Mensaje Inspiracional. Miedo a la soledad

Written by Libre Online

8 de diciembre de 2021

Dicen que el amor no es como lo pensamos, que tal vez el felices para siempre aparece nada más en cuentos y novelas.

¿Será desamor o miedo a la soledad? Es confuso, muchas veces dejas el corazón en esa batalla entre el Nunca te voy a lastimar y el Lo siento, no soy perfecto.

Pero en mi caso, he luchado tanto que ni mis fuerzas tienen fuerza. Amo a alguien más que a mi vida pero he llorado por el más que por nadie.

Lo amo como jamás había amado pero muchas veces tu corazón se cansa de gritar y pedir que termines ese ciclo, ese ciclo que te niegas a cerrar.

Confusa e irreal la idea de para siempre, confuso al no saber qué pueda pasar después aunque muy dentro sabes que eso, como todo, va a terminar. Irreal porque a pesar de todo lo crees real.

Es tan simple escuchar el silencio para que lo que no escuches, hable. Las ganas de correr y nunca parar, de pensar que ese alguien va a estar por siempre allí pase lo que pase.

La idea de imaginarte con esa persona hasta el último día, la idea de pensar en que cada día es otra oportunidad para amar y para que se pudiera fijar en alguien más. La parte más complicada del día llega cuando te niegas a ver que aunque hagas de todo, nada va a servir.

Ese sentimiento de pensar que las cosas van a mejorar al día siguiente y que tal vez ese día sea peor al anterior.

Me nace la duda ¿será masoquismo o simplemente miedo a la soledad? Porque das todo por aquella persona y simplemente los besos son suspiros que se quedan en el aire y que como el aire se van. ¿Las lágrimas? ¿Dónde quedan? Un día bien y otro mal, reflejan siempre cómo son las cosas, el mismo patrón.

El amor es una cuerda floja, una ruleta rusa, nunca te das cuenta de cuando te caes, ni siquiera te das cuenta de cuando estás abajo.

Verán, el ser humano se ata a sentimientos sabiendo su final. ¿Ante todo el corazón? Concepto erróneo, aunque quisiera pensar en que la persona que amo va a estar allí por siempre.

El sentimiento de poder sentir que todo está bien y que va a seguir así toda la vida solamente te hace creer en imposibles que a la larga te das cuenta de que jamás estuvieron allí. Para que aprendas, te tienes que golpear, es tu decisión levantarte.

Un mal amor no es la muerte pero sí el delirio de muchas. ¿Miedo a la soledad? La pregunta que me atormenta.

EL CABALLO, EL BUEY, EL PERRO Y EL HOMBRE

Cuando Zeus creó al hombre, sólo le concedió unos pocos años de vida. Pero el hombre, poniendo a funcionar su inteligencia, al llegar el invierno edificó una casa y habitó en ella.

Cierto día en que el frío era muy crudo, y la lluvia empezó a caer, no pudiendo el caballo aguantarse más, llegó corriendo a donde el hombre y le pidió que le diera abrigo.

Le dijo el hombre que sólo lo haría con una condición: que le cediera una parte de los años que le correspondían. El caballo aceptó.

Poco después se presentó el buey que tampoco podía sufrir el mal tiempo. Contestóle el hombre lo mismo: que lo admitiría si le daba cierto número de sus años. El buey cedió una parte y quedó admitido.

Por fin, llegó el perro, también muriéndose de frío, y cediendo una parte de su tiempo de vida, obtuvo su refugio.

Y he aquí el resultado: cuando los hombres cumplen el tiempo que Zeus les dio, son puros y buenos; cuando llegan a los años pedidos al caballo, son intrépidos y orgullosos; cuando están en los del buey, se dedican a mandar; y cuando llegan a usar el tiempo del perro, al final de su existencia, vuélvense irascibles y malhumorados.

Describe esta fábula las etapas del hombre: inocente niñez, vigorosa juventud, poderosa madurez y sensible vejez.

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