Para mí, escribir estas líneas es dolorosa tarea. Se trata de hablar de Demetrio Pérez Jr,   que recién ha fallecido, una persona de muy especial significado en mi vida. Más joven que yo, desde que nos conocimos establecimos una muy estrecha relación de amistad con fraterno toque de familiaridad.

Demetrio, yo creo que era trabajador antes de nacer. Siendo un adolescente ayudaba en una imprenta revisando pruebas y la ortografía. Cuando ya se despertó como un elegante y vistoso joven se unió a un periodista que publicaba el semanario MATANCERO LIBRE. 

Cuando falleció el periodista, se  encargó del semanario y de manera inteligente lo redujo al título de LIBRE, tal como se llama hoy. Es bueno aclarar que Demetrio era un matancero de arraigada raíz. 

El semanario que hoy circula con casi un millón de ejemplares contiene en cada edición artículos ilustrados, sobre su patria chiquita, la bendita ciudad del valle y del río Yumurí, de la fabulosa cueva de Bellamar, el Pan de Matanzas, y muy cercana a la admirable ciudad de Cárdenas con su preciosa playa de Varadero que es la ilusión de los turistas.

Demetrio, en Miami se introdujo de forma estelar en el fascinante tema de la educación, en el complicado mundo de la política, sin abandonar el periodismo, la publicación de varios libros, y su participación en la radio y la televisión. Nunca supimos cuántas horas marcaba su reloj ni cuantos días señalaba su almanaque, porque era imposible descubrir cuándo descansaba y dormía.

Desde su posición en la Junta Escolar trabajó de forma estelar en el tema de los uniformes escolares, en el sistema de protección a los estudiantes para evitar inesperadas situaciones delictivas, y lo que es más importante, el uso de edificios apropiados y seguros en los que pudieran recibirse como estudiantes a alumnos que carecerían de espacio en las escuelas.

En este campo Demetrio, de forma impresionante y generosa logró la fundación de la cadena maravillosa de los estudiantes en las escuelas LINCOLN – MARTÍ. No hay antecedentes históricos que puedan compararse con esta excepcional conquista. Más de 40 escuelas que funcionan de manera estelar en esta maravillosa cadena escolar disfrutan de todos los dispositivos de las demás escuelas, añadido un desfile anual dedicado a  José Martí, en el que desfilan decenas de escuelas con la presencia de distinguidas personalidades. Este desfile concluye en el Parque José Martí con un vistoso escenario con participación de los estudiantes y se cierra con patriótico discurso pronunciado por un prestigioso orador. El desfile por vistosas avenidas de centenares de estudiantes uniformados es impactante.

Estudiantes seleccionados participan de los numerosos actos patrióticos que se presentan en la ciudad. El propósito de estos actos es inculcar en la mente de los estudiantes el respeto por los héroes históricos y proveer en ellos un interés en conocer las funciones públicas de los gobiernos.

Lo interesante de todas nuestras informaciones reside en el hecho de que hemos tenido entre nosotros a un hombre brillante, creativo, e inspirado.

Demetrio era un hombre de pocas palabras, pero sus extraordinarios logros son de una elocuencia insuperable.  A él se deben muy numerosos momentos que han tocado las vidas de miles de seres humanos. Sus apariciones radiales han sido esclarecedoras, brillantes y puntuales.

Los libros de Demetrio son ciertamente de un valor muy especial. Ante mí tengo un ejemplar  de ‘UN DÍA COMO HOY’, dedicado a mencionar la importancia histórica de cada día del año. Son 430 notas para escritores, lectores y especialmente para estudiantes que procuran entrar en el periodismo.

Termina Demetrio su presentación con estas sencillas palabras: “Gracias al Todopoderoso por guiarnos e iluminarnos en esta realización, y nuestra gratitud a quienes nos honran con sus recorridos y revisiones’’.

Otras obras de Demetrio son colecciones de libros bellamente equipados en los que se presentan fotografías de personajes históricos que no deben ser ignorados. Demetrio es un aliado del pasado y un apasionado enamorado del futuro.

Quiero terminar este modesto artículo que he escrito con una dolorosa carga de tristezas sobre mis hombros, ofreciendo un testimonio personal de gratitud a Dios por el significado de la presencia de Demetrio Pérez Jr. en mi vida. Yo nunca había pensado en pasearme por los verdes tramos del periodismo. Fue Demetrio quien me animó a que a que escribiera una página semanal  en LIBRE. No exagero al decir que he escrito ya más de quinientos artículos para LIBRE, y que gracias a darme a conocer en su publicación he recibido invitaciones y propuestas para escribir en diferentes publicaciones. 

Demetrio murió anticipadamente. Ese paso me tocaba a mí, que soy más viejo que él, pero Dios no está sujeto a mis cálculos y he de esperar a que decida enviarme al cielo para encontrarme con las personas que ocupan un lugar en mi corazón.