. Así pasaron 8 días juntos pero cuando el estudiantado en pleno se puso en pie y se dio el escándalo que no pudo ocultar ni la censura estricta de la prensa, una mañana a las 8:30 horas, apareció el estudiante paseando “a dos cuadras de la cárcel de Buenos Aires” ¡Qué lugar más extraño escogió ese muchacho para estar 8 días paseando! yo vi durante año y medio en Lavalle y San Martín en pleno corazón de Buenos Aires. 

A tres puertas de mi hotel estaba la tercera comisaría y mi ventana daba a un patio que por uno de los ángulos comunicaba con el patio de la policía. Cuántas noches,  en el silencio he oído los quejidos lastimeros de los detenidos. Siempre me intrigó por qué gritaban, hasta que supe los “métodos” democráticos que usa la policía peronista. 

Entre ellos hay uno que se llama “pintana eléctrica” que son dos cordones con electricidad que se aplican en las partes más sensibles del hombre, abriendo y cerrando el chucho eléctrico hasta que espontáneamente confiesa lo que ellos quieren: que es antiperonista o que ha recibido dinero norteamericano o que conspira contra el gobierno y que es comunista. El medio convincente y suave.

 Además hay que añadir a esto que es la política que la policía tiene plenos poderes para detener y entrar en cualquier parte a cualquier hora. Infinidad de veces sin motivo ni razón, el café donde yo he estado con un grupo de amigos, ha sido rodeado por la policía, han entrado y sin dar explicación alguna han pedido la documentación de todos; y a los que han parecido sospechosos, y los que no la han tenido encima, han sido llevados en los carros celulares, sin más razón que la de la de fuerza. ¿Por qué? Imposible de averiguar. Allí hay que callar a todo.

LA ÚLTIMA HAZAÑA

La última hazaña cometida por la gremial de actores, manejada desde trabajo a previsión, fue contra el teatro Astral de Buenos Aires el 16 de octubre del pasado año, día en que se celebra la subida de Perón al poder y que ellos han bautizado con el nombre de Día de la Lealtad, se presentaron en todos los teatros porteños los delegados de la Gremial, con unos documentos, donde uno se unía a los ideales peronistas y daba las gracias a los esposos Perón, por dejarnos vivir. 

LA REALIDAD

Yo naturalmente firmé, como ya había firmado antes todos los documentos que ellos tenían a bien presentarme. Cuando el delegado del teatro  Astral, llegó el suyo, hubo seis compañeros que cívicamente se negaron a hacerlo al otro día,  a primera hora, se presentó un inspector de la municipalidad y clausuró el teatro,  cuando el empresario, primer actor, fue al trabajo y previsión y ver a la primera dama y le expuso el perjuicio que esto le causaba, y le contestaron que no había inconveniente que la temporada alguien no que la temporada siguiera espero que eso sea actores tenían que ser sustituido inmediatamente por otros 6 de la gremial aceptaron, y por la tarde,  caos, a los actores estaban allí ocupando los puestos de los otros compañeros los que quedaron fuera han tenido que emigrar a Uruguay y a Chile,  a empezar de nuevo. Esta es la realidad del panorama argentino en este momento bajo la dictadura de Perón.

ADORO A LA ARGENTINA

No quiero terminar este trabajo sin dejar aquí bien sentado y aclarado lo siguiente: adoro la República Argentina, por que es un gran país. He dejado allí grandes afectos y he recibido toda clase de halagos y atenciones. El día que se liberen del yugo volveré a abrazar a todos los que ahora están condenados y humillados.

Mientras tanto no quiero tener que soportar más las indirectas de los peronistas referente a mi país. Todo peronista odia a Cuba, porque es el pueblo de América que más los acosa por la prensa y la radio. No desprecian y nos llaman vasallos de los norteamericanos, porque tenemos de todo. Porque nuestros diarios no han defendido la última villanía cometida por Perón, a la clausura de la prensa; el único diario que no se vendió ni permitió mordaza. 

El último insulto que recibí poco antes de salir de Buenos Aires y que tuve que morderme la lengua pensando que ya me quedaba poco tiempo fue el de un peronista que me preguntó cómo andaba la televisión por Cuba apuntó yo le dije, y por las noticias que tenía de mi familia andaba muy bien y añadí que estábamos a la cabeza de la América Latina pues en Brasil había una, una en México y nosotros teníamos dos. 

Me miró un momento fijamente y me contestó: sí; todos los países satélites de Estados Unidos tienen televisión uno de ellos quieren inculcarle al pueblo que nosotros estamos dirigidos por la embajada americana que nuestro presidente recibe diariamente órdenes de Washington apuntó pero del año 48 que yo llegué   al 51 que salí,  algo se nota en el pueblo que es buen síntoma: ya le están perdiendo el miedo. 

Ya se comenta más alto, y se le hacen chistes sangrientos. Además los ferroviarios argentinos le ponen bombas y le declaran huelga y así empezó lo de Machado. Ojalá este sea el principio del fin, por el bien del pueblo argentino y por todos los pueblos de América. 

ALMA FUERTE

En la Argentina, nace un gran poeta, Palacios más conocido al continente por Almafuerte. Entre sus poesías, hay una, sin duda de las más hermosas y que siempre que la he dicho me ha parecido que es como una invitación lejana del poeta al pueblo argentino y dice:

No te des por vencido, ni aun vencido,

no te sientas esclavo, ni aun esclavo;

trémulo de pavor, piénsate bravo,

y arremete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido

que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;

no la cobarde estupidez del pavo

que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora;

o como Lucifer, que nunca reza;

o como el robledal, cuya grandeza

necesita del agua y no la implora…

¡Que muerda y vocifere vengadora,

ya rodando en el polvo, tu cabeza!

Con esta frase del gran poeta termino. Y si esto llega hasta mis compañeros argentinos, que vean que he cumplido con mi palabra; ya está dicho lo que sufren y lo que pasa ahí. Para ellos mi recuerdo cariñoso, mi afecto, y la promesa de que aquí en mi Patria, donde hay libertad y ayuda para todo el que se refugia en nuestra tierra, tienen un amigo incondicional dispuesto siempre a hacer algo por ayudarlos. Para ellos, mi abrazo fraternal. Para mis verdugos mi desprecio.

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