Me roza que nos digan “gusanos, escorias, lumpen”. Todos esos epítetos que nos indilgaron me resbalan, hasta los asumo con orgullo.

Lo que me hierve la sangre es cuando dicen: “¡Ustedes salieron huyendo y nos dejaron embarcados!”

Observe usted que esa acusación en un 99 por ciento de los casos no proviene del pueblo cubano allá adentro que nos necesita, viene de los que ya están aquí y tarde o temprano siguieron nuestro ejemplo.

¿No se han enterado, no saben o no quieren saber, que allí se batió el cobre en contra de la tiranía?

¿Desconocen los cientos de fusilados, los miles y miles de presos políticos que cumplieron hasta 30 años de cárcel?

¿No saben que la brutal dictadura a sangre y fuego les hizo las vidas imposibles a mis compatriotas, y que llegó el momento que las únicas alternativas fueron cárcel, paredón, adaptarse, o salir de la Isla?

Inclusive hasta a los apolíticos, a los que no se querían meterse en nada, a los que no eran verdaderamente contrarrevolucionarios, pero tampoco querían ser chivatos, los acorralaron con la consigna del tirano: “O están conmigo o están mi contra” …

Es decir, que hasta a los que evitaban combatir al régimen, también los orillaron, y prácticamente los obligaron a abandonar nuestro territorio nacional.

¿No saben que muchísimos no consideramos nuestra salida una huida sino una inteligente retirada para poder regresar allí con las armas en las manos?

Y muchísimos volvieron inmediatamente, desde el mismo 1959 invadieron Trinidad ¿No han escuchado hablar de la Brigada 2506, de Tony Cuesta y sus Comandos L, de Vicente Méndez, de Yarey, de Roberto Martín Pérez, ni de cientos de ataques comandos?

¿No saben nada de la guerra por los caminos del mundo, atacando a embajadas y consulados cubanos en medio mundo? Y muchos compatriotas fueron encarcelados en el extranjero.

¿No han oído hablar del MIRR de Orlando Bosch y sus ataques aéreos contra las instalaciones de la tiranía?

Muchos exiliados se acomplejan ante esas injustas acusaciones, y al que le venga bien el sayo que se lo ponga, pero aquí estoy yo para convertirme en vocero del patriotismo del verdadero exilio cubano.