Mensaje Inspiracional. Vale la pena

Written by Libre Online

20 de octubre de 2021

Hay momentos que sentimos que todo está mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo, que no se alcanza a ver ni un pequeño resquicio por el que pase la luz.

En esos momentos debemos de tomar todo nuestro amor, nuestro coraje, nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.

Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena levantarnos de nuevo, y solo puedo contestar una cosa: «Hagamos que nuestra vida valga la pena».

– Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.

– Vale la pena estar en la oscuridad y caer hasta lo más profundo, porque ya no puedo ir más hacia abajo, de ahí en adelante todo va a ser hacia arriba hasta que vea la luz.

– Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras. Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.

– Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.

– Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.

– Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.

– Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.

– Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.

– Vale la pena voltear hacia atrás, porque así se que he dejado huella en los demás.

– Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.

Todo esto son solo palabras, letras entrelazadas con el único fin de dar una idea, un estímulo.

Lo demás, depende de cada uno de nosotros.

Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.

Hagamos que nuestra vida valga la pena. ¡Sé Feliz! ¿Verdad que vale la pena?

El ladrón y su madre

Un joven adolescente robó un libro a uno de sus compañeros de escuela y se lo mostró a su madre. Ella no solamente se abstuvo de castigarlo, sino más bien lo estimuló. A la siguiente oportunidad se robó una capa y se la llevó a su madre quien de nuevo lo alabó.

El joven creció y ya adulto fue robando cada vez cosas de más valor hasta que un día fue capturado en el acto, y con las manos atadas fue conducido al cadalso para su ejecución pública.

Su madre lo siguió entre la multitud y se golpeaba violentamente su pecho de tristeza. Al verla el ladrón dijo:

-Deseo decirle algo a mi madre en su oído.

Ella acercó su oído a él, y éste rápidamente mordió su oreja cortándosela. Su madre le reclamó que era un hijo desnaturalizado, a lo que él replicó:

-¡Ah! Si me hubieras reprendido en mi primer robo del libro aquel, nunca hubiera llegado a esto y ser condenado a una ingrata muerte.

Al nuevo árbol se le endereza tierno para que crezca derecho.

* Buscando sus autores

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