Mi tributo al Matancero Ausente

Written by Rev. Martin Añorga

3 de noviembre de 2021

A través de LIBRE esta vez volvemos a acercarnos los matanceros en el exilio para disfrutar una edición  de evocaciones, compañerismo y añoranzas en tributo al Día del Matancero Ausente.

Cada matancero tiene su cuota individual de recuerdos, y esos recuerdos se  reavivan cuando nos reunimos y nos saludamos con abrazos alborozados, y nos llenemos el corazón de hoy con las más lindas vivencias de ayer. Recordar este precioso pedazo de Cuba renueva las amistades, acorta las distancias geográficas y propicia un noble sentimiento de humana solidaridad.

NACÍ EN PUEBLO NUEVO

Yo nací el 25 de junio del año 1927 en la barriada de Pueblo Nuevo en la calle Santa Rita. Era la época en que  nos iluminábamos con lámparas de carburo y los tranvías eran el medio de transporte público. Recuerdo que recorrían la calzada de Tirry y terminaban su ruta doblando en semicírculo frente a la antigua estación de trenes. Incidentalmente, fue la poetisa Carilda Oliver Labra la persona que ha inmortalizado y ha dado a conocer en el resto del mundo esta calle con  su Poema “Calzada de Tirry 81”, que se ha usado para titular una de sus mejores antologías.

Recuerdo estos versos: “sigo de pie, y cuando el viento arrasa es mi sed de vivir, mi propia casa, que oculta su temblor bajo la piedra”.

Mis recuerdos de muchacho matancero incluyen escenas relacionadas con los ríos. Mi abuelita paterna poseía un viejo caserón con una terraza frente al río San Juan, cerca ya de su desembocadura. Recuerdo los dos puentes que hermanaban sus orillas, el de San Luis y el Calixto García, y cerca de éste el imponente teatro Sauto, orgullo legítimo de los matanceros.

EL TEATRO SAUTO

Un coterráneo amigo se lamentaba de que nunca había visitado el teatro Sauto. Yo recuerdo este teatro por su precioso edificio, inaugurado el 6 de abril de 1863, su recibidor con estatuas e imágenes de figuras clásicas, sus finas butacas y los parcos circulares, elegantes y altivos, y un detalle que no puedo ignorar  es el de su telón  original de madera y el espacioso escenario por el que han desfilado las más grandes figuras del arte en todas sus dimensiones.

El nombre con el que se inauguró este teatro fue el de Esteban¸ en homenaje al gobernador del territorio, Pedro Esteban Arraz. Todavía existe la carretera que lleva su nombre, en la que está enclavado el famoso Palmar del Junco. Después fue designado con el apelativo de Colón, en reconocimiento al descubridor. Posteriormente se le confirió el nombre de Martí, para honrar al Apóstol de nuestras libertades; pero finalmente recibió el nombre de Sauto, en homenaje al doctor en Farmacia Ambrosio de la Concepción Sauto y Noda, gran amante de las artes, vecino del lugar y uno de los benefactores más destacados de Matanzas.

LA CATEDRAL

Por supuesto que debiera hablar del Valle de Yumurí, del Pan de Matanzas y de las Cuevas de Bellamar; pero decido referirme a la Catedral. Se funda el territorio de Matanzas el 12 de octubre de 1693 al colocarse la primera piedra de la Catedral San Carlos de Borromeo y celebrarse la primera misa por el obispo Diego Avelino de Compostela. El templo original era una mezcla de adobe y guano y poco después fue destruido por un huracán. Pasado un tiempo prudencial se inició la construcción de una nueva iglesia, concluida en el año 1735, con todas sus instalaciones disponibles en el 1750. Dañada nuevamente por otro huracán sufrió desperfectos que fueron corrigiéndose, en especial en las dos torres que hasta hoy perduran.     

La Catedral se encuentra en el barrio de Matanzas, la sección de la ciudad entre los dos ríos, el San Juan y el Yumurí, a media cuadra del Parque de la Libertad y del Palacio Provincial. Carece de amplios espacios exteriores, situada en una intersección por la que transitaban  todos los vehículos que vienen por la carretera central desde La Habana, los que hoy día, en su mayoría optan por el tramo de la llamada Vía Blanca, al noreste de la ciudad. El interior de la Catedral con su techo en tramos de arcos y sus artísticas pinturas, es acogedor por su sencillez y humildad.

Cerca de la Catedral está el parque de La Libertad, en el que paseábamos habitualmente los jóvenes mientras las personas mayores se sentaban en los bancos de madera a tomar fresco, a ver a los muchachos, a dormitar una siesta o a hojear una revista o un libro. A finales del siglo XIX en el centro del parque había una fuente que años más tarde fue reemplazada por un espectacular monumento dedicado a honrar la Memoria de José Martí, y a “la dama de la libertad que rompía las cadenas”. En tiempos de la colonia el parque se llamaba Plaza de Armas, después de ser ganada la Independencia cubana el parque tuvo otros dos nombres. Lo llamaron  Parque Central y después Plaza del Gobernador hasta que finalmente se le dio el nombre que hasta hoy ostenta.

EL PALMAR DEL JUNCO

Probablemente los matanceros más jóvenes no recuerden el histórico Palmar de Junco, que se halla situado en la calzada de Esteban  entre las calles San  Ignacio y Monserrate, en la barriada de Pueblo Nuevo. Fue allí, el 27 de diciembre del año 1874 donde se llevó a cabo el primer juego de béisbol  oficial en la Isla. A pesar de que ya en el antiguo estadio del Cerro existía el Salón de la Fama para exaltar a los peloteros cubanos que se destacaron en el deporte, en el año 1991  se dedicó  en un anexo al Palmar de Junco una placa para honrar a los peloteros locales más famosos de la historia isleña. Sin embargo, no se menciona a ninguno de los peloteros que brillaron después, fuera de la Isla, abandonando justificadamente la llamada “pelota revolucionaria”. La ironía de este desatino es que después de medio siglo de represión, la tiranía comunista regresa a una práctica incipiente de profesionalismo. 

Es vergonzoso que sea en ajenos países, como la República Dominicana, Puerto Rico, Estados Unidos y  otros, donde se exalte la memoria de los más talentosos jugadores de sangre cubana en listas oficiales, placas y monumentos donde aparecen los nombres de figuras cubanas como  Martín Dihigo, Tany Pérez, Edmundo Amorós, Orestes Miñoso, Luis Tiant, Camilo Pascual, y otros estelares jugadores que reclamarían varias páginas de este querido semanario si fuéramos a mencionarlos a todos.

LA CIUDAD DE LOS PUENTES

Pudiéramos seguir paseando imaginativamente por nuestra bella Atenas de Cuba, “La Ciudad de los Puentes”; pero en otra  oportunidad lo haremos.

Matanzas, recostada en la bahía que lleva su nombre, ha sido fuente de músicos, poetas, escritores y de ilustres profesionales. Nos queda lejos en términos de geografía, pero nunca se nos ha alejado del corazón.

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